El miedo a una ralentización en el crecimiento económico de EEUU se está consolidando en el mercado, y ha terminado llevando a los mercados a descontar dos nuevos recortes de tipos de interés en Estados Unidos en apenas una semana. La huida de los inversores hacia los activos refugio, como el bono estadounidense, ha llevado al título de deuda norteamericana a reducir su rentabilidad a vencimiento hasta el 4,16%, un nuevo mínimo anual que contrasta con el 4,79% que se llegó a tocar el 14 de enero. En estos niveles, el mercado de deuda descuenta ya tres bajadas de tipos de 25 puntos básicos por parte de la Reserva Federal este año, y se esperan para mayo, julio y octubre.
La lógica que están siguiendo los mercados apunta a que la Reserva Federal va a tener que bajar los tipos más de lo que se esperaba hasta ahora. En un año 2025 en el que se había asumido que la Fed sólo podría bajar el precio del dinero una vez en todo el ejercicio, poco a poco, y a medida que se deterioran las previsiones macroeconómicas para Estados Unidos, los inversores están asumiendo que el banco central tendrá que llevar a cabo un recorte más agresivo.
Si el jueves de la semana pasada los mercados añadieron un segundo recorte de tipos para 2025, este martes se ha añadido una bajada más, de 25 puntos básicos, que deja el calendario previsto por los inversores en 3 bajadas de tipos antes de que dé comienzo 2026. Según el calendario que manejan ahora, los recortes se producirán en las reuniones de mayo, julio y octubre.
El ‘rally’ del bono deja ganancias de más del 5%
La entrada de los inversores en el bono estadounidense ha llevado al título a recortar su rentabilidad a vencimiento hasta el 4,16%, marcando así un nuevo mínimo del año. A mediados de enero, el título se movía en el 4,79%, máximos del ejercicio, y la subida por precio que ha supuesto este movimiento supera el 5%.
Detrás de este movimiento hacia el bono estadounidense se esconden las dudas que se están consolidando en los mercados en torno al frenazo en el crecimiento económico del país. En las últimas jornadas se han publicado varios datos macroeconómicos que apuntan a un frenazo inesperado en el avance de la economía estadounidense, como la actividad del sector industrial que se conoció este lunes con la publicación de la encuesta ISM al sector manufacturero, o la revisión de la evolución del PIB para el primer trimestre que mantiene la Reserva Federal de Atlanta, que ha pasado, en pocos días, de esperar un crecimiento del 2,3%, a descontar una caída del 2,8% en el PIB del país durante este trimestre.
Parece que la política arancelaria de Trump es la que está generando las dudas de los inversores y los analistas sobre el crecimiento a corto plazo de la primera economía del mundo. Según explica David Kohl, economista jefe de Julius Baer, “los aranceles de EEUU siguen generando incertidumbre en el mercado”, y añade cómo “las decisiones erráticas han generado una incertidumbre comercial sin precedentes, que están afectando a las previsiones de crecimiento del PIB a medida que aumentan las importaciones”, explica Kohl.
Fuente: Revista El Economista