Por qué debes quitarle la funda al celular al momento de cargarlo

Cargar el celular es un acto tan cotidiano de todas las personas, siendo uno de los errores más comunes durante el proceso, dejar la funda puesta. Este accesorio está diseñado para proteger el dispositivo de golpes y caídas, pero su impacto en el proceso de carga puede ser negativo, sobre todo si se usan cargadores de carga rápida.

Cuando el teléfono está siendo cargado genera una cantidad considerable de calor, y si este calor no se disipa correctamente, puede provocar un sobrecalentamiento que afecte no solo la duración de la batería, sino el rendimiento general del dispositivo.

El problema radica en que muchas fundas no están diseñadas para permitir una circulación de aire adecuada, lo que atrapa el calor en el interior y puede acelerar el deterioro de componentes internos vitales.

El sobrecalentamiento es un factor crítico en el rendimiento de la batería, porque puede reducir su capacidad de carga y acelerar su envejecimiento. De hecho, las altas temperaturas afectan directamente a las celdas de litio que componen la batería, lo que puede generar ciclos de carga ineficientes.

Por ello, es esencial permitir que el celular se enfríe adecuadamente mientras se encuentra en proceso de carga, especialmente en condiciones de uso intenso. A largo plazo, la acumulación de calor puede hacer que la batería pierda eficiencia y, en algunos casos, se deforme o incluso explote.

Por ello, pese a que no es necesario retirar la funda en todas las ocasiones, hacerlo durante la carga rápida o cuando se note un calentamiento excesivo puede ayudar a mantener el rendimiento de la batería en su mejor estado.

Para evitar los efectos nocivos del sobrecalentamiento, la solución más sencilla y efectiva es retirar la funda del celular durante la carga. Esto permitirá que el calor generado durante el proceso de carga se disipe de manera más eficiente.

Asimismo, si el dispositivo cuenta con funciones de carga rápida, la eliminación de la funda es aún más importante, dado que este tipo de carga genera un calor adicional que puede acumularse rápidamente.

En algunos casos, incluso las fundas más ligeras pueden ser contraproducentes. Las fundas de materiales como el plástico o el silicón son particularmente propensas a atrapar el calor, mientras que las fundas de metal pueden llegar a aumentar la temperatura del dispositivo.

Además del sobrecalentamiento, las fundas pueden interferir con otros aspectos del funcionamiento del celular. Las fundas gruesas pueden afectar el rendimiento de los sensores, como los que controlan la orientación del dispositivo o la activación de la carga inalámbrica.

En el caso de las fundas para carga inalámbrica, algunas no permiten una conexión adecuada entre el cargador y el dispositivo, lo que puede resultar en una carga lenta o incluso en la desconexión de la misma.

También, algunas pueden acumular polvo y suciedad, lo que daña los puertos de carga o las conexiones internas del dispositivo. Este tipo de obstrucción puede hacer que el teléfono cargue de manera ineficiente, alargando los tiempos de carga y generando un consumo excesivo de energía.

Aunque no es estrictamente necesario retirar la funda durante todas las cargas, es buena idea hacerlo en aquellos casos en los que se utilice carga rápida o cuando se note que el teléfono se calienta excesivamente.

En cargas convencionales, si la funda es delgada y ventilada, el impacto en la temperatura puede ser menor. Sin embargo, para prolongar la vida útil de la batería y evitar problemas a largo plazo, es mejor prevenir.

Otra alternativa es optar por fundas diseñadas específicamente para facilitar la disipación del calor. Algunas marcas han comenzado a ofrecer fundas con sistemas de refrigeración incorporados que ayudan a mantener la temperatura del celular dentro de los rangos recomendados durante la carga.

Fuente: infobae.com