Un juez federal estadounidense ha ordenado este viernes a la Administración Trump que suspenda sus planes de despedir a unos 2.200 empleados y de eliminar la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid) por considerar que se trata de un organismo fraudulento.
Dos representantes de los empleados habían presentado previamente una demanda, argumentando que el Gobierno de Donald Trump no tenía autoridad para suspender a los empleados, según han informado medios estadounidenses como ‘The New York Times’. El juez aclaró que su fallo era provisional mientras continuaba el litigio.
A comienzos de esta semana, el Gobierno de EEUU anunció que todo el “personal contratado directamente” que trabajara para la agencia en cualquier parte del mundo sería colocado en “licencia administrativa” a partir del viernes a las 23.59 hora local, con excepción de aquellos empleados en puestos críticos.
Según reportes de los medios, el secretario de Estado, Marco Rubio, determinó que menos de 300 empleados debían considerarse esenciales, por lo que quedarían excluidos de la suspensión. La agencia emplea a unas 10.000 personas, de las cuales dos tercios están basadas fuera de EEUU.
La Usaid fue creada en 1961 por el presidente John F. Kennedy para gestionar la ayuda humanitaria internacional estadounidense. Tiene miles de millones de dólares de presupuesto que destina a proyectos en distintos puntos del mundo para paliar la pobreza, las enfermedades y responder a hambrunas y desastres naturales.
No obstante, la agencia ha estado en el punto de mira de la Administración Trump desde el retorno del presidente a la Casa Blanca, que considera al organismo un ejemplo de derroche y desviación fraudulenta de activos.
El magnate Elon Musk, estrecho asesor de Trump y encargado del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) ha calificado a la agencia gubernamental de “organización criminal” y ha declarado que “es hora de que muera”.
“La corrupción” de la Usaid está en niveles raramente vistos antes: ¡Que se cierre!”, dijo Trump en su cuenta de su propia red social, TruthSocial.
Nippon Steel invertirá en US Steel
Por otra parte, Donald Trump ha señalado también este viernes que la empresa japonesa Nippon Steel está considerando invertir en la estadounidense US Steel en lugar de adquirirla, una operación valorada en 14.100 millones de dólares (13.654 millones de euros), a la que el mandatario se había opuesto.
“(Nippon Steel) ha acordado invertir fuertemente en US Steel en lugar de poseerla, y eso suena muy emocionante”, ha dicho Trump el viernes en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en la Casa Blanca.
En este sentido, el magnate ha insistido en que no le “gustó” la idea de la compra ya que US Steel es “una compañía muy importante” para el país.
“Fue la mayor empresa del mundo durante 15 años, hace muchos años, hace 80 años”, ha aseverado, al añadir que no quería “ver eso (a US Steel) irse”.
“Así que han acordado invertir en US Steel, en lugar de tenerlo. Y vamos a reunirnos con Nissan la semana que viene”, ha afirmado, tras referirse repetidamente al fabricante de automóviles Nissan Motor en lugar de a Nippon Steel, si bien fuentes cercanas al presidente han confirmado a la agencia Bloomberg que se refería a la empresa productora de acero.
La oferta de 14.100 millones de dólares de Nippon Steel por US Steel se convirtió en un punto político álgido durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 y tensó los lazos entre Estados Unidos y Japón, dos aliados normalmente incondicionales.
Durante la campaña electoral, Trump manifestó su oposición a una adquisición extranjera de US Steel, afirmando que no le gustaba la idea de vender una empresa estadounidense emblemática con sede en un estado políticamente importante a un comprador extranjero. La multinacional asiática ofreció en enero conceder a la Casa Blanca poder de veto sobre cualquier cambio que afectase a las capacidades operativas de US Steel, lo que permitiría garantizar sus niveles de producción en suelo norteamericano.
Según Bloomberg, Trump se reunió el jueves con el consejero delegado de US Steel, Dave Burritt, quien advirtió de que bloquear la venta pondría en peligro miles de puestos de trabajo y plantearía dudas sobre si la sede de la empresa podría permanecer en Pittsburgh, una ciudad con profundos vínculos históricos con la industria siderúrgica.
Déficit comercial
En la rueda de prensa entre ambos mandatarios en Washington, el magnate ha pedido a Ishiba que Japón elimine su déficit comercial respecto a Estados Unidos y ha destacado nuevas inversiones de la industria automotriz de su país.
“Quiero conseguir que otros países también igualen a Estados Unidos en términos de déficit”, ha mantenido.
Ishiba ha visitado Washington para reforzar los lazos económicos y de defensa entre Japón y EEUU en un contexto donde la Administración Trump ha impuesto aranceles a otros países como China.
“Estados Unidos subrayó su compromiso inquebrantable con la defensa de Japón, utilizando toda su gama de capacidades, incluidas las nucleares”, ha señalado la Casa Blanca en un comunicado, en el que ha destacado el compromiso de Trump hacia una nueva era de relaciones bilaterlaes.
Además, los dos líderes han acordado su intención de mejorar la seguridad energética y diversificar las cadenas de suministro y han reiterado su “firme oposición a cualquier intento de China de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción en el mar de China Oriental”.
También han tratado aspectos como la modernización de la infraestructura y la cooperación en defensa cibernética, y en el ámbito económico, han hablado sobre aumentar la inversión bilateral y colaborar en tecnologías clave.
Trump, además, asimismo, ha aceptado la invitación del primer ministro japonés para realizar una visita oficial a Japón en el futuro.
Clave para su diplomacia
Por su parte, la Oficina del Primer Ministro japonés ha defendido que “Estado unidos” es el país más importante para la diplomacia y seguridad de Japón”. “También , (Ishiba) afirmó que le gustaría trabajar junto con el Presidente Trump para continuar elevando la Alianza Japón-EEUU a nuevas alturas para lograr un Indo-Pacífico libre y abierto”.
Ambos mandatarios han coincidido en fortalecer “las capacidades de disuasión y respuesta” de la alianza. “Trump destacó el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con la defensa de Japón, utilizando toda su gama de capacidades, incluida la nuclear”, han sostenido, en la misma línea que la Casa Blanca.
“Los dos líderes afirmaron que Japón y Estados Unidos son socios cercanos también en el campo económico, y que Japón es el mayor inversor del mundo en Estados Unidos durante cinco años consecutivos”, han reiterado.
Tal y como ha defendido la Administración Trump, ambos intercambiaron puntos de vista sobre asuntos regionales. “Los dos líderes compartieron los puntos de vista sobre la situación relativa a Corea del Norte, y afirmaron la necesidad de abordar juntos sus cuestiones nucleares y de misiles, así como su decidido compromiso con la desnuclearización completa de Corea del Norte”, han matizado las autoridades japonesas.
Reunión con Zelenski
De otro lado, Trump ha adelantado este viernes que la próxima semana se reunirá con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, y que no descarta una conversación telefónica con el mandatario ruso, Vladimir Putin.
“Probablemente me reuniré con el presidente Zelenski la próxima semana, y probablemente hablaré con el presidente Putin”, ha comunicado el jefe de la Casa Blanca a los periodistas durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, con motivo de su visita oficial a Washington.
Trump ha destacado que siempre ha tenido una “buena relación” con Putin y ha incidido nuevamente en que si hubiera estado en la Casa Blanca durante el anterior mandato la guerra de Ucrania no se habría producido.
“Quiero ver el final de la guerra, en primer lugar porque están muriendo miles de personas”, ha dicho Trump, quien ha adelantado que uno de los temas de conversación durante este encuentro con el presidente Zelenski versará sobre la seguridad de las conocidas como ‘tierras raras’.
Más tarde, Zelenski ha reconocido que “las próximas semanas pueden ser muy intensas en materia diplomática”, y ha reconocido que en todo momento ha valorado de forma muy positiva el poder trabajar con Trump. “Haremos todo lo necesario para que este tiempo sea efectivo y productivo”, ha dicho.
“Estamos planeando reuniones y negociaciones a nivel de equipo. Los equipos ucraniano y estadounidense ya están ultimando detalles. Una paz fuerte y duradera deber hacerse realidad”, ha manifestado el presidente ucraniano en una escueta publicación en su perfil oficial de Telegram.
Justa y duradera
En paralelo, el jefe de la oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha mantenido una conversación telefónica con el enviado especial estadounidense para Ucrania y Rusia, Keith Kellogg, para concretar los detalles de la próxima visita de este último a Ucrania en febrero.
Yermak ha subrayando la “importancia” de esta cita y ha agradecido el “continuo apoyo” de Washington a Kiev en “la lucha contra la agresión rusa, incidiendo en que “la prioridad de Ucrania es lograr una paz justa y duradera”.
A este respecto, el representante de la oficina presidencial ha definido como “esencial” la existencia de un “compromiso activo” entre ambos países que permita preparar las negociaciones de paz “eficazmente” y de manera que ofrezcan garantías de seguridad.
“Ucrania debe recibir en cualquier circunstancia garantías de seguridad sólidas. Se trata de impedir cualquier agresión futura por parte de Rusia. Este no es un país que respete el derecho internacional ni los Derechos Humanos. Ninguna decisión será eficaz si no está respaldada por garantías de seguridad fiables”, ha apostillado, según una nota de Presidencia.
Trump también ha aprovechado la ocasión para volver a sacar a relucir que Europa, o la OTAN -“llámalo como quieras”-, está destinando “mucho menos dinero” que Estados Unidos en la defensa de Ucrania, cuando, según ha señalado, deberían ser los más interesados. “Nosotros tenemos un océano en medio”, ha apuntado.
Esta supuesta disparidad, ha adelantado, será otra de las cuestiones que abordará con el presidente ucraniano en una reunión que no ha precisado donde se producirá. “Donde él quiera, aquí estoy, o a lo mejor voy yo ahí”, ha dicho.
Nueva Oficina para la Fe
Además, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este sábado el nombramiento de la telepredicadora Paula White al frente de la recién creada Oficina de la Casa Blanca para la Fe, una agencia dedicada “al respaldo de las entidades religiosas, las organizaciones comunitarias y los lugares de culto en sus esfuerzos por fortalecer a las familias estadounidenses”, así como a la “protección de la libertad religiosa”.
Esta nueva agencia sustituye a la llamada Oficina para la Sociedades Vecinales y Basadas en la Fe impulsada en 2001 por el entonces presidente de EEUU, George W. Bush, y preservada con ciertos cambios por sus sucesores demócratas Barack Obama y Joe Biden.
En la orden, Trump o a la oficina que identifique formas de reducir las cargas al libre ejercicio de la religión y exige a todas las agencias federales que designen un “enlace religioso” en un plazo de 90 días.
Trump anunció esta decisión este pasado viernes y añadió la próxima emisión de una orden para crear un “grupo de trabajo contra el sesgo anticristiano para “perseguir la violencia anticristiana y el vandalismo en la sociedad”, y para “defender los derechos de los cristianos y los creyentes religiosos en todo el mundo”.
La asociación Americans United, defensora de la separación entre Iglesia y Estado, ha denunciado la creación de este grupo de trabajo al entender que “en lugar de proteger las creencias religiosas, este grupo hará un mal uso de la libertad religiosa para justificar la intolerancia, la discriminación y la subversión de nuestras leyes de derechos civiles”, según declaraciones de su presidenta, Rachel Laser, al diario ‘The New York Times’.