Los líderes de la UE mantienen la calma y muestran cautela ante la crisis de gobierno que atraviesa Alemania. La ruptura de la coalición semáforo abre dudas sobre la fortaleza del motor económico de la UE y, por ende, de la propia Europa. Por el momento, los jefes de Estado y de Gobierno del bloque mantienen la calma. Su mensaje es de tranquilidad, la situación se enmarca en la normalidad democrática, piden “no dramatizar” y descartan que traduzca en un seísmo que afecte al bloque comunitario.
En el marco de la reunión de la Comunidad Política Europea, que congrega en Budapest este jueves a 47 países de la región, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha querido transmitir un mensaje de normalidad democrática, descartando cualquier tipo de seísmo sobre la política comunitaria. “En las democracias hay elecciones y construimos Gobiernos”, ha indicado la alemana. Lo más importante es que la UE esté unida para “hacer frente a los desafíos”, ha añadido la jefa del Ejecutivo comunitario en el marco de un encuentro al que no ha acudido el canciller alemán, Olaf Scholz.
La moción de confianza a la que se enfrentará jefe del ejecutivo germano el próximo enero, en un momento en el que Estados Unidos atraviesa un giro de mandos tras las elecciones que han dado la victoria a Donald Trump, abre ciertas incógnitas sobre la principal economía del bloque. Pero no solo eso, la situación siembra incógnitas sobre la fortaleza de la economía europea y la deriva que pueda seguir ante una probable convocatoria electoral en Berlín, tras el examen del canciller alemán a principios de año.
También ha descartado grandes repercusiones de la coyuntura alemana sobre el conjunto de la UE el primer ministro saliente belga, Alexander de Croo, que ha pedido “no dramatizar” y ha rechazado que la economía europea pierda su influencia. El político liberal ha normalizado que en democracias “los gobiernos colapsen” y deben surgir nuevos gobiernos. “Cuando tienes 27 países, hay siempre alguien en Europa en transición política”, ha razonado.
Si bien la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha enmarcado la situación en la normalidad democrática también ha pedido responsabilidad en los próximos meses ya que “la UE no es fuerte sin una Alemania fuerte”.
“No estoy preocupado porque las elecciones en las democracias son algo muy normal”, ha indicado el primer ministro luxemburgués, Luc Frieden. Consideró, además, que hasta cierto punto se trata de una situación positiva para Europa, considerando que Francia no tiene un Gobierno con mayoría en el Parlamento o que en Bélgica no se ha podido formar todavía una coalición.
El argumento venía a señalar la “inestabilidad” en tres países vecinos, motivo por el que Frieden hace una lectura “positiva” de una posible convocatoria electoral en Alemania. “Espero que suceda pronto”, ha agregado.
“Confiamos en las instituciones democráticas de los 27 Estados miembro. Todos ellos con sus instituciones democráticas, y confiamos en estas instituciones”, ha indicado el presidente del Consejo de la UE, Charles Michel.
La inestabilidad política que se extiende sobre la UE tras el resultado electoral en Estados Unidos, se suma ahora la incertidumbre en el Ejecutivo germano. El canciller alemán ha cesado de sus funciones al ministro de Finanzas, Christian Lindner, por sus diferencias en la coalición del Gobierno. La inclinación hacia la disciplina fiscal de Lindner choca con la perspectiva económica más social que defienden sus socios de Gobierno.
“El ministro Lindner ha bloqueado leyes de forma inapropiada”, ha apuntado el canciller alemán en un comunicado. “Demasiadas veces ha recurrido a tácticas partidistas mezquinas. Demasiadas veces ha roto mi confianza”.
Fuente: Revista El Economista