No habrá paz, ni relax en las citas de la Fed y el BCE: cortocircuito en la deuda a corto a plazo

Los planes de la Reserva Federal y el BCE para la próxima semana corren un alto riesgo de quedar desfasados. Las inesperadas subidas de tipos de Australia y Canadá han puesto muy nervioso al mercado de bonos, que han reaccionado con un repunte de los intereses. Los bancos centrales de ambos países han trasmitido el mensaje de que no terminan de fiarse de la caída de la inflación. Hoy la deuda soberana está más relajada, pero sigue habiendo cortocircuitos a corto plazo. No deja de ser un aviso a navegantes para Washington y Frankfurt de que el trabajo contra la inflación no ha terminado.

 

Los bonos parecen relajados, pero a corto plazo llevan dos días disparados en muchos países. En EEUU, las letras a más corto plazo superan el 5% de interés y en Alemania las letras a tres meses superan el 3%. Son máximos desde 2008 y no termina de encajar con el resto de la curva de deuda, donde está bajando los intereses. Desde hace tiempo, los inversores llevan entrando en la deuda ante la expectativa de un apaciguamiento de la política monetaria y el horizonte nublado de las perspectivas de crecimiento para la economía global, pero el mercado acaba de girar a raíz de los movimientos del Banco de la Reserva de Australia y el Banco de Canadá.

Ambos países van por delante del ciclo de EEUU y muy por delante de Europa y ambos bancos centrales volvieron a subir tipos rompiendo el guion previsto. Por el lado de Canadá no deja tener su gravedad porque fue el primero de los grandes bancos centrales en anunciar una pausa en enero. La inflación del IPC aumentó en abril hasta el 4,4%, el primer aumento en 10 meses, con una subida generalizada en una amplia gama de bienes y servicios, dijo el banco central canadiense, en un comunicado, para justificar la decisión de llevar los tipos al 4,75%, el nivel más alto desde 2001. “Hay un exceso de demanda en la economía que parece ser más persistente de lo anticipado”, añadió.

Para la Reserva Federal y el BCE las reuniones de la próxima semana (14 de junio y 15 de junio, respectivamente) tenían que ser casi un día más en la oficina. Jerome Powell había anunciado que había comenzado una fase de pausa. Y Lagarde tenía que acercarse a ella, con una subida de 25 puntos básicos, y anticipar la última. Desde hace semanas el escenario económico viene acompañando. En EEUU, la economía se está desacelerando y en Europa ha entrado en contracción.

En Australia, solo uno de cada tres analistas creía que el banco central iba a subir tipos. Casi todo el mundo espera una pausa en modo Fed. Pero el Banco de la Reserva de Australia subió tipos al 4,1% y se amparó en que hay “riesgo de que las expectativas de una inflación alta en curso contribuyan a mayores aumentos tanto en los precios como en los salarios, especialmente dada la capacidad limitada de la economía y la tasa de desempleo muy baja”, explicó en un comunicado.

Sigue la china en el zapato de la inflación. La inflación subyacente no baja tan rápido como desearían los bancos centrales para darse unos días de relax. Las subidas de tipos en Canadá y Australia “van en contra de la narrativa de que los bancos centrales están a punto de tomar una pausa”, señalan los analistas de Deutsche Bank. “La gran pregunta ahora es si la Fed podría subir los tipos o finalmente frenar”, comentan.

Las reuniones iban a ser previsibles

Pero qué significa que los inversores vendan a corto plazo deuda. Pues que el mercado está dudando de si la etapa de sin cambio en los tipos, finalmente se va a abrir. La andanada de la deuda a corto plazo apenas ha cambiado las previsiones para la reunión de la Fed. Según la FedWatch Tool, hay un 72% de probabilidades de que Powell deje sin tocar los tipos, pero algo se ha movido en una capa más profunda del mercado. El mercado comienza a retrasar futuras subidas. Incluso hay un mayor número de inversores que apuestan por una subida para septiembre, que mantenerse, según el modelo de CME, que recoge las posiciones de swaps financieros en el mercado.

“Dado que la inflación ha demostrado ser más obstinada de lo que pensábamos, ahora creemos que el banco central mantendrá su tasa de política más alta durante más tiempo de lo que habíamos proyectado anteriormente”, comentan desde Capital Economics. Una Fed a la defensiva implica inevitablemente la caducidad de la hoja de ruta del BCE.

Entre los analistas hay un gran consenso de esperar dos subidas más de 25 puntos básicos en junio y julio para llegar al techo del 3,75% en tasa de depósitos en la eurozona. Es el escenario base, por ejemplo, de los analistas de Nomura, pero si “hay un nuevo impulso de la inflación puede haber riesgo de que las alzas continúen por más tiempo, o que una tasa del 3,75% se convierta en una pausa en lugar de un tipo terminal”.

Fuente: El Universo

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