“Si resides ilegalmente, haz las maletas, porque te vuelves a casa”. Las palabras de J. D. Vance resumen una de las grandes promesas de Donald Trump: deportar masivamente a todos los inmigrantes sin permiso de residencia, así como aumentar las restricciones a refugiados y a otros colectivos. Las estimaciones apuntan, al menos, a 11 millones de personas afectadas que podrían verse obligadas a salir de Estados Unidos. El impacto económico podría ser equivalente a la crisis financiera de 2008.
Aunque la atención estas semanas fuera de Estados Unidos se ha centrado en la previsible guerra arancelaria de la nueva Administración Trump, en la política interna se cuece una preocupación mayor: la salida forzosa de millones de personas podría tener un impacto negativo en el empleo, los precios y el PIB de la economía estadounidense.
Equivalente a la crisis de 2008
Reducir en 11 millones de personas (más otros posibles 3 millones que constan como refugiados) la población que trabaja y consume en Estados Unidos no saldría gratis. Las estimaciones varían entre las casas que han analizado el impacto: Capital Economics calcula una reducción del crecimiento anual del PIB de al menos un punto porcentual. Según un informe que cita EFE de la American Business Inmigration Coalition, las pérdidas podrían oscilar entre los 1,1 y los 1,7 billones de dólares (1,04 y 1,61 billones de euros), equivalentes a reducir el PIB estadounidense entre un 4,2% y un 6,8%, más que en la crisis de 2008.
Al deportar a millones de personas, las consecuencias directas se verían en el mercado laboral y en los precios. El Instituto Peterson estima que en el escenario base podría aumentar las tasas de precio hasta un crecimiento de entre el 4% y el 7% en 2027, además de advertir la pérdida de iniciativa económica y aumentar la dependencia en sectores estratégicos.
Este incremento de los precios se debería al aumento de los salarios para suplir la falta de trabajadores. Capital Economics estima que cuatro quintas partes del crecimiento del empleo estadounidense en los últimos años se debió a la inmigración, lo que contuvo los efectos en la inflación y el paro. La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que el incremento de la inmigración supuso un aumento de la recaudación federal de hasta 900.000 millones de dólares (853.000 millones de euros).
Impacto en servicios y ciudades
Los efectos que supondría la caída de la población inmigrante implicaría tensionar sectores intensivos en mano de obra como la hostelería, la construcción, la agricultura o los servicios sociosanitarios. La disminución de inmigrantes disponibles conllevaría un incremento de los sueldos para captar a otros segmentos de la población, según Capital Economics. La consecuencia sería un aumento de los precios.
Brookings plantea que el impacto no sería equitativo, ya que la población inmigrante se concentra en grandes ciudades. Estados fronterizos con una gran capacidad de atracción económica como California, Florida o Texas sufrirían la peor parte.
Coste para la Administración
American Inmigration Council calcula que el coste para el Estado de organizar las detenciones y deportaciones, más las restricciones a los cauces legales de inmigración supondría desembolsar anualmente 88.000 millones de dólares (83.000 millones de euros). Ante el anuncio de Trump y Musk de recortar el gasto público, esto supondría un significativo incremento del presupuesto federal, además de la previsible caída en la recaudación tributaria por la paralización de la economía.
Fuente: Revista El Economista