Aunque parezca imposible que una recesión sea positiva, lo cierto es que la economía de Argentina ha vivido un 2024 que ha sido mucho menos malo de lo previsto. Las previsiones iniciales hablaban de una recesión en el año (caída del PIB) que hundiría la economía hasta un 4%. Esta era por ejemplo la previsión de BBVA. Sin embargo, la actividad económica acabó el año pasado con una contracción de ‘solo’ el 1,8%, un descenso muy inferior al estimado: “El PIB real se contrajo menos de lo esperado en 2024, con una caída de ‘solo’ 1,8% interanual”, reza el informe publicado esta semana por JP Morgan en el que se destaca que todo hace indicar que la economía argentina va a disfrutar este año de un sólido crecimiento y que el gran riesgo para las previsiones es que estas se queden cortas.
La economía argentina ha logrado una recuperación más rápida y robusta de lo esperado, con un crecimiento proyectado del 5,5% en 2025, según el último informe de JP Morgan. Lejos de cualquier atisbo de recesión, el país se encamina a un año de fuerte expansión impulsado por el comercio exterior, la recuperación del consumo y la normalización de la actividad económica tras los ajustes iniciales del gobierno de Javier Milei, que han estado basados en históricos recortes del gasto público, una fuerte desregulación y la limpieza del balance del banco central. Ahora, “los riesgos sobre nuestra previsión de crecimiento están inclinados al alza”, señala JP Morgan, sugiriendo que la expansión podría ser aún mayor si se mantiene el actual ritmo de recuperación.
No solo eso, esta vuelta al crecimiento se está produciendo en medio de una desinflación histórica (por lo rápido que se está enfriando el crecimiento de los precios ) y de un recorte del gasto público sin precedentes. El último dato en publicarse de inflación fue también mejor de lo esperando, con crecimiento mensual de los precios del 2,2% en enero, unos mínimos que no se veían desde el verano de 2020. El giro de la economía de Argentina sigue tomando forma a medida que se conocen nuevos datos que vienen a confirmar que el riesgo de hiperinflación, por ejemplo, parece haberse disipado.
Respecto a la actividad económica y su buen momento, cabe decir que tiene mucho que ver el optimismo de los agentes, la mejora de los salarios reales y el buen momento del sector exportador. Esta visión optimista se fundamenta en la solidez del repunte económico registrado en los últimos meses de 2024, cuando el PIB mostró una dinámica de recuperación en forma de “V”, recuperando en diciembre los niveles de actividad previos a la crisis de mediados de 2023.
Los últimos indicadores de estimación de la actividad han batido una vez más las previsiones de los expertos. Por ejemplo, en diciembre, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró un aumento del 5,5% en términos interanuales, mientras que en la comparación desestacionalizada creció un 0,5% respecto a noviembre. Con estos datos, la economía argentina parece haber consolidado una fase de recuperación tras la crisis de los años previos. “Los datos de actividad económica en Argentina corroboran el cierre de la recesión en V que inicio bajó el último kirchnerismo”, asegura Daniel Fernández, economista y profesor de la Universidad Francisco Marroquín. “La actividad económica cerró el año con un impulso positivo, lo que refuerza nuestras proyecciones para 2025”, refuerza el banco estadounidense.
Para este 2025, uno de los pilares del crecimiento argentino será el sector externo, donde el país ha mantenido superávits comerciales consecutivos durante 14 meses. En enero de 2025, el saldo comercial fue positivo en 100 millones de dólares, reflejando un leve deterioro respecto al mismo mes de 2024, pero aun mostrando un sólido comportamiento que cabe destacar. “Las exportaciones crecieron un 9,1% interanual, con un aumento del 12,5% en volúmenes”, destaca JP Morgan, señalando la resiliencia de los sectores productivos.
El superávit se ha mantenido a pesar del incremento en las importaciones, que repuntaron un 24,6% respecto al año anterior por la recuperación de la demanda interna, la previsión del banco para 2025 sigue mostrando un balance comercial muy positivo de 14.000 millones de dólares. La combinación de mayores exportaciones agrícolas y un incremento sostenido en la venta de hidrocarburos y minerales permitirá financiar el auge de las importaciones sin comprometer la estabilidad de la balanza de pagos.
El crecimiento de las exportaciones ha sido fundamental para sostener el aumento de las importaciones. En enero, las exportaciones alcanzaron los 5.900 millones de dólares, con un incremento interanual del 9,1%, impulsado por un crecimiento del 12,5% en volúmenes, aunque los precios se redujeron un 2,9%. Sin embargo, los expertos advierten que la oferta exportadora podría verse afectada por una menor producción agrícola en comparación con 2024, lo que reduciría los ingresos por ventas de soja, maíz y trigo en aproximadamente 2.000 millones de dólares este año.
Por otro lado, las importaciones se han disparado, alcanzando los 5.700 millones de dólares en enero, lo que representa un aumento del 24,6% interanual. Este incremento ha estado impulsado por la recuperación de la demanda interna y la eliminación del impuesto PAIS sobre las importaciones en diciembre de 2024. “Esperamos que las importaciones asciendan a unos 72.000 millones de dólares en 2025, aproximadamente 12.000 millones más que el año pasado”, apunta JP Morgan.
Un crecimiento todavía desigual
Aunque el crecimiento económico no es homogéneo, pero sectores clave muestran un avance contundente. “El sector manufacturero, construcción, comercio y la intermediación financiera lideran la recuperación con tasas de crecimiento de dos dígitos”, resalta JP Morgan. La inversión extranjera y la mayor apertura del comercio también están dinamizando la economía, mientras que la eliminación del impuesto PAIS sobre las importaciones ha reducido costos para las empresas.
Aunque algunos sectores aún no han alcanzado los niveles de 2023, la tendencia es clara: Argentina ha salido de la recesión con un impulso notable. En este contexto, JP Morgan espera que la expansión continúe en 2026, aunque a un ritmo más moderado del 3,5%. Con una política económica que busca consolidar el equilibrio fiscal y una balanza comercial que sigue mostrando solidez, el escenario para Argentina en los próximos meses es alentador, con el potencial de superar incluso las estimaciones más optimistas.
Por otro lado, las importaciones se han disparado, alcanzando los 5.700 millones de dólares en enero, lo que representa un aumento del 24,6% interanual. Este incremento ha estado impulsado por la recuperación de la demanda interna y la eliminación del impuesto PAIS sobre las importaciones en diciembre de 2024. “Esperamos que las importaciones asciendan a unos 72.000 millones de dólares en 2025, aproximadamente 12.000 millones más que el año pasado”, apunta JP Morgan.
A la espera del FMI
A este panorama se suma la expectativa de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que podría aportar hasta 20.000 millones de dólares a la economía argentina. Según Bloomberg, entidades como UBS, Morgan Stanley y Bank of America anticipan desembolsos de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares en 2025, lo que permitiría fortalecer las reservas del Banco Central y avanzar en la eliminación de los controles de capital.
El gobierno de Javier Milei ha señalado que estos fondos se destinarán a sanear el balance del Banco Central y reducir la deuda del Tesoro con la entidad monetaria. “Existe un potencial para sorpresas positivas en la magnitud del acuerdo y en el calendario de los desembolsos”, afirmó Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de UBS. El acercamiento al FMI busca otorgar mayor estabilidad macroeconómica y facilitar el regreso de Argentina a los mercados internacionales de crédito. “Los inversores están atentos a cómo el gobierno de Milei utilizará estos fondos y cuándo eliminará los controles cambiarios”, apunta Bloomberg.
A pesar de los desafíos que enfrenta la economía argentina, el optimismo de los mercados se ha reflejado en la recuperación de los bonos soberanos. Tras el discurso de Milei ante el Congreso, los bonos con vencimiento en 2035 se negociaron a 65 centavos por dólar, lo que evidencia una mejora en la percepción del riesgo país.
El plan de ajuste fiscal y estabilización macroeconómica de la administración Milei ha sido bien recibido en Wall Street, aunque aún existen interrogantes sobre la sostenibilidad de las políticas en el largo plazo. Bank of America señala que “los mercados podrían estar subestimando la posibilidad de que Argentina acepte un ajuste fiscal adicional como parte del acuerdo con el FMI“. El contexto internacional también juega un papel relevante en la evolución económica del país. La apreciación del peso argentino y la mayor apertura comercial están impulsando el flujo de importaciones, mientras que la recuperación de la producción agrícola, aunque moderada, ayudará a sostener los ingresos por exportaciones.
Con una economía que se expande con mayor fuerza de la prevista, Argentina podría sorprender en 2025 con un crecimiento superior al esperado. La combinación de un sector externo sólido, un repunte en la actividad productiva y un respaldo financiero del FMI configuran un escenario que, aunque desafiante, ofrece motivos para el optimismo.
Fuente: Revista El Economista