Tres escenarios para el turismo por Ucrania y la inflación: la Semana Santa, en duda

El impacto del conflicto de Ucrania en el gasto de los turistas internacionales en España podría ser mayor que el de la variante ómicron y abre tres escenarios posibles para el sector de cara a Semana Santa, uno de los puentes más importantes para el turismo del año.

 

El Barómetro Turístico de la consultora Braintrust sitúa como escenario más desfavorable el de una guerra enquistada y prolongada en el tiempo. Si el conflicto no se solucionara en las próximas semanas, el gasto de los turistas internacionales en España alcanzaría el 60% del nivel de 2019 en Semana Santa.

Hay que sumar a este escenario el repunte de las materias primas, que comenzará a afectar de manera más contundente a las economías domésticas, al turismo internacional, sobre todo al europeo, que caería hasta niveles ómicron o más, señala el barómetro.

En el medio se sitúa un escenario que no contempla un final rápido de la guerra pero rebaja el turismo en Semana Santa al 81% de los niveles de 2019, antes de la pandemia.

Y el escenario más favorable, con un final rápido del conflicto armado, apunta a una Semana Santa de 2022 al mismo volumen de turistas extranjeros que el de 2019, con una recuperación de en torno al 90% del gasto internacional.

La ventaja de la ubicación de España con respecto a Ucrania

El barómetro, que recoge Europa Press, destaca que el turista nacional podría salvar la temporada un año más, y emite sus previsiones de cara a 2022, manifestando que las cuotas de afluencia este año podrían ser del 73% de nacionales frente al 27% de extranjeros, lo que comparado con 2019, donde el turista doméstico supuso un 68% y el extranjero un 32%, inclina la balanza otra vez a favor del viajero español.

Estos datos ya tienen en cuenta tanto el efecto negativo de la invasión de Ucrania en los viajeros internacionales, como el efecto positivo donde España ganaría terreno frente a otros destinos tradicionales del Mediterráneo como Turquía, por su proximidad a la zona del conflicto.

Así, el turismo nacional se erige de nuevo como posible salvador del sector, especialmente en el corto plazo, ya que, tanto por motivos económicos como por percepción de seguridad, se prevé menos retracción, y donde el miedo lastraría menos los movimientos a escala doméstica que las restricciones locales impuestas por los gobiernos regionales en cada CCAA a raíz del Covid-19.

Fuente: Revista El Economista

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