Marco López, eventual superintendente de Compañías

La candidata María García no compareció ante el Pleno del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), este 25 de abril del 2022. Eso deja a Marco Giovanni López Narváez, por el momento, como el eventual titular de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros.

Solo García y López pasaron a la última fase de audiencia pública dentro del concurso. Los postulantes debían presentar este lunes su plan de trabajo a ejecutar, en caso de llegar a presidir la Superintendencia.

Sin embargo, García no apareció. El secretario General del Cpccs confirmó que fue notificada el 22 de abril. Explicó que, tras una llamada telefónica, García le expresó que “se encontraba realizando actividades de carácter personal y no podía asistir”. Tampoco accedió a conectarse por Zoom porque estaba conduciendo.

La consejera Ibeth Estupiñán lamentó que la postulante “no haya puesto una excusa para estar en este Pleno”. Las autoridades dieron paso a la exposición del único candidato que queda, de la terna enviada por el presidente Guillermo Lasso.

La sesión extraordinaria 17 fue declarada como permanente. Entró en receso tras la comparecencia de López. El reglamento del concurso establece que la designación se realizará en el término de un día, terminada la audiencia pública.

Antes de las 13:15 de mañana, 26 de abril, el Pleno debe emitir la resolución con la designación de la nueva autoridad.

Esteban Coello fue el otro candidato que declinó antes de la etapa de impugnación. Tiene una relación con una compañía que suscribió un contrato con una empresa pública de Cuenca. Eso está prohibido según el reglamento para la designación.

Plan de trabajo de López 

El postulante comenzó su exposición al precisar que la Superintendencia tiene tres ámbitos de acción: societario, de mercado de valores y el de seguros.

Advirtió que en el ámbito societario “existe un control parcial” por parte de la institución. Que solo observa lo que pasa con el patrimonio de una empresa, pero no verifica la operación de la misma.

“No importa de dónde vengan los problemas, lo importante es que se solucionen. Pero para eso hay que ser técnicos, estar blindados de todas las presiones que puedan afectar en un momento determinado esa condición”, manifestó.

Uno de los objetivos generales de López, si es designado como Superintendente, es elaborar un manual único de supervisión.

Cuando no existe dicho manual, “se presta a lo que se llama el arbitraje regulatorio”, es decir “irme por donde es más fácil”, dijo López. Por eso aboga por una “unidad de criterio” para evitar el arbitraje regulatorio.

 

Fuente: El Comercio

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