Las proteínas están presentes en todo el cuerpo: en los músculos, los huesos, la piel, el cabello y prácticamente todos los tejidos y órganos.

Para que tu sistema funcione bien diariamente, más de 10.000 tipos de ellas —formadas por diferentes combinaciones de aminoácidos, los “bloques constructores” de este macronutriente— trabajan en procesos complejos del cuerpo.

Con ellas reparamos tejidos, transportamos sustancias a través de la sangre y producimos hormonas y anticuerpos.

Pero entre tantos procesos importantes, uno de sus poderes es el que recibe más atención: su papel en la construcción de masa muscular.

Durante los ejercicios de resistencia, como el entrenamiento con pesas, se producen pequeñas lesiones en las fibras musculares.

Para repararlas y fortalecerlas, el cuerpo utiliza aminoácidos que provienen de las proteínas, favoreciendo el crecimiento muscular y la adaptación al esfuerzo.

Sin una ingesta adecuada de proteínas, el proceso que conduce al aumento de masa muscular está incompleto.

Las principales fuentes de este macronutriente son la carne, los huevos, los productos lácteos y las legumbres, como los frijoles, las lentejas y los garbanzos.

Y, desde la década de 1980, también se han popularizado las opciones de “proteína de suero” en polvo, llamada en inglés whey protein, una forma considerada “más práctica” de ingerir dosis significativas de proteína.

Cómo la proteína de suero te ayuda a ganar músculo

Si el objetivo es aumentar la masa muscular, una persona necesita consumir entre 1,4 y 2 gramos de proteína por kilogramo de peso, según la recomendación de la Sociedad Internacional de Nutrición y Deporte.

Esto, por supuesto, debe combinarse con la práctica de actividades físicas enfocadas a ganar masa muscular, como el entrenamiento con pesas.

Para una persona que pesa 70 kg, por ejemplo, la recomendación sería ingerir alrededor de 119 gramos de proteína al día.

Distribuida a lo largo del día, un ejemplo de consumo —considerando solo la ingesta de proteína, sin tener en cuenta otros nutrientes— podría incluir:

  • 3 huevos para el desayuno;
  • un filete de pollo de 150 g para el almuerzo;
  • una taza de 150 g de yogur griego;
  • 12 almendras;
  • 3 cucharadas de requesón para una merienda;
  • Un filete de ternera de 100 gramos para cenar.

Es común que no siempre se priorice la proteína a la hora de preparar las comidas.

Fuente. eldiariony.com

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