El mes de marzo se presenta ya como la cara y la cruz de la guerra comercial, con los primeros datos económicos que muestran los efectos de los aranceles del 145% de Donald Trump: mientras las exportaciones del gigante asiático crecieron un 12,4% en el tercer mes del año, una cifra casi récord, el mercado de trabajo, ya de por sí estancado, empieza a notar los primeros efectos con una caída del casi el 30% en las oferas de empleo.
En materia de comercio exterior, es común que esto suceda ya que los envíos seguramente se concentraron antes del famoso ‘Liberation Day’ (Día de la Liberación), donde el presidente Donald Trump presentó una tabla tarifaria de aranceles recíprocos a cada país, que luego solamente quedó en un arancel universal del 10% y tarifas del 145% a los productos chinos.
Con tal motivo, los envíos al exterior se incrementaron ese 12,4%, dejando un superávit comercial de 103.000 millones de dólares, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística china (ONE). Una cifra muy superior al incremento del 2,3% de enero y febrero y muy por encima del 4,6% de lo que preveía el consenso. En el primer trimestre, las exportaciones crecieron un 5,8% interanual, solo 0,1 puntos porcentuales menos que la tasa de crecimiento anual del año pasado. Sin embargo, el economista de Bloomberg, David Qu, advierte que estos datos del tercer mes del año “aún no reflejan el impacto total de la guerra comercial”.
Los envíos a Estados Unidos aumentaron en el primer trimestre un 4,5% interanual, frente al 2,3% de los dos primeros meses del año, pese al aumento de los aranceles del 20% en marzo por el fentanilo. En este sentido, Lynn Song, economista senior de ING de la Gran China, argumenta que “es probable que los importadores estadounidenses inteligentes previeran aumentos de aranceles a partir de abril y concentraron las importaciones al principio”.
Por productos, las exportaciones de semiconductores (10,8%), electrodomésticos (8,7%) y pantallas LCD (8,4%) tuvieron un mejor desempeño en el primer trimestre. Sin embargo, las exportaciones de calzado (-11,2%) y prendas de vestir (-1,9%) se contrajeron, “tal vez reflejando los primeros impactos de los aranceles, donde los productos con sustituciones fáciles fueron desplazados”, asegura Lynn. Por su parte, las exportaciones de tierras raras también se desplomaron un 10,9% interanual en lo que va de año, a medida que aumentaron los controles de exportación.
Pero mientras China registra un buen dato en materia de comercio exterior, el mercado de trabajo, ya de por sí estancado, parece que está poniendo a prueba la resiliencia que Pekín necesita para luchar en esta guerra comercial con Estados Unidos.
Goldman Sachs estima que hasta 20 millones de personas, cerca del 3% de la fuerza laboral china, podrían estar expuestas a las exportaciones con destino a EEUU. El informe reitera que esto podría ser otro golpe más a una fuerza laboral ya de por sí agotada por los recortes salariales y los despidos.
Los estímulos fiscales anunciados a finales de 2024 consiguieron retener la caída del crecimiento, que se mantuvo en el 5% interanual en el primer trimestre. Pero, en contraste, una medición hecha por la empresa QuantCube Technology, con sede en París, concluye que las ofertas de empelo cayeron un 30% en marzo con respecto a enero y febrero. Por su parte, el índice de cotratación de la Cheung Kong Graduate School of Business cayó en marzo a su nivel más bajo en seis meses.
En este sentido, el economista jefe de China de Pantheon Macroeconomics para China, Duncan Wrigley, advierte que el estímulo fiscal de finales de 2024 “todavía no se ha trducido en el mercado laboral”. Además, reitera que las empresas “necesitan una perspectiva económica más egura” antes de aumentar sus plantillas.
Los indicadores recopilados por QuantCube muestran que la contribución de las exportaciones al crecimiento económico se mantuvo estable a principios de abril. El consumo repuntó gracias a la recuperación del gasto envivienda en las últimas semanas y se prevé que esto mantenga los índices de crecimiento del gigante asiático.
El experto de ING, Lynn Song, advierte que es posible que la fuerte subida arancelaria “tengan un impacto dramático en los próximos meses”. Pero el fuerte superávit comercial, en el que la balanza china se situúa a 273.000 millones de dólares en el primer trimestre (casi 100.000 millones de dólares más que en el primer trimestre de 2024) sugiere que las exportaciones netas “ofrecerán un buen impulso al crecimiento del PIB del primer trimestre”.
Gran parte del consenso no espera, por el momento, una ralentización económica de China, al menos en el primer trimestre. Se estima que el PIB del gigante asiático avance en el entorno del 5% en los tres primeros meses del año, “lo que probablemente sea la lectura más sólida del año”, sentencia Lynn.
De todos modos, todo esto podría cambiar si las condiciones del comercio exterior se recrudecen. Esto podría acortar el crecimiento del gigante asiático. También se podría producir una lectura al alza, en el caso de que haya un estímulo interno o los consumidores dejen de estar asustados, cosa que es menos probable que pase.
Fuente: Revista El Economista