Pedro –‘Papi’- Perlaza, ex jugador y formador de futbolistas quien llevó a Antonio Valencia a El Nacional cuando tenía apenas 15 años, recordó qué ocurrió cuando promocionó al Capitán Amazónico para que jugara en BSC y Emelec, los dos grandes del Astillero.

“Los domingos yo jugaba para el Club Chicos Malos (de Sucumbios) y Antonio tenía la costumbre de pedirle el balón a los árbitros cuando terminaba el primer tiempo para dominarlo, un día me le acerqué porque lo veía siempre y le pregunté quiénes eran sus padres. Me dijo Lucho Valencia, ahí le dije que Lucho había sido mi compañero”, señaló el Papi en una entrevista concedida a radio Huancavilca, recordando cuando descubrió a Luis Antonio Valencia.

“Hablé con Lucho, Antonio tenía 11 años y lo mandó a entrenar conmigo, desde ahí hasta los 16 años. Antes de ir a El Nacional (en 2002), yo lo promocioné a (Antonio) Noboa que estaba como directivo de BSC y a Omar Quintana que estaba en Emelec, ninguno aceptó porque Valencia iba a cumplir 16 años, ‘es muy pibe’. En cambio en El Nacional, Dragan Miranovic le da la oportunidad”, acotó el formador de quien hoy por hoy es considerado uno de los mejores futbolistas ecuatorianos de la historia.

“Hablé con el señor Noboa, le hablé con Ermen Benítez (papa de Christian Benítez) de Antonio y me dijo que era muy pibe”, complementó, asegurando que este es un “mal” del fútbol nacional. “En el fútbol ecuatoriano hemos hecho mal en sacar a los juveniles del Campeonato, de pronto el DT no, a los dirigentes les gusta jugadores de 24, 25 años en adelante. En Europa jugadores con 18 años ya están jugando fútbol profesional pero acá no”, recalcó.

“Si un jugador no tiene 24, 25 años, no les dan la oportunidad. No debería ser así para que sigamos progresando, hemos ido a tres Mundiales y en la Eliminatoria pasada nos quedamos afuera (del Mundial ‘Rusia 2018’). No quisieron ni verlo a Antonio Valencia en BSC y Emelec”, sentenció Pedro Pablo Perlaza, esperando que esta anécdota llegue a los directivos y entrenadores que se niegan a darle oportunidad a juveniles por temor al fracaso. (D)

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