Por qué la Reserva Federal volverá a dejar atrás al BCE ante un shock inflacionario que parece similar

Los banqueros centrales EEUU y Europa se enfrentan a un grave problema de inflación, pero con raíces diferentes que podrían llevar a la Reserva Federal de EEUU a aumentar los tipos de interés más rápido y con más intensidad que el Banco Central Europeo, pese a que los datos de inflación reflejan situaciones, a priori, similares.

 

Si bien es cierto que todo puede cambiar en los próximos días o semanas ante una guerra en Ucrania que está golpeando los mercados y la economía global de manera imprevista, todo hace indicar que la Fed comenzará a subir los tipos de interés de forma inminente, mientras que el BCE podría retrasar (por enésima vez) su primer movimiento al alza de los tipos de interés en años.

Antes de la invasión rusa de Ucrania, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo había indicado que probablemente establecerían un cronograma para finalizar sus compras de bonos, abriendo el camino para su primer aumento de tipos desde julio de 2011. Desde que comenzó la invasión, no está claro si este plan sigue en pie o esperarán a que haya una mayor claridad sobre el curso del conflicto.

Aunque el BCE comenzase a eliminar sus medidas de estímulo nunca lo haría al mismo ritmo que la Reserva Federal porque la inflación europea se debe en gran medida a las interrupciones en el suministro, particularmente en energía, según han revelado varios economistas a The Wall Street Journal. Por el contrario, la inflación de EEUU, aunque también refleja problemas de oferta, parece que está principalmente impulsada por una fuerte demanda de bienes y servicios.

La importancia de la demanda

“La demanda juega un papel mucho más importante en Estados Unidos”, asegura Alfred Kammer, jefe del departamento europeo del Fondo Monetario Internacional. La mayor parte de la inflación en Europa “está impulsada por el lado energético contra el que la política monetaria no puede hacer nada de todos modos”, asegura.

La invasión rusa de Ucrania incrementa esta disparidad entre las clases de inflación que sufren Estados Unidos y Europa. Es probable que el choque genere una mayor inflación en ambas economías al intensificar los problemas de suministro, pero probablemente reducirá la demanda en Europa mucho más que en EEUU.

Los economistas están de acuerdo en que una gran parte del aumento de la inflación en 2021 fue una tendencia global provocada por el gasto en bienes, combinado con una escasez generalizada de suministros y cuellos de botella, a medida que las empresas reanudaron actividades que habían quedado paralizadas durante 2020 cuando estalló la pandemia.

Pero gran parte de ese repunte de la demanda el año pasado provino solo de EEUU y relativamente poco de las grandes economías europeas. El gasto de los consumidores estadounidenses en bienes fue más de un 12% superior respecto a su nivel previo a la pandemia ajustado por inflación, según estimó el Fondo Monetario Internacional en un documento reciente. Por el contrario, el consumo de bienes en Alemania disminuyó, mientras que en Francia fue prácticamente igual y en Italia solo ligeramente superior.

Parte de esa fortaleza relativa en el gasto de los consumidores de EEUU es el resultado del mayor tamaño de las medidas gubernamentales para apoyar la economía durante la pandemia. El FMI estima que los aumentos en el gasto del gobierno de EEUU y los ingresos fiscales no percibidos hasta junio de 2021 totalizaron 5,3 billones de dólares, o aproximadamente una cuarta parte de la producción económica anual. En Alemania, las medidas equivalentes ascendieron al 13,6% de la producción anual, y las respuestas fueron menores en Francia, Italia y España.

Un ejemplo de esa diferencia son los precios de los coches de segunda mano, que han subido mucho más en Estados Unidos que en la eurozona. Esto revela que la demanda en EEUU ha sido mucho más poderosa.

Además, según estimaciones del FMI, la producción de automóviles en EEUU ha caído mucho menos que en Europa, pese a que las fábricas en ambos lugares han tenido los mismos problemas con la escasez de componentes como los microchips. En EEUU la producción 2021 disminuyó un 13% con respecto al nivel anterior a la pandemia de septiembre de 2019. Por el contrario, la producción alemana se redujo en un tercio.

Todo lo anterior lleva a que la Fed sí tenga cierta responsabilidad y capacidad de reducir la inflación, sobre todo la que está relacionada con esa demanda exuberante. Por el contrario, en la zona euro una subida de tipos podría tener un impacto negativo sobre una demanda que todavía no se ha recuperado, mientras que el efecto en la inflación sería mínimo.

Fuente: Revista El Economista

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