La actualidad en el frente arancelario no está pasando desapercibida para los gestores de fondos. Si en marzo ya se apreciaron las primeras señales de rechazo a los activos estadounidenses por el miedo a una guerra comercial, la encuesta a gestores de abril confirma una huida en desbandada en bolsa estadounidense, y un deterioro en sus perspectivas macro, que tiene pocos precedentes. El desarrollo de las políticas comerciales de la nueva administración Trump ha hundido a los gestores, y ya tienen las peores perspectivas de crecimiento a 12 meses de los últimos 30 años, además de esperar un aterrizaje duro de la economía estadounidense a corto plazo, recesión mundial, y un nuevo ataque inflacionista. Wall Street se ha convertido en el activo más infraponderado de las carteras y los encuestados creen que el oro, en primer lugar, y la liquidez, en segundo, serán los activos que mejor se comporten este año, un giro radical frente a su opinión en marzo.
Si se analiza la opinión que tienen los gestores de fondos encuestados por Bank of America sobre las perspectivas macroeconómicas en los próximos 12 meses, la última encuesta del banco no deja lugar a dudas: la situación ha dado un giro en las últimas semanas, en las que Donald Trump ha desatado su guerra comercial, y ahora se plantea como uno de los peores escenarios posibles, con una recesión mundial asomando la cabeza, un aterrizaje duro de la economía estadounidense, que ha perdido ya condición llamada “excepción americana”, y un nuevo repunte inflacionista en el horizonte.
En primer lugar, cabe destacar cómo el 82% de los gestores espera un crecimiento menor que el actual dentro de 12 meses, y es la peor lectura en este sentido que se ha visto en los últimos 30 años. El contraste entre el impacto positivo que puede tener un recorte de impuestos en EEUU, y el que se espera que tengan los estímulos en China, es una buena metáfora de cómo los gestores no esperan que los últimos acontecimientos vayan a permitir a EEUU mejorar el comportamiento de su gran rival asiático: el 63% de los encuestados descarta que las bajadas de impuestos en EEUU vayan a aumentar el crecimiento en la segunda mitad de año, mientras que el 63%, el mismo porcentaje, sí cree que China conseguirá acelerar el avance de su economía con sus estímulos en ese mismo periodo.
Al mismo tiempo, el recorte en las perspectivas de crecimiento que se espera en EEUU vendrá acompañado por un nuevo repunte de la inflación, el peor escenario macro posible para una economía, y más teniendo en cuenta que, ni la Reserva Federal, en EEUU, ni el Banco Central Europeo, en la zona euro, todavía han conseguido reducir el crecimiento inflacionista hasta el objetivo del 2%. Si se cumplen las previsiones de los encuestados, no conseguirán este hito, al menos, durante el próximo año, y es posible que se sufran nuevos episodios inflacionistas que metan presión a los bancos centrales en los próximos meses. Es más, el escenario de “estanflación” es el más probable en los próximos 12 meses para el 90% de los participantes.
Adiós a los viejos resfriados
La encuesta rompe con algunos tópicos de los mercados financieros, no solo con el excepcionalismo americano. También termina con el dicho de “cuando EEUU estornuda, Europa se resfría”. La opinión de algunos gestores contempla una “esperanza” de que la región del euro escape de la recesión gracias a Alemania.
El 82% de los gestores europeos cree que la economía global se debilitará durante el próximo año, el nivel más alto de los últimos 25 años, debido a la guerra de aranceles de Trump. Dentro de este pesimismo hay rayos de luz. Un 37% espera un crecimiento más débil en Europa, mantiene la brecha con las expectativas de crecimiento mundial en el extremo superior del rango de 20 años. El 48% considera que el estímulo fiscal alemán será un punto de inflexión, junto al gasto en defensa de toda la UE, permitiendo que la macroeconomía europea se desvincule de los obstáculos estadounidenses. Hay escasos profesionales (un 5%) que esperan que la guerra arancelaria provoque una mayor inflación en la región.
Alemania ha pasado de ser el enfermo en Europa a la gran esperanza para no terminar arrastrados por los aranceles. El nuevo gobierno de Friedrich Merz ha comprometido 500.000 millones de inversiones en un plan de infraestructura y ha enterrado temporalmente la sagrada regla de endeudamiento cero. Bloomberg Intelligence estima que el paquete impulsará el PIB entre un 1 y un 1,6% y parte del avance llegará a la zona euro, añadiendo cuatro décimas al crecimiento para 2026.
En la pasada encuesta de marzo, los gestores anticiparon una gran rotación de inversiones hacia Europa con la mayor huida de capital de la historia. Bank of America esta vez destaca que la bolsa alemana es la favorita de los gestores para invertir y le sigue la española.
El impacto en las carteras: huida de Wall Street
Con este escenario tan negativo para Estados Unidos sobre la mesa, los gestores han adaptado sus carteras para estar preparados ante este nuevo contexto que se plantea a futuro. Si la llamada ‘excepción americana’ (la idea que presenta a EEUU como un país y un mercado mejor que los del resto del mundo) ha tocado techo, como creen los encuestados en esta ocasión (el 73% de los participantes así lo reconoce), es lógico que la exposición a bolsa estadounidense siga cayendo.
De hecho, la ponderación de Wall Street en las carteras de los encuestados no ha dejado de descender en los últimos dos meses, hasta ser en este momento el activo más infraponderado en las carteras de los gestores, por debajo de otras 16 clases diferentes de activos. Y el desinterés por la bolsa norteamericana todavía puede continuar, teniendo en cuenta que el porcentaje de gestores que reconoce seguir queriendo infraponderar esta bolsa es el más alto que se ha visto en la historia.
A cambio, los gestores están entrando en activos defensivos, como el oro y la liquidez. Esta última, de hecho, ha experimentado el mayor incremento de peso en las carteras desde abril de 2020, en el peor momento de la pandemia de Covid. Sin embargo, el activo que mantiene las mejores perspectivas para este año es el oro, y esto supone un cambio radical frente a la opinión que mantenían los gestores el mes pasado.
En marzo, el mejor activo en el que estar invertido era la bolsa mundial, a juicio de los gestores, y ahora esta ha pasado al cuarto lugar, y se ha visto adelantada por el oro, el nuevo favorito de los encuestados, la liquidez, en segundo lugar, y los bonos soberanos, en tercero. El carácter de activo refugio que mantienen los 3 activos favoritos es un reflejo de las malas perspectivas macroeconómicas que hay ahora en el mercado.
Fuente: Revista El Economista