La motosierra de Musk es una de las grandes esperanzas de la agenda de Trump. Al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el ceo de Tesla y dueño de Twitter busca recortes masivos en la ‘gran burocracia’ de EEUU con los que sanear las cuentas del Estado y mejorar así la situación económica. Sin embargo, los analistas ya están advirtiendo de que el organismo y la velocidad de sus planes podría tener un efecto paradójico dados sus intereses: DOGE podría asestar un golpe a la economía de EEUU, que si bien no tiene el potencial de provocar que el crecimiento descarrile hacia la recesión, si que puede convertirse en un gran desafío que, sumado a los aranceles, lastre de forma efectiva el potente crecimiento norteamericano.

¿Por qué ocurre esto? El motivo es que la contundencia con la que Musk estaría recortando empleos a un nivel tan elevado provocaría una de las vorágines de despidos más salvajes en la historia de EEUU. Los últimos datos hablan de unos despidos disparados por las tecnológicas pero, principalmente, por el sector público que ha pasado de apenas un centenar de despidos a 60.000. Esto sería solo un aperitivo de un recorte mucho mayor. Los despidos son una de las métricas más importantes para anticipar una desaceleración o incluso una recesión, pues estos derivan en un menor gasto de los consumidores, las empresas en consecuencia ingresan menos y esto muchas veces lleva a nuevos despidos… Un círculo vicioso que ya preocupa a los analistas.

La mayor ola de despidos desde la pandemia

No se sabe exactamente cuántos despidos traerá DOGE. Sin embargo, solo la medida inicial aprobada por Trump de deshacerse de todos los trabajadores ‘en estado de prueba’ puede tener un impacto sensible. Según la Oficina de Gestión de Personal de los EEUU los últimos datos mostraron 220.000 trabajadores en esta categoría. Estos no se irían solos pues 75.000 empleados más habrían aceptado una indemnización que incluye su salario hasta septiembre a cambio de que abandonen su puesto. Estos habrían abandonado sus cargos al resultar estos ‘ineficientes’ según el punto de vista de la nueva administración.

Más de 300.000 trabajadores podrían verse en el paro, una circunstancia que podría ser por mucho el mayor recorte de empleos de toda la historia de Estados Unidos. Desde Capital Economics, defienden en su último informe que incluso viendo un techo solo de 200.000 empleados despedidos y un suelo de 100.000, estaríamos hablando de “un movimiento histórico”. Thomas Ryan, experto de la firma compara esto con los mayores casos de la historia.

Estos despidos de momento se enfrentan con numerosos procesos judiciales prácticamente que comenzaron. De hecho diferentes sindicatos han llegado a DOGE a los tribunales alegando que está pasando por encima de los límites legales de protección a la privacidad y que se está saltando los procedimientos que deberían pertenecer a otras ramas del Gobierno. De momento las primeras resoluciones se están inclinando en favor de Musk permitiendo los despidos pero muchos otros procesos están parados en una batalla legal. Entre las medidas destacan la decisión de un juez en Washington de restringir el acceso de DOGE a miembros del personal, mientras que uno de Nueva York bloqueó temporalmente a la institución por completo.

En febrero EEUU vivió 172.000 despidos, un 252% más y el mayor hito desde la pandemia

En el sector público el único caso similar fue la purga en el ejército estadounidense tras la retirada de Irak, por el que se deshicieron de 50.000 puestos de trabajo en 2011, justo en el primer mandato de Barack Obama. En el sector privado el colapso de IBM en 1993 es el mayor exponente con 60.000 despidos. Ese mismo año la cadena de tiendas Sears se deshizo de cerca de 50.000 trabajadores ante una crisis. Citigroup hizo algo parecido en 2008, con la crisis financiera. Sin embargo, ninguno de esos movimientos llega a la magnitud de lo que está suponiendo la ‘motosierra’ de Musk.

De hecho, el informe mensual de la empresa de RRHH Challenger Gray & Christmas comentaba que en febrero ya se habrían anunciado en EEUU cerca de 172.017 despidos, la cifra más alta desde julio de 2020, cuando el país estaba en lo peor de la pandemia. En ese sentido la firma señalaba a los recortes en el sector público como el principal responsable de las cifras de febrero pues llevaron los despidos de solo 151 el año pasado por estas fechas a 62.242. El resto estaba liderado por las tecnológicas que han sacado las tijeras masivamente. Para ver unas cifras de despidos más altas fuera de la pandemia habría que irse hasta agosto de 2009.

El impacto en el empleo

Desde Bank of America estiman que este agresivo ajuste (que ellos estiman en 200.000 empleos), se traducirá en 66.000 millones de dólares de ahorro para la Casa Blanca. Sin embargo “esto elevará al 4,2% el desempleo de EEUU“. Desde RBC hablan abiertamente de que solo los despidos de prueba pueden acelerar la tasa de paro hasta el 4,3%. Por su parte los otros tipos de despidos pueden llevar la tasa hasta el 4,1% por sí solos. Eso sí, el impacto de esta segunda medida se notaría a partir de septiembre pues los acuerdos que ya están saliendo a la luz incluyen mantener su sueldo hasta este mes.

En cualquier caso, aunque han salido a la palestra algunos economista hablando incluso de recesión, la realidad es que la gran mayoría de los expertos creen que DOGE debería tener un impacto marginal. Sin embargo, sumado a los aranceles y afectando a uno de los puntos clave en el desempeño económico de EEUU (el fuerte mercado laboral), podría ser un factor decisivo para una potencial ralentización económica.

El Centro de Nueva Seguridad Estadounidense comenta que “la reducción de la fuerza laboral genera que se ralentice el consumo porque la gente está perdiendo sus empleos o tiene miedo de perderlos, por lo que eso podría hacer que ahorren más dinero”. Desde Bank of America, en cualquier caso, comentan que “incluso si se suman los efectos colaterales, no va a hundir a Estados Unidos en una recesión”, dijo Tedeschi. “Seamos realistas”.

¿Recesión? No, pero sí puede ser determinante

Al respecto de este tema se ha pronunciado Claudia Sahm. Esta economista y exmiembro de la Fed es una de las grandes profetas de la recesión, creando la ‘regla Sahm’, uno de los indicadores de contracción económica más fiables. Esta ‘alarma’ pone en el centro los despidos pues se activa cuando la tasa trimestral de paro crece 0,5 puntos sobre el nivel más bajo registrado en los 12 meses anteriores. Este indicador ha acertado todas las recesiones entre 1960 hasta el verano 2024. En esta ocasión, la propia Sahm explicó que esta vez fallaría (lo dijo en el momento que se activó) debido a que ese aumento del paro no se debió a despidos, sino que estaba mostrando de alteraciones desde el lado de la oferta por la entrada de más población activa inmigrante y población activa que no estaba en el mercado laboral por la pandemia.

La economista ha publicado un informe en su página web en el que comenta que “es poco probable que DOGE cause una recesión dada la limitada escala y solo afectará parcialmente al crecimiento general de la economía y el empleo”. Según la economista despedir a 200.000 personas generaría un incremento del desempleo del 0,1% muy lejos del 0,5% necesario para que se active esa bola de nieve de despidos, menor gasto y daño en los ingresos empresariales que ella plasmó en su indicador. Según la economista, el motivo es que solo un 2% de la fuerza laboral de EEUU depende del gobierno federal.

Sin embargo, la agresividad y los fuertes movimientos en tan poco tiempo pueden generar problemas. “DOGE está priorizando la velocidad de acción sobre un plan bien definido, esta agresividad genera un miedo a que muchos trabajadores pierdan su trabajo que reduce el gasto en un multiplicador muy común en recesiones“. Según Sahm este sentimiento crece exponencialmente teniendo en cuenta que ahora “muchas empresas que reciben contratos y subvenciones de la Casa Blanca pueden experimentar algo parecido, limitando su inversión”.

“¿Provocará una recesión? Probablemente no, pero está fomentando que los ingredientes ya estén ahí”

La experta dice que esto llegan en un momento especialmente importante. “La incertidumbre en torno a la política económica de la administración Trump es alta incluso sin DOGE. Las amenazas de amplio alcance sobre los aranceles han llevado las medidas de incertidumbre de la política comercial a un máximo histórico en febrero”. En ese sentido “la incertidumbre de DOGE es menor que la de los aranceles, pero se suma a la inusual cantidad de incertidumbre política. En ese sentido el golpe directo de DOGE “se sumaría a los aranceles y los tipos más altos de la FEd por lo que un impacto moderado podría representar un gran riesgo a la baja para la economía”.

“¿Provocará una recesión? Probablemente no, pero está fomentando que los ingredientes ya estén ahí: despidos masivos, grandes recortes en los contratos y un ritmo rápido de incertidumbre sobre quién se verá afectado”, sentencia Sahm. En ese sentido, la experta no descarta que se produzcan en el medio plazo esas dinámicas recesivas y “el rápido proceso de DOGE aumenta innecesariamente riesgos, sería mejor en estos meses de incertidumbre comercial y económica tomar medidas para gestionar riesgos y protegerse de una posible recesión dado que cuando comienzan los síntomas es ya muy difícil y costoso arreglarlo”.

Fuente: Revista El Economista

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