Cerca de 1.000 familias acudieron el viernes al estadio Modelo para ser testigos de la graduación de sus hijos, los nuevos policías que se incorporan al área operativa de la institución luego de seis meses de aprendizaje.
Son más de 1.500 jóvenes, hombres y mujeres de distintas zonas del país que en este escenario de violencia van a ir a las calles a combatir a la delincuencia y el crimen organizado.
Los padres se mostraron orgullosos al inicio de la ceremonia al ver a los graduados hacer su juramento y cantar el himno, pero no dejaron de sentir preocupación cuando en el evento se hizo también homenajes póstumos a algunos uniformados que han perdido la vida a manos de la delincuencia.
Durante el 2022 ya son 57 policías asesinados mientras realizaban su trabajo.
Matilde Espinosa, madre de uno de los nuevos miembros de la Policía, llegó con su familia desde Loja. Contó que con mucho sacrifico apoyaron a su hijo menor, Gustavo, quien luego de no obtener un cupo para ser profesor de educación física, quiso ser policía.
Para eso lo enviaron a formarse a la escuela de El Oro.
Aunque lo ven ilusionado por su sentido del deber, esta familia no deja de rezar para que donde sea que lo envíen a patrullar esté seguro. Su mamá hasta le mandó a bendecir un crucifijo.
“Con lo que ocurrió en Socio Vivienda hace unos días y hoy en la frontera (Huaquillas) nos preocupa que vayan a empezar a matar a los policías. Imagínese son jóvenes que recién empiezan y necesitan una capacitación constante y que les den sus herramientas para protegerse”, dijo Danilo Sagnay, el padre de Gustavo.
Él escuchó atentamente el anuncio del presidente Guillermo Lasso de dotar de herramientas, armas, chalecos, carros blindados y equipos tecnológicos a los nuevos informados.
Andrés Bedoya es otro de los nuevos incorporados en la novena promoción. Dijo que aunque las historias de policías caídos en su deber le pone la piel de gallina, le tocará ser fuerte y prudente, aprender y pedir a Dios inteligencia para actuar, porque es consciente de que en algún momento le tocará trabajar en sectores conflictivos.
Freddy Vera, un joven de 22 años oriundo de Gualaceo, también estaba en el estadio este viernes. Aunque su familia no pudo acudir a la ceremonia, indicó que los siente todo el tiempo cerca y se comunica con ellos constantemente.
“Mi madre está preocupada por todas las muertes que hay acá (Guayaquil) y en cuanto sepa dónde será mi primera asignación debo avisarle para que esté más tranquila”, comentó Vera.
Señaló que teme un poco lo que pasa en Guayaquil y en ambas fronteras y espera que como anunció el ministro del Interior, Juan Zapata, a los recién graduados los manden a provincias no tan conflictivas hasta tengan algo de experiencia.
Emily, una de las 578 mujeres policías que se graduaron esta semana, indicó que espera que con la remodelación de las unidades policiales que ha anunciado el Gobierno los ataques que se han dado en las últimas semanas se pueden evitar.
El ministro Juan Zapata mencionó que en sectores críticos se cambiarán los modelos de Unidades de Policía Comunitaria (UPC) por Unidades de Vigilancia Comunitaria (UVC), recintos más grandes con capacidad de entre 200 y 3.000 uniformados.
La joven de 21 años es de Quito y señaló que se siente muy comprometida con la carrera que está empezando. Se siente agradecida por poder formarse y ser parte de la institución y aseguró que más adelante le gustaría estudiar en línea una carrera técnica en seguridad para complementar sus conocimientos.
“Tengo el respaldo de mi familia”, comentó la joven que obtuvo uno de los primeros puntajes de la promoción. (I)