La inflación volvió a dar un respiro (aunque más pequeño de lo esperado) en febrero en la eurozona. El índice de precios al consumo (IPC) cayó una décima hasta el 2,4% interanual. Se esperaba una caída hasta el 2,3%. El IPC subyacente, que excluye en este caso energía, alimentos, alcohol y tabaco, cae también una décima hasta el 2,6% interanual. Aunque esta variable, más pegajosa y más vigilada en los últimos tiempos, también ha retrocedido una décima menos de lo esperado, tras meses estancada en el 2,7% se anota el dato más bajo desde enero de 2022, lo que es todo un hito positivo en la senda de desinflación que será muy bien recibido por un Banco Central Europeo (BCE) que se reúne esta semana para, presumiblemente, volver a recortar los tipos de interés. Los datos de este lunes confirman que, por ahora, el banco central tiene margen para seguir bajando el precio del dinero pese a las voces internas que en los últimos días han sacado a la palestra la posibilidad de una pausa en los recortes.
Analizando los componentes disponibles en la lectura preliminar publicada por Eurostat este lunes, la noticia más positiva la dan los servicios, que llevan meses y meses instalados en torno a un abrasivo 4% interanual y que en febrero cayeron cayeron dos décimas hasta un 3,7%, que aunque todavía elevado, supone un mínimo de diez meses. La energía también ha contribuido, con un a lectura intermensual del -0,3% y un 0,2% interanual frente al 1,9%de enero. En sentido contrario ha ‘remado’ la inflación de los alimentos, el alcohol y el tabaco, que ha subido más de lo previsto, del 2,3% al 2,7%.
Los datos de inflación de las principales economías de la región conocidos en los últimos días ya apuntaban a una lectura más dovish (acomodaticia en términos de un banco central) a nivel de la zona euro. Las lecturas en Alemania, Italia y España se mantuvieron estables a ambos lados del objetivo del 2% que marca el BCE, mientras que las de Francia se hundieron al 0,9%. Sin embargo, hubo evidencia generalizada de una relajación en los servicios.
“De cara al futuro, creemos que la inflación general se mantendrá cerca de su nivel actual durante los próximos trimestres, ya que la inflación de la energía aumenta y la de los alimentos se mantiene por encima del 2%. Pero creemos que el descenso de la inflación de los servicios en febrero es el inicio de una tendencia que hará bajar sustancialmente la tasa subyacente este año. Así pues, en nuestra opinión, los riesgos se inclinan a favor de que el BCE recorte los tipos de interés más de lo que la mayoría prevé”, valora Jack Allen-Reynolds, analista de Capital Economics, en una nota para clientes.
En una línea similar se pronuncia Vincent Stamer, analista de Commerzbank, haciendo énfasis también en los servicios: “Al parecer, a los proveedores de servicios les resulta cada vez más difícil trasladar los aumentos de precios a los consumidores durante este período de debilidad económica”. “Es probable que la inflación de los precios de los servicios disminuya notablemente en los próximos meses. Además de la ralentización del aumento de las primas de seguros, esto también se debe a efectos base, ya que en los próximos meses los aumentos de precios de los servicios en 2024 no se compararán con el año anterior”, agrega.
Todo esto, junto a un IPC de bienes duraderos que debería permanecer por debajo del 1%, ayudarán a bajar la inflación subyacente, subraya el economista. “Es probable que el BCE vea confirmada su trayectoria debido a la caída de la inflación subyacente. Por lo tanto, nada debería impedir un recorte de los tipos de interés esta semana. En general, esperamos que el BCE recorte los tipos de interés clave en otros tres tramos de 25 puntos básicos antes del verano, especialmente porque muchos miembros del Consejo de Gobierno del BCE están preocupados por la debilidad de la economía. El tipo de depósito se situaría entonces en el 2%”, completa Stamer.
El BCE ha recortado los tipos cinco veces desde junio y se da por más que seguro que volverá a hacerlo cuando se reúna este jueves en Fráncfort. En general, los analistas, como el de Commerzbank, predicen recortes consecutivos hasta que el tipo de depósito (actualmente del 2,75%) alcance el 2%, lo que sumaría tres recortes de 25 puntos básicos más contando con el del jueves. Sin embargo, los inversores creen que es posible que haya una pausa en abril, y es que en los últimos días ha habido bastante ‘ruido’.
Las opiniones en el seno del Consejo de Gobierno están empezando a diverger con claridad. Los halcones, con declaraciones muy significativas de la alemana Isabel Schnabel, abogan por un enfoque más cauteloso , para evitar bajar demasiado los tipos. Otros están más preocupados por la posibilidad de que una economía vacilante arrastre la inflación por debajo del 2%.
Un problema importante es que los costes del endeudamiento se están acercando a niveles neutrales que no restringen ni estimulan la actividad económica. Los inversores estarán atentos esta semana para ver si el BCE continúa describiendo su postura como “restrictiva” o si opta por un lenguaje diferente que indique que podría tomarse un respiro en los próximos meses.
Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo, ha dicho que no está segura de que la política siga siendo restrictiva, mientras que el belga Pierre Wunsch ha instado a los funcionarios a no “caminar dormidos hacia el 2% sin pensarlo” y el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha deslizado que es mejor “no apresurarse” a realizar más recortes.
Los que tienen una mentalidad más acomodaticia no parecen dispuestos a ceder. El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, ha señalado que “podríamos estar en el 2% este próximo verano” y el colega de Schnabel en el Comité Ejecutivo, Piero Cipollone, ha citado el desmantelamiento paralelo por parte del BCE de medidas de estímulo anteriores como una razón para una flexibilización más agresiva. En una posible concesión, Yannis Stournaras, de Grecia, ha dicho que los funcionarios podrían realizar los dos últimos recortes de tipos en otoño, lo que implica una pausa en el camino.
El panorama internacional no ayuda a clarificar. “Los acontecimientos geopolíticos están haciendo que las perspectivas de inflación sean muy inciertas en este momento. Pensemos, por ejemplo, en la incertidumbre en torno a una guerra comercial y los precios de la energía. Para el Banco Central Europeo, la gran pregunta es hasta dónde llegará”, cierra Bert Colijn, de ING.
Fuente: Revista El Economista