La primera masacre de 2022 registrada el pasado domingo 3 de abril, en el centro penitenciario de Turi, en Azuay, dejó 20 reos fallecidos. Tras el hecho, cinco cabecillas de la banda los Lobos y disidentes autodenominados ‘R7′ fueron trasladados al centro de máxima seguridad conocido como La Roca.
El recién nombrado ministro del Interior, Patricio Carrillo, advirtió a los privados de libertad que “si vuelven a realizar amotinamientos que deriven en masacres como las que hemos vivido serán enviados a La Roca, pero mientras mantengan el orden y la disciplina en los centros penitenciarios, nadie será cambiado”.
Así la cárcel ubicada al norte de Guayaquil, junto a la Penitenciaría del Litoral y la cárcel Regional reabre tras casi una década sin operar. Pero, ¿se trata de una medida efectiva para frenar la violencia? ¿cómo funcionó hace 10 años atrás?
Fuente Ecuavisa