La percepción de los gestores de fondos sobre la situación económica, y los activos en los que hay que estar invertido en este momento, ha girado radicalmente de septiembre a octubre. En este periodo se ha producido un cambio sustancial en el sentimiento de los inversores, por dos motivos: el primero, el buen dato de empleo en Estados Unidos que se publicó el 4 de octubre, que ha disparado el optimismo por el crecimiento económico en el país y, en segundo lugar, por los estímulos que las autoridades anunciaron en China en la última semana de septiembre. Con estos dos argumentos sobre la mesa, los gestores encuestados por Bank of America durante la primera semana de octubre han cambiado por completo su posicionamiento: las ventas de renta fija que se han producido este mes son las más fuertes de toda la serie histórica, y esta desinversión se ha aprovechado para rotar hacia activos de más riesgo, como la bolsa, que ha experimentado la entrada más fuerte desde junio del año 2020.

Si en septiembre los gestores se ponían en manos de la Fed para evitar un frenazo del crecimiento económico y se protegían de las malas perspectivas económicas con inversiones en todos los activos que se beneficiarían de la bajada de tipos, en octubre la situación ha cambiado radicalmente. La última encuesta a gestores que elabora Bank of America todos los meses refleja un cambio importante en el ánimo de los encuestados: los 195 participantes, que gestionan 503.000 millones de dólares en total, se han alejado, de media, de la renta fija. La agresividad de la rotación ha sido fuera de lo común: la salida de los bonos ha sido la más fuerte que se ha visto en la encuesta desde que empezaron los registros hace más de dos décadas.

A cambio, el dinero ha rotado hacia la bolsa y los mercados emergentes, y hay dos motivos claros que explican esta rotación. El primero, la ola de estímulos que ha presentado el gobierno chino entre la encuesta de septiembre y la de octubre. La promesa de un apoyo económico importante por parte de Pekín es lo que querían escuchar los inversores para volver a invertir en mercados emergentes, y es, según han reconocido en la última encuesta, un varapalo para la renta fija, el activo que más perderá por las decisiones que ha anunciado China. Por el contrario, el paquete anunciado por las autoridades será muy positivo para las bolsas de los mercados emergentes, y también para las materias primas, a juicio de los gestores encuestados.

La segunda razón que ha motivado el giro de los inversores hacia la bolsa, y lejos de la renta fija, es la expectativa de una recuperación más rápida en Estados Unidos. El 4 de octubre se publicó un dato de empleo que sorprendió muy positivamente a los analistas, y desde entonces muchos expertos están recalibrando sus previsiones económicas para Estados Unidos. La venta de bonos ha sido muy agresiva desde entonces, y la última encuesta confirma que la aversión por este tipo de activos ha estado directamente relacionada con el dato de empleo.

Hay que recordar que, con un dato de empleo mejor de lo previsto, la Reserva Federal lo tendrá más difícil para poder bajar tipos a ritmo rápido, lo cual es negativo para el precio de los bonos. De ahí, la huida en desbandada de la renta fija que se ha producido en las últimas semanas en las carteras de los gestores.

La entrada en bolsa ha sido la más fuerte que se ha visto en un solo mes desde junio de 2020, en plena pandemia de Covid-19. Si en septiembre un 11% neto de gestores reconocía sobreponderar la renta variable (el porcentaje de gestores que dice sobreponderar, menos el de aquellos que reconocen infraponderarlo), ahora ese porcentaje ha subido hasta el 31%.

El giro con la renta fija ha sido similar, pero en sentido contrario: si en septiembre la sobreponderación neta a renta fija era de 11 puntos, ahora hay una infraponderación de 15, un posicionamiento opuesto al que había hace sólo un mes. En los bonos que tienen ahora en cartera, los gestores destacan el atractivo de los bonos corporativos frente a los soberanos.

La posibilidad de recesión cae en el olvido

La entrada en activos de riesgo que se ha producido en el arranque de octubre es una consecuencia de las mejores perspectivas económicas. La lista de principales peligros que amenazan al mercado lo demuestra: en septiembre, la recesión en Estados Unidos era el principal peligro que percibían los gestores, con mucha diferencia frente al resto, y esto ha cambiado radicalmente, este mes, con la recesión cayendo hasta el tercer puesto en los principales peligros, por debajo del conflicto geopolítico y el riesgo de que la inflación repunte, en primer y segundo lugar, respectivamente.

El aumento del optimismo de los gestores sobre el crecimiento económico ha sido muy rápido. En concreto, el quinto más rápido en un solo mes desde 1994, aunque todavía, de media, los gestores esperan que el crecimiento económico mundial sea más lento en 12 meses de lo que es ahora.

Eso sí, la recesión sigue estando fuera de la mesa, a juicio de los encuestados, con un 76% de los mismos esperando que haya un “aterrizaje suave” en la economía mundial, frente al 14% que espera que no haya aterrizaje alguno, y un 8% descontando que sí habrá un “aterrizaje duro” en los próximos 12 meses.

Fuente: Revista El Economista

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