El Liverpool dio un paso firme hacia la conquista de la Premier League al vencer por 2-1 al West Ham en un partido cargado de emoción hasta el final.
Virgil Van Dijk fue el centro de atención en el desenlace del encuentro: primero empató el marcador con un autogol al minuto 85, pero solo tres minutos después se redimió con un certero cabezazo que selló el triunfo para los Reds, gracias a un tiro de esquina perfectamente ejecutado por Alexis Mac Allister.
Con este resultado, el equipo dirigido por Arne Slot alcanzó su victoria número 23 en la temporada, manteniéndose como líder del campeonato con una ventaja de trece puntos sobre el Arsenal, a falta de solo 18 puntos por disputarse.