Cuando se habla de Javier Milei y su ideología, rápidamente surgen las comparaciones con determinados partidos muy escorados a la derecha y profundamente conservadores. Sin embargo, el partido Libertad Avanza y el propio Milei son un tanto diferentes. Buena prueba de ello es la fuerte defensa que ha realizado Milei del comercio internacional y de la puesta en marcha de una batería de medidas para facilitar la importación de bienes extranjeros. Frente al proteccionismo que defienden otros gobiernos (cada vez son más los que se suben a esta ola), el Gobierno de Milei quiere que los bienes baratos y de calidad lleguen a Argentina para que los ciudadanos tengan acceso a una mayor oferta de productos a un precio más competitivo. Sin duda, este objetivo está directamente ligado con el plan para reducir la inflación y mejorar el poder adquisitivo de los argentinos. Por ahora, la economía parece haber despertado,mientras que el riesgo país y la inflación se moderan con intensidad.
El presidente argentino Javier Milei ha iniciado una transformación radical en la economía del país, desmontando un entramado de aranceles y regulaciones que, durante décadas, protegió la producción nacional a costa de encarecer los bienes importados. Según un reportaje del Financial Times, estas medidas buscan combatir la inflación y mejorar el acceso de los argentinos a productos internacionales. El resultado ya es tangible: por primera vez, muchos argentinos pueden realizar pedidos en Amazon con envío gratuito desde Estados Unidos, mientras supermercados comienzan a ofrecer productos como el detergente Tide y atún ecuatoriano, bienes hasta ahora casi inaccesibles.
Milei ha reducido significativamente los aranceles de una amplia gama de productos, desde freidoras de aire hasta ropa, en un intento por bajar los precios y aliviar el impacto de la inflación, que aún ronda un 2,4% mensual. También triplicó el límite anual para pedidos personales del extranjero a 3.000 dólares, eximiendo los primeros 400 dólares de impuestos. Estas medidas, junto con la eliminación de un impuesto general del 7,5% a las importaciones y un 30% sobre compras con tarjetas en el exterior, han revolucionado el acceso a bienes en un país donde los precios de muchos productos duplican o triplican los de otros mercados.
Milei, por su parte, defiende su estrategia. En un evento empresarial, afirmó que su plan busca “desmantelar el esquema desastroso de sustitución de importaciones” que, según él, castigó a la sociedad con bienes caros y de menor calidad. Aunque estas reformas marcan un giro histórico en la política económica argentina, su éxito dependerá de equilibrar la apertura comercial con medidas que fortalezcan las empresas locales, evitando un colapso en sectores clave. Mientras tanto, la economía argentina sigue atrapada entre la promesa de precios más bajos para los consumidores y el temor de una pérdida significativa de empleo en el sector manufacturero.
“Estamos reduciendo los aranceles que sustentan el esquema desastroso de reemplazo de importaciones”, asegura Milei en un evento empresarial en octubre. “Este esquema ha castigado a toda la sociedad con bienes y servicios de peor calidad y a un precio más alto, en beneficio de unos pocos privilegiados”.
Los aranceles bajan en bloque
Con el objetivo de reducir los precios al consumidor y acelerar el descenso de la inflación anual de tres dígitos de Argentina, el gobierno de Milei ha reducido los aranceles de docenas de productos, desde crema para el acné hasta urnas funerarias. También ha eliminado trámites burocráticos en la agencia de aduanas, incluida una norma que requería que representantes de los fabricantes locales aprobaran algunas importaciones de sus rivales extranjeros.
La administración de Milei también triplicó el monto anual que los argentinos pueden pedir al extranjero para uso personal, llevándolo a 3.000 dólares, y eximió los primeros 400 dólares de aranceles. Amazon comenzó a ofrecer envío gratuito de algunos productos desde su tienda estadounidense a Argentina en noviembre.
El 22 de diciembre, el gobierno dejó de cobrar un impuesto general del 7,5% sobre todos los bienes importados y un impuesto del 30% sobre las compras de argentinos con tarjetas en el extranjero. Estos cambios colocan a Argentina en un rumbo opuesto al de gran parte del resto del mundo. En los últimos años, países europeos y Estados Unidos han levantado nuevas barreras comerciales para proteger las industrias locales de las importaciones baratas provenientes de China y otros lugares.
Las empresas manufactureras argentinas advierten que un aumento en las importaciones podría afectar de forma negativa a un sector que emplea a casi una quinta parte de los trabajadores y que ya ha sido duramente golpeado por la crisis económica del país. La actividad manufacturera cayó un 12,7% en los primeros nueve meses de 2024 en comparación con el mismo período de 2023. “Las importaciones están aumentando, la demanda está cayendo y nuestros costos han subido”, asegura Pablo Yeramian, director del grupo textil Norfabril, quien ya ha reducido el 15% de su plantilla de 280 empleados. “Estamos intentando resistir, pero esperamos tener que hacer más recortes”.
Un vuelco para la economía argentina
Las reformas de Milei son un giro de 180 grados para la economía argentina. Gobiernos del movimiento peronista, aliado con los sindicatos, han implementado aranceles y subsidios para promover la industria nacional, mientras que gobiernos de derecha en las décadas de 1970 y 1990 eliminaron restricciones, provocando oleadas de cierres industriales.
Milei ha asegurado que quiere liberar las fuerzas del mercado para reorientar la economía argentina hacia sectores donde tiene una ventaja competitiva: agricultura, minería, energía y tecnología, que en conjunto emplean solo al 12% de los argentinos. Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta y actual líder del principal partido peronista, dijo en noviembre que Milei “quiere reducirnos nuevamente a una simple colonia que explota materias primas y a la mierda con todo lo demás”.
La economía se cerró con intensidad bajo el predecesor peronista de Milei, Alberto Fernández, quien intentó proteger las escasas reservas de divisas limitando la capacidad de las empresas para pagar a sus proveedores. Las restricciones interrumpieron gravemente a los fabricantes y minoristas, provocando escasez de bienes como neumáticos. “La única forma de importar algo era si conocías a alguien en el gobierno a quien podías pagar por debajo de la mesa para saltarte la fila”, señala Ricardo Martinoglio, director ejecutivo de la cadena de hardware Lüsqtoff, que importa y reetiqueta sus productos.
El gobierno de Milei resolvió esos problemas a principios de 2024, eliminando los largos tiempos de espera para los pagos y creando un bono en dólares para ayudar a las empresas a pagar las deudas que habían acumulado con los proveedores. Ahora, asegura Martinoglio, los recortes de aranceles del gobierno le permitirán dejar de subir los precios a pesar de la aún alta tasa de inflación mensual de Argentina, del 2,4%. “Mi taladro costará lo mismo en dos meses, pero tu salario habrá subido”, afirmó, refiriéndose a los aumentos regulares de salarios por inflación en el país, en declaraciones al diario Financial Times. Ahora, la situación empieza a revertirse, pero toda acción tiene consecuencias en varias direcciones, por lo que Milei deberá buscar un equilibrio.
Manuel Sánchez Gómez, director de Frávega, el mayor minorista de electrónica de Argentina, dijo que la reapertura de la economía y la estabilización macroeconómica impulsadas por Milei habían “mejorado mucho” las perspectivas del negocio. “Nuestro horizonte de planificación ha pasado de aproximadamente dos meses a tres años”, señaló en declaraciones al FT.
Julio Rodríguez Rabellini, economista de la cámara de comercio de Argentina, comenta que el peso de la industria manufacturera en la economía “probablemente se reducirá” bajo Milei. Sin embargo, destacó que el gobierno estaba actuando “con bastante cuidado”, señalando que había reducido, en lugar de eliminar, los aranceles. Milei está limitado por la pertenencia de Argentina a Mercosur, el bloque comercial sudamericano, que impone un arancel común de hasta el 20% sobre bienes externos y solo permite a los países un número limitado de excepciones. En la cumbre de noviembre, Milei llamó a Mercosur una “prisión”.
Un funcionario de la secretaría de industria y comercio de Argentina dijo que el gobierno solo reduciría los impuestos domésticos cuando pudiera hacerlo “sin romper el equilibrio fiscal”, que es la columna vertebral del programa económico de Milei. Añadió que varios de los impuestos que enfrentan los fabricantes fueron establecidos por las provincias.
Fuente: Revista El Economista