Real Madrid fue derrotado por la Juventus en el Soccer Champions Tour

La Juventus tumbó al Madrid en Orlando (3-1) en el último partido de pretemporada de los blancos, que se van de Estados Unidos con muchas dudas tras un balance de dos victorias y dos derrotas consecutivas.

Sería un error caer en análisis catastrofistas y conclusiones precipitadas tras los cuatro partidos de pretemporada del Real Madrid, pero la gira por Estados Unidos deja dos datos irrefutables que de no corregirse marcarán el devenir de la temporada: los ocho goles en contra y sólo seis a favor tras más de un centenar de ocasiones creadas son preocupantes. Falta contundencia atrás y 40 goles delante, probablemente, los que se fueron con las salidas de Benzema y Asensio… y alguno más que ya se echó de menos el curso pasado. Lo primero, lo de la defensa, se arregla con trabajo y quizás volviendo al 4-3-3 tras el experimento fallido del rombo. Lo segundo, ya saben ustedes cómo, pero va lento como una tortuga.

Lo de la defensa del Madrid no es algo nuevo de esta gira. El año pasado el Madrid hizo lo que hizo en LaLiga por su poca fiabilidad defensiva, marcada por una falta de concentración alarmante. No parece que Ancelotti haya logrado reparar el problema, porque el Madrid ha encajado gol a las primeras de cambio en tres de los cuatro partidos. Ante la Juventus, a los 50 segundos ya iba por detrás en el marcador tras un gol de Moise Keane, que recogió más solo que la una el rechace del poste tras un disparo de Weah, que marcaría el 0-2 a los 19 minutos tras una acción muy similar. Con todo en contra, como ante el Milan o el Barça, se vio la mejor versión del Madrid.

No todo fue un desastre en el equipo blanco, que no juega mal al fútbol. Los de Ancelotti salieron al campo con Kroos, Modric, Camavinga y Bellingham, la medular favorita de la afición, que cuando cogió el hilo al encuentro terminó encerrando a la Juventus. El equipo italiano no salió de su área del 30 al 45, un cuarto de hora que aprovechó Vinicius para acortar distancias. Kroos vio el hueco y le puso el balón en el pie como el que mete una bola de golf en el green. El brasileño, imparable en carrera, definió como los ángeles, sentando a Szczesny con un golpe de cadera y picándole el balón por encima. Un golazo.

Vini solo no basta

La pretemporada del Real Madrid ha confirmado a Vinicius como gran estrella del equipo blanco, por encima incluso de Bellingham, que derrocha talento allá por donde pisa, pero que no genera lo del brasileño. Lo de Vini es otra cosa. El ‘7’ del equipo blanco es una máquina de generar peligro, el martillo pilón del Real Madrid, que juega para él más que nunca. Porque cada combinación en el centro del campo termina siempre en las botas de Vini, que no se cansa de encarar. La táctica es más vieja que el hilo negro, balones al bueno, lo que en el caso del Madrid tiene un riesgo claro: que el equipo se quede en la nada cuando los rivales encuentren la manera de cerrar el suministro al brasileño. Lo logró Guardiola el curso pasado en el Etihad y la historia ya saben cómo acabó…

Haría mal el Madrid en fiarlo todo a Vinicius teniendo al mejor futbolista del planeta a tiro. Porque Joselu no deja de ser una solución de emergencia y Rodrygo no parece todavía un futbolista de 30 goles. Así que todos los caminos conducen a Mbappé si el Madrid quiere pelear por todas las competiciones, que tiene equipo para ello si arregla lo de las áreas.

Camavinga es intocable

Otra de las noticias que deja la pretemporada es Camavinga. Que es buenísimo estaba claro, pero que iba a jugar en el centro del campo no tanto. Porque con Mendy otra vez en la enfermería, lo de ponerle en el lateral resulta tentador. Pero no, Camavinga tiene mando en plaza en la medular y ahora mismo es junto a Bellingham el único centrocampista que tiene el puesto asegurado en San Mamés. Los demás se lo van a tener que ganar en Valdebebas la próxima semana, aunque da la sensación de que Kroos y Valverde parten con ventaja.

Camavinga fue otra vez de lo mejorcito ante la Juventus, el jugador que tiró del carro cuando el Madrid perdía por 2-0. Kroos dio el pase de gol a Vinicius, pero fue el francés el que generó las principales ocasiones. Dos de ellas cayeron en botas de Joselu, que no tuvo su día. Así son los delanteros, un día marcan de chilena y luego fallan las que hay que empujar. Valverde, con un misil desde 30 metros, también tuvo el empate en sus botas cuando el partido iba 1-2, pero el balón se estrelló, para variar, en el larguero. El dato de los palos también merece una mención: siete en los últimos dos partidos.

El Madrid lo intentó hasta el final, con Rodrygo y Brahim en el tramo final del encuentro, pero no se encontró el camino del gol y dejó abierto el gran debate del verano, Mbappé, que más que un capricho queda claro que es una necesidad. (D)

MARCA.

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