China mostró pequeñas señales de mejora el mes pasado, pero no son suficientes para hacer frente a la guerra arancelaria que prometió el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. La retahíla de datos publicados este viernes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) se hacen eco de esa tibia recuperación. Las ventas al pormenor se han expandido a su ritmo más rápido en ocho meses, hasta un 4,8% interanual, frente al 3,2% del mes pasado, superando las expectativas del mercado, que esperaban un repunte leve.

Esta lectura interanual es el nivel más alto desde la lectura de enero-febrero (se realiza combinada para contrarrestar el efecto de los periodos vacacionales) que marcó un 5,5%. Además, ayudó a que el incremento de las minoristas en el acumulado del año creciese dos décimas, hasta el 3,5% interanual.

Song Lynn, economista jefe de la Gran China de ING aseguró en una nota que este repunte inesperado de las ventas minoristas en el gigante asiático “ilustra principalmente la entrada en vigor de la ampliación de las políticas de intercambio”. A lo que se refiere el experto es al ‘plan renove’ gubernamental para renovar, principalmente, los electrodomésticos y los automóviles. “Ambas categorías experimentaron un repunte en octubre”, recalca.

En concreto, las ventas de electrodomésticos pasaron de un crecimiento del 20,5% interanual el mes pasado al 39,2% este mes. Asimismo, las ventas de automóviles repuntaron fuertemente: del 0,4% interanual en septiembre hasta el 3,7% en octubre.

“Los datos de octubre también mostraron un sorprendente aumento de las ventas de cosméticos, que se dispararon del -4,5% interanual al 40,1% interanual después de haber tenido un crecimiento negativo durante varios meses”, destaca Lynn.

Por su parte, la producción industrial sufrió una ralentización bastante ligera, situándose en la delgada línea roja que permite llegar al objetivo de crecimiento de “alrededor del 5%” fijado por el Gobierno para 2024. En concreto, se moderó del 9,4% interanual, frente al 10,1% que marcó al cierre de septiembre.

A mediados de octubre, el ministerio de Finanzas anunció que utilizarían 2,3 billones de yuanes (unos 300.000 millones de euros) de fondos de bonos especiales de gobiernos locales en el cuatro trimestre. Además, también planean emitir “bonos gubernamentales especiales” para mejorar “la resistencia al riesgo y las capacidades de préstamo” de los bancos estatales, con el objetivo “de servir mejor al desarrollo de la economía real”.

Parece que China está atajando uno de los principales problemas estructurales que lastran su economía: el débil consumo interno. El gasto de los hogares que quedó muy por detrás de la producción, a pesar de que se esperaba un aluvión de consumo tras la apertura total del país al final de la pandemia. Este impulso de la demanda interna podría ser una buena noticia para la economía China, pero los dirigentes juegan a contrarreloj ante las inminentes decisiones que podría tomar el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles del 60% a sus productos.

China no se puede permitir estragos en el sector exportador, ya que el sector inmobiliario y el consumo interno siguen lastrando su economía, por lo que los aranceles de Trump podrían echar más leña al fuego de su crisis, por ese motivo deben actuar rápido, para poder compensar la posible erosión en las exportaciones.

La economista jefe de China de BNP, Jacqueline Rong, auguró que la “leve” recuperación del consumo interno pueda continuar el año que viene “depende de las políticas adicionales que se implementen. Creemos que se necesita más apoyo político para mantener el impulso del crecimiento en 2025”.

Lynn Song reiteró que el sector manufacturero de China “podría enfrentarse a más vientos en cola” una vez se introduzcan estos aranceles por parte de Estados Unidos. En todo caso, él y su equipo prevén que es posible que lleguen “en el tercer trimestre de 2025 como muy pronto. Esto significa que la actividad industrial aún podría resistir “decentemente bien” durante la primera mitad del año, “con un margen de crecimiento si las políticas de apoyo que impulsan la demanda interna continúan implementándose”.

El inmobiliario da esperanzas

El denostado y maltrecho sector inmobiliario de China también mostró un halo de esperanza el mes pasado. En 11 de las 70 principales ciudades los precios del mercado secundario se mantuvieron estables o incluso subieron. “Lo que fue, de lejos, la mejor lectura del año”, aseguró Lynn.

En concreto, en Pekín los precios subieron un 1%; en Shanghai un 0,2% y en Shenzhen un 0,7% en el mes pasado. Guangzhou fue la única ciudad de nivel 1 en la que los precios siguieron cayendo (-0,4%).

“En nuestros informes anteriores hemos afirmado a menudo que la estabilización de los precios inmobiliarios empezará por el núcleo, y los datos de octubre son una buena señal de que esto podría estar empezando a manifestarse, aunque todavía necesitamos ver más datos para confirmar esta tendencia”, dijo el experto de ING.

Pero la cara y la cruz está en la inversión en el sector, que cayó un 10,3% interanual en lo que va de año. En este sentido, dejando de lado los efectos de base, los expertos no esperan una gran recuperación de este rubro hasta que los precios se estabilicen y los inventarios se normalicen. Prevén que el proceso sea largo, en este aspecto.

Lo que está claro, y en lo que todos los expertos coinciden, es que China necesita seguir incrementando el gasto para seguir estimulando la economía y llegar a su objetivo de crecimiento de este año. “Ante un posible shock de Trump, China no tiene otra opción que aumentar el gasto interno”, dijo RaymondYeung, economista jefe para la Gran China de Banking Group.

En todo caso, los expertos llaman a la cautela ya que los datos de un mes no son suficientes para determinar que el consumo se está reequilibrando, pero ven que “la única salida hacia el futuro” es intentar desbloquear la ingente cantidad de ahorros que acumulan los hogares en el gigante asiático.

Fuente: Revista El Economista 

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