Uno de los grandes ganadores de la primera guerra comercial de Trump contra China (y la tensión derivada desde entonces) fue Vietnam. Hasta ese momento el gigante asiático era, sin reservas, la gran fábrica del mundo. Sin embargo, desde entonces las empresas cada vez veían más peligroso que toda su cadena de suministro dependiese de este país. Un sentimiento que se aceleró con la guerra de Rusia y Ucrania, que demostró los peligros que podría traer para todas estas firmas estar atrapadas en el fuego de un choque de sanciones con Occidente. Es por ello que poco a poco Vietnam se ha consagrado como uno de los países más potentes del mundo a nivel exportador. Un status que puede verse golpeado por el ascenso de Donald Trump.

El país asiático es (quitando microestados como Singapur o Malta) el país con unas mayores exportaciones sobre su PIB de todo el mundo con un 95%, solo por detrás de Irlanda (134%). Esto ha sucedido con un victorioso despertar pues en 2014 apenas era del 68%. Si en 2014 exportaba 142.000 millones de dólares en bienes y servicios, ahora lo hace a 384.000 en 2023. Según los últimos datos publicados por su ministerio de Comercio esto se debe principalmente a EEUU que con cerca de 109.460 millones la potencia norteamericana representó cerca de un 30% de todas las ventas al exterior.

Hasta los años noventa el comercio entre ambos estaba totalmente roto, pues las heridas de la guerra prolongada y sangrienta de los años sesenta todavía estaban muy presentes. Sin embargo, desde entonces el comercio ha ido ‘in crescendo’ y esta última oleada de tensión ha sido clave, convirtiéndose para firmas de todo el mundo y una gran alternativa de China. Entre las empresas estadounidenses que cambiaron Pekín por Hanoi destacan Boeing, Space X, Pfizer, Amazon, Nike, hasta 11 clusters de Apple… y otras firmas europeas como Inditex, Adidas o H&M también han recorrido este camino.

Al margen de las sensaciones geopolíticas el atractivo vietnamita viene también de unos salarios más baratos que hacen que ‘made in China’ haya perdido la ventaja competitiva que antes ostentaba. El sueldo en Vietnam es, de media, de unos 427 euros al mes, mientras que en china ya ronda los 1.070 euros tras haber desarrollado una mayor clase media. Si bien en 2021 solo creció un 2,55% agobiado aún por la pandemia, desde entonces no miró atrás y en 2022 creció un 8%, para hacer lo propio un 5,05% en 2023. Ahora el tercer trimestre de 2025 ha crecido oficialmente un 7,4% y las estimaciones del gobierno apuntan a un 7% para todo el año.

El éxito de Vietnam, en peligro

Ahora toda esa buena racha está en peligro. Según los analistas de ING este puede ser uno de los más afectados con un superávit comercial con EEUU de 122.000 millones de dólares, es decir, un 5,8% de su PIB se vería directamente afectado en caso de que los aranceles empiecen a subir. A pesar de que Trump no ha hablado de ningún gravamen excepcional para Vietnam, la realidad es que el magnate neoyorquino ha prometido una tasa general de entre el 10% y el 20% que actúe como un “anillo protector”.

Sin embargo, el país cumple con todas las condiciones que Trump ha puesto encima de la mesa en su campaña electoral. “Podría fácilmente convertirse en blanco de tales medidas proteccionistas y convertirse en un daño colateral”, dijo Leif Schneider, director del bufete de abogados internacional Luther en declaraciones a Reuters.

El jefe del Partido Comunista de Vietnam, To Lam, felicitó a Donald Trump por su victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pero ya advirtió de que la llegada del candidato republicano supondría un cierto cambio. En una primera llamada telefónica, Lam confirmó que ambos habían discutido respecto a los lazos económicos que se van a dar entre ambos países en esta nueva etapa.

“La victoria de Trump ensombrecerá sin duda la senda de crecimiento de Vietnam, que ha venido impulsada por las exportaciones”

Desde Fitch tiene claro el impacto: “La victoria de Trump ensombrecerá sin duda la senda de crecimiento de Vietnam, que ha venido impulsada por las exportaciones, particularmente si aumentan los aranceles”. En respuesta a la situación, desde la agencia creen que el país asiático “intentará mantener el delicado equilibrio de los lazos entre Estados Unidos y China continental, en parte para preservar el actual modelo de crecimiento respaldado por las exportaciones y la IED de ambas superpotencias”.

Y ya no es solo que el impacto en el PIB, sino que algunos expertos creen que las medidas arancelarias y en particular la fortaleza que traerá en el dólar, derivarán en una potente inflación reflotando en el país. Según Heng Koon How, director de Estrategia de Mercado, Investigación de Mercado y Economía Global del UOB Bank (Singapur), las políticas de Trump “generarán este aumento de precios”. De momento el país ha conseguido atar los precios por debajo del 3% tras superar el 4% casi todo el año. Sin embargo, su moneda (el dong), se ha hundido un 2% en cuestión de días tras conocerse el ascenso de Trump.

La moneda es una de las grandes preocupaciones de las autoridades respecto al país. “Los indicadores muestran que el riesgo de financiamiento a corto plazo de Vietnam es sensible, lo que refleja la disminución de las reservas de divisas y la cobertura de las importaciones, así como el alto crecimiento del crédito”, comentan los expertos de Allianz. En ese sentido, el banco germano explica que “el país debe garantizar la estabilidad con el dólar”. En ese sentido, “si las condiciones de la demanda externa se deterioraran y las reservas de divisas cayeran aún más, el banco central podría llegar a no poder defender su moneda”.

Desde BNP señalan que la moneda lleva siendo uno de los grandes riesgos para el país desde hace un tiempo. “Se ha producido una verdadera fuga de capitales en 2022 y, aunque en 2023 hubo menos presión gracias al superávit de cuenta corriente (con EEUU) aún hay problemas de liquidez”.

“El Departamento de Comercio de Estados Unidos ya anunció en octubre un arancel del 2,85% a las células solares importadas de Vietnam y un gravamen del 300% a las marcas chinas que exporten desde empresas asociadas con este país”

Desde el Banco Mundial explican que para que mantenga su importante crecimiento el país necesita mantener las exportaciones, pero también “las autoridades deberían profundizar las reformas estructurales, aumentar la inversión pública y, al mismo tiempo, gestionar cuidadosamente los riesgos financieros emergentes”.

Sin embargo, desde Fitch dicen que el ascenso de Trump traer una oportunidad: los aranceles a China. Tal y como ocurrió en 2017, si Vietnam consigue mantener abiertas sus puertas a EEUU y Trump cumple con aranceles al 60% sobre su vecino, “Vietnam podría convertirse en un exportador alternativo de algunos productos, como los textiles, pero también se enfrentaría a riesgos de que China desviara sus exportaciones de algunos productos, como el acero, a Vietnam, lo que empeoraría su déficit comercial con China”.

Sin embargo la ofensiva contra China puede traer más problemas que beneficios. En parte porque Vietnam está plagado de empresas chinas que podrían ser el blanco de EEUU. “El Departamento de Comercio de Estados Unidos ya anunció en octubre un arancel del 2,85% a las células solares importadas de Vietnam y un gravamen del 300% a las marcas chinas que exporten desde empresas asociadas con este país”, comentan los expertos de Fitch. En ese sentido, la cercanía con este gran rival podría potenciar a Hanoi, pero también ponerle en el blanco (en algunos casos) de varias de las sanciones más agresivas que se plantean ya por parte del próximo gobierno.

Fuente: Revista El Economista

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