El presidente de argentina, Javier Milei, ha insistido en su deseo de llegar a un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y anunció que su país se sumará a la política de aranceles recíprocos propuesto por el Gobierno de Donald Trump.
En un discurso recibido por aplausos y vítores en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), que reúne cerca a Washington a líderes e la derecha de EEUU y el mundo, Milei criticó a Mercosur y la señaló como el único impedimento de su país para lograr un acuerdo comercial con EEUU.
“Si no estuviéramos restringidos por Mercosur, Argentina ya estaría trabajando en un TLC con EE.UU. que sea mutuamente beneficioso y que no cargue injustamente sobre las espaldas de productores argentinos”, indició el presidente suramericano.
El pasado mes de enero, el mandatario indicó el foro económico de Davos en Suiza que estaría dispuesto a dejar el bloque comercial si fuera la “única vía” para lograr este tratado con Washington.
En su discurso, donde elogió el trabajo del magnate Elon Musk dentro del Gobierno republicano y felicitó los recortes a la ayuda humanitaria de EE.UU. a través de la agencia USAID, Milei señaló que su país quiere ser el “primero” en sumarse al “acuerdo de reciprocidad que pide Trump en materia comercial”.
Trump anunció la semana pasada la imposición de “aranceles recíprocos” a los países que gravan productos estadounidenses, con el objetivo de igualar las tarifas que esas naciones aplican a exportaciones de EEUU.
A su vez, firmó aranceles del 25% a todas las importaciones de aluminio y acero, que entrarán en vigor el 12 de marzo y afectarán a Argentina.
Mercosur, por su parte, ha estado en conversaciones con la Unión Europea para llegar a un acuerdo comercial que contrarreste los aranceles impuestos por Washington.
Las dos regiones cerraron un pacto el pasado mes de diciembre, que aún debe pasar un filtro legal y necesita ser ratificado por los parlamentos pertinentes de los Estados Miembros. EFECOM
Pekín pide a EEUU que detenga las restricciones
Por su parte, el Gobierno chino ha instado este domingo a Estados Unidos a detener las restricciones propuestas a los sectores marítimo, logístico y de construcción naval del país asiático, ya que considera que acabarán dañando los propios intereses de EEUU.
Así ha reaccionado el Ministerio chino de Comercio a la última decisión de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), que el viernes pasado anunció que invitará al público a que comente las medidas propuestas contra China, entre ellas la imposición de tarifas portuarias, en el marco de la sección 301 de la Ley de Comercio del país norteamericano.
En un comunicado, la cartera de Comercio de China ha advertido de que las sanciones propuestas “no revitalizarían” la industria naval de Estados Unidos.
A juicio, “aumentarían los costos de transporte en las rutas marítimas relacionadas con EEUU, incrementarían la presión inflacionaria interna, reducirían la competitividad global de sus productos y perjudicarían los intereses de sus puertos, operadores portuarios y trabajadores”.
“En EE.UU. también hay una fuerte oposición a estas medidas. Además, varios países y organizaciones han expresado su descontento y oposición a la investigación de EE.UU.”, de acuerdo con el Ministerio de Comercio chino.
Durante la investigación bajo la sección 301, que empezó en marzo de 2024, China ha proporcionado documentos de posición e instado a EEUU a “regresar a un enfoque racional y objetivo” y a dejar de culpar a Pekín “por sus propios problemas de desarrollo industrial interno”, se recuerda en la nota.
“Es lamentable que EEUU siga actuando de manera obstinada y continúe avanzando en el camino equivocado”, ha considerado el Ministerio, que ha instado a EE.UU. a “respetar los hechos y las normas multilaterales” y a “detener sus acciones erróneas”.
Tras la investigación, el representante comercial de EEUU ha concluido que las prácticas chinas en estos sectores son “irrazonables” y perjudican o restringen el comercio estadounidense, siendo procesables en virtud de las secciones 301 y 304 de la Ley de Comercio de Estados Unidos.
Disputas económicas
En concreto, la USTR considera que la estrategia china de ejercer una posición dominante “desplaza a las empresas extranjeras, priva a las compañías orientadas al mercado y a sus trabajadores de oportunidades comerciales, y reduce la competencia y crea dependencias respecto de China”.
“La búsqueda de dominio por parte de China obstaculiza o restringe el comercio estadounidense al socavar las oportunidades comerciales y las inversiones en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval de Estados Unidos”, afirma la USTR.
El Ministerio chino pide a Estados Unidos que deje de “usar como armas” las disputas económicas y comerciales entre ambas potencias, después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, firmase una orden ejecutiva para restringir el acceso a la tecnología estadounidense por parte de varios países, entre ellos China.
Fuente: Revista El Economista