El aceite de coco y el bicarbonato son dos potentes aliados cuando se unen en una mascarilla para devolverle la luminosidad al cutis. Su combinación tiene un efecto casi milagroso para regenerar la piel del rostro.
Muchas veces hemos escuchado que la piel es el órgano más grande del cuerpo, lo cual es tan cierto como que nos protege de todos los agentes externos que le afectan, como el sol, el cambio de temperaturas, la contaminación o las bacterias.
El rostro es uno de los más expuestos a todos estos factores y con el paso de los años también se enfrenta a la pérdida de colágeno, haciendo más necesario extremar los cuidados.
Fuente El universo