Año nuevo, vida nueva, pero también precios nuevos. Muchas de las facturas habituales para cualquier consumidor sufren cambios con el inicio de un nuevo ejercicio debido a ajustes de las compañías, aunque casi siempre esas variaciones suelen transformarse en un encarecimiento de los bienes y servicios. España prevé cerrar el ejercicio 2024 con una inflación que estará entre el 2,8% y el 2,9%, según cifras del Banco de España, lo que supondrá un descenso del IPC de más o menos medio punto respecto al año pasado.
Sin embargo, algunos sectores sufrirán incrementos mucho mayores que la media del IPC. Las razones son variadas: vuelta a tipos impositivos previos a la guerra entre Rusia y Ucrania, como es el caso de la factura de la luz o los impuestos a la alimentación; o bien otros sectores que parten de una situación completamente diferente, como es el de la vivienda, que seguirá viviendo en 2025 otro año de presión constante en los precios. También hay facturas que permanecerán, al menos de momento, estables, ya sea por regulación o por la ausencia de la misma, como en los carburantes.
Energía y carburantes
Los combustibles son uno de los gastos fijos para muchos que verán, al menos en el inicio de 2025, su coste inalterado. El fracaso de la propuesta del Gobierno de equiparar el precio del diésel al de la gasolina por falta de apoyos políticos impidió que finalmente el primero incrementara su valor alrededor de diez céntimos por litro, lo que implicaría un coste extra de 6 euros para llenar un depósito de 50 litros. No obstante, los hidrocarburos son uno de los bienes más volátiles —como ya se pudo ver sobre todo en 2022—, aunque la llegada de Trump al poder en menos de un mes augura un buen futuro para esta fuente energética, en detrimento de las renovables, al menos, en ese país.
En cuanto a la luz, su destino para inicio de año va a ser otro muy distinto. Y es que las medidas adoptadas por el Gobierno con el inicio de la crisis energética finalizarán precisamente en enero. El Ejecutivo ya formalizó en primavera la subida del IVA del 10% al 21%, aunque se ha seguido aplicando el primero a aquellos contratos con una potencia inferior a 10 kW cuando el precio en el mercado mayorista supere los 45 euros por MWh.
Además, otros tributos como el Impuesto Especial de la Electricidad (IEE) y el Impuesto a la Producción Eléctrica (IVPEE) han recuperado sus valores habituales, por lo que según la OCU, hará que la factura media de los hogares crezca un 13%. Por último, el gas natura verá como este año y al inicio del que viene se verá reducido su coste por la rebaja en los peajes aplicada por la CNMC, que abarata la factura un 7,2% a los hogares y prácticamente un 10% a las industrias.
Vivienda e hipotecas
El mercado de la vivienda es el otro sector que sufrirá alzas en 2025. A pesar de la escalada en la que el sector lleva sumergido tras la pandemia, el boom no parece tener fin por el momento. La compraventa se disparó un 51,3% en octubre respecto al mismo mes del año anterior, suponiendo el mayor incremento desde agosto de 2021 y la mayor cifra desde mayo de 2007.
Este impulso, que provocará precios un 10% más caros en 2025, viene dado por el abaratamiento de las hipotecas fruto de la bajada de tipos. De hecho, estas prevén rebajas de entre un 5% y un 10% si se llevan a cabo las bajadas previstas por el BCE para el año que viene. El euríbor empezó el año al 3,679% y va a cerrarlo cerca del 2,45%, lo que abaratará la hipoteca media unos 470 euros. Incluso en la banca ya se empieza a hablar de una guerra por los clientes considerados como Vips: preferiblemente con dos nóminas y unos ingresos netos mensuales de 3.000 euros.
Seguros
Los seguros seguirán sufriendo alzas, en especial en el caso de los seguros de salud. Según los comparadores Kelisto.es y Selectra, el incremento en estos productos oscilará entre un 10% y un 15% a principios de año, que es cuando se actualizan las tarifas. El aumento del interés debido a la saturación de la sanidad pública, acompañado de un incremento de costes están provocando esta inflación.
Mientras, el de automóviles ha visto como el final de 2024 ha supuesto una relajación en las tarifas y para inicios del año que viene la tendencia es que siga a la baja, sin volver a niveles previos a 2023. Los seguros de hogar, por su parte, han crecido un 12% en 2024 y se espera que la tendencia continúe, aunque no con tanta tensión como en salud.
Telecomunicaciones
En el sector de las telecos, el inicio de año da lugar a subidas en los principales operadores del mercado. Masorange, Vodafone y Movistar aumentarán sus tarifas en torno a la media del IPC del año, por lo que el aumento estará rondando el 3%. Esto, además, provocará un efecto arrastre en las compañías más pequeñas. En cuanto a las plataformas de streaming, Netflix anunció su subida de precios el pasado mes de octubre, HBO (ahora Max) se está centrando en finalizar las cuentas compartidas, y Prime Video ya ejecutó el incremento cuando añadió la versión con anuncios.
Alimentación
La cesta de la compra también será algo más cara el año que viene. En línea con los ajustes fiscales en la luz, los alimentos lo seguirán con la vuelta del IVA al 4% en productos esenciales como la leche, los huevos, la fruta y las verduras. Las pastas y aceites, que ya pasaron del 5% al 7,5%, recuperarán los tipos del 10%, a excepción del aceite de oliva, que mantendrá un tipo del 4%.
Transporte
El transporte público en España mantendrá estables sus precios después de que el Gobierno anunciase una prórroga de seis meses a las políticas de descuentos y bonificaciones a los abonos recurrentes, sin que las distintas autoridades hayan anunciado subidas en otro tipo de billetes. La cosa cambiará a partir de julio, cuando se rebajarán esas bonificaciones del 60% al 40%, lo que elevará los precios de los abonos recurrentes.
En cuanto al transporte privado, los transportistas anticipan una subida de costes vinculada al cobro de los derechos de emisión a nivel europeo, lo que encarecerá los tráficos logísticos por carretera. En cuanto al transporte aéreo y ferroviario, los precios de los asientos seguirán al alza pero más contenidos que en años previos, en línea con el aumento de demanda y de costes operativos.
Automoción
La ardua tarea de comprar un vehículo seguirá igual de complicada si no más. La normativa CAFE, emitida por la Comisión Europea, obliga a reducir las emisiones de 115 gramos de CO2 por kilómetro a 93,6, por lo que los fabricantes tendrán que superar la barrera del 13% de vehículos puramente eléctricos que se venden en España actualmente, así como endurecer los precios en aquellos que incluyan motor de combustión.
Turismo
La fortaleza del turismo parece que se mantendrá intacta en 2025 y las principales cadenas hoteleras ya anticipan subidas de precios para el próximo ejercicio, dado el empuje de los grandes destinos urbanos, una temporada veraniega cada vez más larga y un segmento MICE (eventos y conferencias) que seguirá creciendo con fuerza, por encima del 20%.
La esperada recuperación del turismo asiático y la prolongación del conflicto en Oriente Medio mantendrán a España como un destino preferente en el Mediterráneo pese al aumento de precios registrado en los últimos años, que ya comienza a estabilizarse y mostrará subidas más moderadas que en años previos, cuando superaron el 10%. Los cruceros aumentarán sus escalas en España y las agencias de viajes confían en que las cifras de turistas emisores sigan al alza.
Farmacia
El medicamento no se verá afectado por la subida de precios debido a que es un sector muy regulado. De hecho, sus precios se fijan por el Ministerio de Sanidad de manera permanente. No obstante, aquellos fármacos que llevan mucho tiempo en el mercado suelen padecer depreciaciones cada año.
FUENTE EL ECONOMISTA