El presidente de Argentina, Javier Milei, cumple su primer año tras las elecciones presidenciales de 2023 y en estos doce meses provocó lo que él mismo denominó llamó “el último mal trago”, para que luego la economía del país volviese a la recuperación. A pesar de sus excentricidades y su pensamiento ultraconservador, a nivel técnico el libertario realizó un potente ajuste fiscal y una gran devaluación monetaria, con lo que logró doblegar la inflación que, aunque sigue siendo alta, se acorta cada vez más. Unas medidas que consiguieron sanear las cuentas del país pero con un gran coste social.
Pero el partido del presidente, Libertad Avanza, cuenta con minoría tanto en la Cámara de Diputados (Baja) como en el Senado (Alta), por lo que le fue muy difícil sacar adelante su afamada Ley de Bases de 600 folios con la que pretendía “bombardear el Estado” y reconstruirlo desde cero. La ‘Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos’, su nombre completo, es una versión bastante reducida de la llamada ‘Ley ómnibus’ que el Gobierno de Milei presentó al Congreso a comienzos de año, al poco de asumir el presidente el cargo. Constaba de 660 artículos y, tras arduas negociaciones entre los diputados y senadores, se quedó en poco más de 300.
Las negociaciones, por ejemplo, truncaron los planes del libertario de intentar privatizar las 41 empresas públicas a las que le tenía echado el ojo, reduciéndose la lista hasta un cómputo global de seis compañías.
Pero esta ley es clave para todo lo que se ha venido este año, sobre todo en cuanto a la reforma fiscal y la reformulación del Estado, los dos grandes ejes que el libertario llevó en campaña.
La inflación, en mínimos
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentaba Argentina era una inflación completamente desbocada que en enero de este año llegó al 254,2% interanual, la más alta del mundo. Milei llevaba poco tiempo en el cargo, ya que tomó posesión el 10 de diciembre de 2023 tras derrotar en segunda vuelta en las Elecciones Presidenciales a su oponente peronista Sergio Massa con un amplio triunfo con casi el 56% de los votos, frente al 44% de su oponente. Pero sería el dato mensual del IPC de enero -20,6% frente al 25,5% de diciembre- el que serviría como aval de su plan.
Nada más poner un pie en la Casa Rosada, el libertario devaluó el peso casi un 100%, eliminó la congelación de los precios de los artículos de primera necesidad y los subsidios a los transportes y suspendió todas las obras públicas. Allende otras medidas puramente ideológicas como suprimir la publicidad institucional en medios de comunicación.
A día de hoy, la situación de la inflación en Argentina es totalmente distinta. Esta ‘terapia de shock’ a la que está sometiendo Milei a la economía argentina hizo que el IPC en octubre de 2024 creciese un 2,7% mensual, frente al 3,5% que marcó en septiembre. En términos interanuales, el dato sigue siendo elevado (193%), pero el mes pasado marcó su sexta desaceleración consecutiva, según el INDEC.
En el proyecto de Presupuestos que presentó el presidente a mediados del mes de septiembre ante el Congreso, algo insólito en la política argentina, se fija como horizonte una inflación en 2025 del 18,3% interanual, desde el 104% que está previsto al cierre de este ejercicio. El objetivo de Javier Milei es situarla en el 1% mensual antes de que finalice el año, aunque los expertos ven este objetivo bastante lejano. Son varios los que coinciden en que el proceso de desinflación se ha estancado en el 4%.
En líneas generales, sí que creen que a lo largo del año el IPC caiga de forma abrupta en los próximos 12 meses, hasta el entorno del 44,7%, según una encuesta realizada por el Banco Central de Argentina. En concreto, esperan que la inflación anual en 2024 caiga hasta el 122,9%.
El ‘ancla fiscal’
A su llegada al poder, Milei estableció la denominada ‘ancla fiscal’. La obsesión de su equipo económico es sanear al completo la cuentas públicas con el recorte del gasto y así lo plasmaron en su proyecto de Presupuestos para 2025. Esta dinámica llevó a que Argentina registrase su noveno superávit fiscal consecutivo en el mes de octubre.
En el balance publicado el pasado 15 de noviembre por el Ministerio de Economía, el superávit fiscal cerró el mes pasado en 523.398 millones de pesos (unos 450 millones de euros). Así, el sector público argentino acumuló en los primeros diez meses del año un superávit financiero de cerca del 0,5% del PIB, según fuentes oficiales.
Para ver con perspectiva, Argentina cerró 2023 con un déficit del 5,4% según los datos del Monitor Fiscal del FMI. Las previsiones del organismo multilateral dicen que el país rioplatense cerraría este año con un descubierto en sus cuentas del 0,1% para luego pasar a registrar un superávit del 0,2% en 2025 y rematar en 2029 con un superávit del 1,3%.
“El ajuste fiscal fue del orden de 5% del PBI y resultó en la rápida eliminación del déficit fiscal. Este ajuste recayó fundamentalmente en la reducción del gasto público primario, todas las categorías de gasto tuvieron reducciones reales muy significativas en comparación con los primeros nueve meses del año anterior, incluyendo el gasto de capital (-80%), las transferencias a las provincias (-70%), los salarios públicos (26%), las jubilaciones y pensiones (-23%)”, aseguran los investigadores del Real Instituto Elcano, Ernesto Talvi y Sofía Harguindeguy, en un informe.
La economía remontará en 2025
Todas las previsiones macroeconómicas apuntan a que este año Argentina cerrará con una recesión, a pesar de que en los últimos meses del año los datos muestran una reactivación de la actividad. En concreto, el país registró un crecimiento negativo del 3,4% en los seis primeros meses del año.
Pese a las medidas de austeridad implementadas por Javier Milei para cuadrar las cuentas públicas, la economía de Argentina logró una recuperación del 1,7% en el mes de julio respecto al mes anterior, con algunos sectores mostrando signos de mejoría tras un primer semestre desastroso.
“Después contraerse por tres trimestres consecutivos, la actividad económica ha empezado a dar señales de recuperación en el tercer trimestre de 2024”, aseguraban desde BBVA Research en un informe.
El FMI preveía en su revisión de octubre que la recesión este año será de un 3,6%, mientras que la recuperación repuntará en 2025, registrando un crecimiento del 5%. Todo está saliendo tal y como el libertario planeaba desde un inicio. Llevaría a la economía al límite para, posteriormente, registrar una recuperación en “V”.
Pero, según las informaciones proporcionadas a elEconomista.es por parte de la consultora argentina Abeceb, esta recesión sería mucho más profunda (-7%) de no ser por el buen comportamiento de la cosecha. Hay que recordar que el campo representa en torno al 20% del PIB de Argentina y supone el 48% de las exportaciones del país, a través de las cuales ingresa divisa extranjera.
La responsable del equipo macroeconómico de la consultora, Elisabet Bacigalupo, aseguró a este periódico que “lo peor del shock económico ya pasó”. Reiteró que los economistas ahora prevén que el año 2025 sea “mejor”.
La experta explica que el ‘ancla fiscal’ y el ‘ancla monetaria’ ayudaron a que Milei consiguiese sus objetivos. “La devaluación inicial del tipo de cambio al 100% así como la devaluación de 2% mensual, con el mantenimiento del cepo cambiario ayudaron a que el programa del Gobierno saliese adelante”.
Así, la experta reitera que no se espera que Milei levante el cepo cambiario en el corto plazo ya que eso “lastraría sus planes”.
Un plan con consecuencias
A pesar de que ahora la economía empieza a remontar, la población se vio profundamente afectada por este programa de recortes de Milei. En concreto, desde que el libertario tomó las riendas del Ejecutivo, la pobreza se incrementó en 11 puntos, alcanzando casi el 52,9% de la población hasta junio.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la supresión de los subsidios provocó que los precios del transporte se incrementaron un 26,3% con respecto a diciembre de 2023, mientras que los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron un 20,4% por esas fechas.
Aunque la desaceleración de la inflación está en terreno positivo a nivel macroeconómico, la caída del poder adquisitivo es notoria entre la población argentina, lo que afectó de manera muy severa al consumo. En el mes de agosto, los salarios tuvieron un ajuste medio con la inflación del 5,2%, lo que indica que crecieron por encima del IPC. Pero, en términos reales, descontando el efecto de la inflación, los asalariados han ganado mucho menos con respecto al año anterior.
Esto se debe, en parte, a ese “último mal trago” de comienzos de año que arrojó un dato de inflación altísimo, producto de la drástica devaluación. Los salarios no pudieron seguir el ritmo a los precios. Según el Indec, los salarios del sector privado avanzaron un 224,9% en los últimos doce meses. Por lo tanto, perdieron por 11,8 puntos con respecto al IPC.
Los expertos consultados por elEconomista.es están de acuerdo en que “lo peor ha pasado” y que este año “ha sido duro” a nivel económico, pero las perspectivas para el próximo año son bastante halagüeñas, lo que pasa que ahora queda lo más complicado, y es aumentar la competitividad de la economía argentina sin devaluar la moneda. “La clave ahora está en las reformas a través de ajustes en el modelo de negocio”, aseguró Bacigalupo.
Fuente: Revista El Economista