MESSI Y SU REGRESO: A 18 años de su primer gol en el F.C. Barcelona

Leo Messi sobrevuela la actualidad de un Barcelona que descuenta los días para ser campeón de Liga en el terreno de juego y se aplica en los despachos para reforzar, en la medida que pueda, la plantilla de la próxima temporada… con el crack argentino en el centro del escenario.

El club mantiene contacto permanente con LaLiga con el objetivo de conocer sus exigencias y adaptarse a ellas para encajar a Lio dentro de su límite salarial, una circunstancia que no por difícil que sea, mucho, se considera imposible en el interior de las oficinas.

Ese ‘The Last Dance’ vestido azulgrana tras su exilio de dos años en París, donde descubrió que en la grandeza del PSG no se incluía el apoyo incondicional de sus hinchas, más entregados a su intocable Mbappé y que siempre, o casi siempre, han tratado a Messi como si de un extraño se tratase. Un futbolista mayúsculo pero foraneo. Un extraño, por lo tanto, al que se le puede, y debe, exigir la perfección casi a diario.

Un matrimonio de conveniencia que podría estar viviendo sus últimas semanas antes del divorcio… Y, quien sabe, el regreso a sus orígenes en Barcelona, que no en el Spotify Camp Nou, en una decisión que, de producirse, tendría un tono mucho más sentimental que profesional. Todo ello, al cabo de 18 años de su mayoría de edad futbolística. El día 1 de mayo de 2005, en que Messi marcó su primer gol con el Barça.

Sumaba hasta aquella calurosa tarde de domingo 237 minutos repartidos en ocho partidos en la plantilla de Frank Rijkaard. Había debutado el 18 de octubre de 2004 durante un derbi liguero contra el Espanyol, en Montjuïc, en que sustituyó a Deco, y participado en otros siete, cinco de Liga siempre como suplente y sus primeras dos titularidades: en el desastre de Gramanet, donde fue eliminado el Barça en la Copa del Rey, y en Donetsk, en el cierre de la fase de grupos de la Champions, que también perdió…

Leo ya había comenzado a dar que hablar en aquellos seis meses. Seis goles (y una expulsión) jugando, a sus 17 años, con el filial, a las órdenes de un Pere Gratacós que entendió rápido la conveniencia de darle continuidad y, también, saber que disfrutaría poco tiempo de él. Como así fue, claro…

ÉXTASIS, ETERNIDAD…

La historia ya ha sido contada en multitud de ocasiones. Aquel 1 de mayo sustituyó al al goleador Eto’o en el minuto 87, ganando el Barça 1-0 al Albacete, y su primera intervención acabó en gol, que el árbitro Velasco Carballo anuló por fuera de juego. Apenas dos minutos después, en una jugada poco mejor que calcada, recibió de Ronaldinho (otra vez) y volvió a marcar, elevando el balón por encima de Raúl Valbuena.

Aquel fue el primero de los 672 goles que marcaría vestido de azulgrana (en el primer equipo) para convertirse en el máximo anotador histórico del club (prácticamente triplicando los 230 que entre 1942 y 1955 logró César Rodríguez) antes de que una todavía inexplicable tarde de agosto de 2021 se acabase abruptamente su relación con el Barça, cuando el presidente Joan Laporta le comunicó a su padre Jorge la imposibilidad de ofrecerle un nuevo contrato.

A aquellos 672 goles, más 269 asistencias, que sumó con un Barça en el que celebró 35 títulos en 17 temporadas (amén de otros seis en Catalunya), añade Messi otras 31 dianas (y 33 asistencias) con el PSG y 102 goles más 54 asistencias con Argentina, selección de la que es, obvio, el hombre record. Un título de Liga francés (que muy probablemente serán dos al acabar este curso) y una Supercopa Copa de la Liga en Francia completan su palmarés de clubs, a los que se añaden Mundial, Copa América y Copa de Campeones con la albiceleste. Un palmarés de tal consideración que le ha convertido ya en eterno….

¿REGRESO?

Una eternidad que se ha ganado el astro de Rosario en la historia del fútbol que no precisaría de ampliar para mantenerse por siempre en el olimpo de este deporte. Y que, sin embargo, espera la confección del que, quizá, fuera último capítulo de la inconmensurable novela que es esta carrera que comenzó hace 18 años.

Ahora, cuando faltan exactamente dos meses para acabar la temporada, a Messi le quedan cinco partidos oficiales con el PSG antes de que deba comenzar a dar forma a sus intenciones de futuro. Si su relación con Joan Laporta quedó muy tocada tras su salida intempestiva del Barcelona, con el tiempo las cosas, se asegura desde el club, se han ido suavizando y lo que en principio parecía una opción impensable ha ido tomando cuerpo, más animada desde el propio Camp Nou que desde el lado del futbolista argentino, cuyo entorno más cercano ha mantenido un silencio sepulcral al respecto.

Es conocido, sin embargo, que a Leo le gustaría por encima de todo regresar al Barça y cerrar su carrera deportiva en el club de su vida y entre el corazón y la cabeza, además de lo que pueda decir (algo trascendental en todo este asunto) LaLiga, se debate el crack. Arabia Saudita le ha presentado una propuesta multimillonaria para que se una a un proyecto en el que hoy Cristiano Ronaldo es el principal protagonista y que recuperaría al cabo de 15 años de su primer enfrentamiento el cara a cara más mediático de la historia del futbol.

Cuenta también con una propuesta de la MLS para sumarse al Inter Miami de David Beckham y convertirse en el abanderado de la competición norteamericana… Pero es, se supone, el Barça a quien espera Messi para liderarlo por última vez.

Un regreso que le daría al club buenos argumentos para endulzar el obligado exilio al Estadio de Montjuïc que se prolongará hasta noviembre de 2024. Liderar al Barça en ese traslado y ser el capitán que pisara por primera vez el nuevo Spotify Camp Nou cerraría el círculo.

Falta por ver si todo eso será posible… Que no se aventura, en absoluto, sencillo de conseguir. (D)

ESPN.

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