La UE da un paso adelante para no perder relevancia en la negociación sobre la paz en Ucrania en un momento en el que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca no solo ha acelerado el ritmo de los acontecimientos, sino que ha puesto patas arriba el diálogo internacional. Por ese motivo, los líderes de la UE se reunirán esta semana en Bruselas en un intento por dialogar con Ucrania las condiciones para poner fin al conflicto, por ofrecer más garantías de seguridad a Kiev en un contexto en el que el apoyo estadounidense flaquea.
Los líderes de la UE no quieren quedarse al margen de la negociación del conflicto en su frontera. La idea es abordar la paz de Ucrania con Ucrania, y no sin ella como han derivado los intentos del presidente estadounidense en sus conversaciones con el líder del Kremlin Vladimir Putin. El diálogo, en una reunión extraordinaria de líderes este jueves convocada por el presidente del Consejo de la UE, Antonio Costa, contará con la asistencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y abordará las posibles garantías de seguridad para Kiev en un futuro acuerdo de paz.
El portugués trata de sentar las bases de las contribuciones a realizar por los Estados miembro en un intento por garantizar la seguridad en el país y por trazar las líneas maestras para una conversación sobre la paz. El momento no deja de ser apremiante, después de que el líder estadounidense y el ruso hayan iniciado por su cuenta las negociaciones para poner fin al conflicto, la última la semana pasada sin que haya trascendido los detalles de las conversaciones. A ello se suma que el republicano ha dejado en el aire el futuro apoyo a Kiev en un contexto en el que el Ejecutivo estadounidense amenaza con dibujar la arquitectura de seguridad y defensa del Viejo Continente.
“En relación a Ucrania, hay un nuevo impulso, que debe conducir a una paz global, justa y duradera. Es, por tanto, importante que abordemos cómo seguir apoyando a Ucrania y los principios que deben respectarse en adelante”, ha indicado el presidente del Consejo de la UE en su carta a los líderes. Costa ha afirmado que los Estados miembro están listos para tomar mayores responsabilidades sobre la seguridad comunitaria, cuando el debate de defensa se va perfilando en un intento por romper con las excesivas dependencias en el suministro de seguridad y defensa respecto a EEUU.
“Debemos estar listos para realizar contribuciones europeas a las garantías de seguridad que serán necesarias para asegurar una paz duradera en Ucrania”, ha indicado Costa en su escrito. Además, siguiendo la estela del retiro informal que tuvo lugar el pasado 3 de febrero en Bruselas, los líderes de la UE tendrán un diálogo sobre defensa en un intento por tomar decisiones en el corto plazo que contribuyan a mejorar la autonomía estratégica del bloque comunitario y que permita a la UE estar mejor equipada para hacer frente a los retos en el ámbito de seguridad.
Lo cierto es que el encuentro de esta semana sigue la estela marcada por el presidente galo, Emmanuel Macron, hace un par de semanas. París se conjuraba como el punto de encuentro para que varios países comunitarios (Francia, España, Alemania, Italia, Polonia, Países Bajos y Dinamarca), además de Reino Unido, se sentarán a hablar sobre el futuro de Ucrania en una suerte de esfuerzo por dar respuesta a las negociaciones instigadas por el líder de la Casa Blanca.
Lo cierto es que el encuentro no llegó a dar sus frutos, evidenciando el letargo que caracteriza a la UE frente a un ritmo cada vez más intenso marcado por Trump. Dos días más tarde, el encuentro se reproducía con los restantes países del bloque sin que fuera posible llegar a levantar la parálisis y el bloqueo que evidencia esta cuestión: si los países del Este, más próximos a Ucrania y Rusia, ven una amenaza real en sus puertas con la ofensiva del Kremlin, los Estados miembros occidentales evidencian cierto distanciamiento del conflicto.
En todo caso, de fondo va calando la idea de que es necesario reforzar el apoyo a Ucrania, ya no solo por un escenario en el que se negocia su paz sin su participación sino por las propias reticencias de Trump a seguir respaldando a Kiev (o hacerlo a cambio de intercambios comerciales, como el de las tierras raras). No hay, por tanto, un claro rechazo entre los Estados miembro a un despliegue de tropas de paz en Kiev, si bien al diálogo le falta todavía madurez.
Trump apremia a Putin a hacer concesiones al tiempo que avisa a Zelenski de que no dará garantías de seguridad a Ucrania. El presidente ucraniano, replica al republicano que las garantías de seguridad son necesarias en el caso de un alto al fuego del conflicto con Rusia. Al tiempo, la administración estadounidense y la ucraniana cierran un acuerdo para la extracción de tierras raras que podría jugar a su favor, ya que si hay empresas americanas en suelo ucraniano, de alguna forma Trump podría verse obligado a intervenir en favor de Kiev en el conflicto con el Kremlin.
Fuente: Revista El Economista