Los cambios sociales y el contexto político, que provoca modificaciones normativas que influyen de manera directa en las empresas, hace que muchas empresas estén abandonando los marcos DEI (diversidad, equidad e inlcusión) y ESG (medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza). Los propios datos certifican esta situación, y es que, en 2021 un 66% de empresarios consideraron aplicar estos tipos de criterios y, a cierre de 2024, tan solo fueron un 48% los que lo hicieron. Así confirma LLYC Ideas en su informe Liderar, decidir con audacia. Las decisiones no se toman en vacío.
Quienes toman decisiones no pueden ignorar los cambios, porque estos tienen impacto directo en todas las actividades y actitudes. De ellos depende el impulso del consumo, el camino de las relaciones laborales, las ideas políticas, la convivencia con el medio ambiente y los valores fundamentales. Por ello, en LLYC han seleccionado algunas de las realidades que deben tener en cuenta todos aquellos cuyo trabajo consiste en tomar decisiones, sea en el ámbito de las finanzas, del marketing, del talento o cualquier otro aspecto de la empresa.
Prepárate para el permacambio
El año 2024 ha estado marcado por un “superciclo electoral”. Y es que, en ese año, votaron en elecciones de Estados Unidos y Reino Unido cerca de 1.600 millones de personas, países en los que los ciudadanos exigieron un cambio radical. En otros, como India, Francia o Sudáfrica, transmitieron a sus gobernantes que no estaban satisfechos y les obligaron a formar nuevas coaliciones y a dar la bienvenida a nuevos actores.
Estos resultados son la señal de que hay un gran descontento global con la situación actual. Los políticos recién electos van a intentar implantar las medidas que la gente exige. Pero el cambio político no es el único. Es parte de un proceso tecnológico, cultural y económico más amplio que lo abarca prácticamente todo. Eso generará una gran inestabilidad, pero también, posiblemente, algunas oportunidades. Siempre se habla de cambio. Pero es probable que esta vez sea más radical. En este sentido, María Esteve Partner & Corporate Affairs Strategy General Director, alerta que “el mercado no espera a nadie. Se mueve a la velocidad de la luz, dejando atrás a los que se conforman con reaccionar. De ahí la necesidad de desarrollar una inteligencia de mercado que vaya más allá de los datos, que nos permita leer e interpretar desafíos y oportunidades a tiempo”. Y es que, la IA no hará que los cambios no ocurran, pero si que ayudará a anticiparse a ellos y analizarlos para adaptarse lo más rápido posible.
La IA resulta fundamental
Estamos entrando en un tiempo clave para saber qué podemos esperar del avance de la IA. Según The Economist, ahora mismo hay invertidos once billones de dólares (más de 10 billones de euros) en centros de datos. A eso se suma la cada vez más acusada competencia entre empresas y modelos de IA. La inteligencia artificial afecta al bienestar de las personas, en la gestión del talento, en la detección de grandes patrones y en la automatización de los procesos. La IA tiene un gran impacto en las empresas.
Reacción contra los valores sociales
Ante el nuevo clima político, muchas empresas están abandonando los marcos DEI (diversidad, equidad e inclusión) y ESG (medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza). Eso se está viendo de una manera clara en Estados Unidos y hará que estas decisiones choquen con la visión europea y con la regulación de la UE porque el marco DEI tiene un sentido estratégico. En este sentido, Luisa García, Partner & Global CEP of Corporate Affairs, destaca el impacto positivo al aplicar estas políticas: “Las empresas verdaderamente comprometidas con la diversidad tienen claro el impacto positivo de esta estrategia en sus negocios, más allá del convencimiento ético y el imperativo de continuar defendiendo sus valores. Sin embargo, aquellas que operan en los EUU, y muy especialmente si tienen relaciones comerciales con el Gobierno Federal, se ven obligadas a acatar la orden ejecutiva de Trump”.
Cambios en la regulación
La Comisión Europea ha presentado su principal proyecto para los próximos cinco años a través de la Brújula para la Competitividad, que contiene algunos elementos regulatorios muy disruptivos para cualquier empresa que opere en la UE.
En España, se está tramitando una ley para regular la actividad de los grupos de presión que ejercen una actividad que cada vez más se considera ineludiblemente vinculada a la democracia y la organización de la sociedad civil y el tejido empresarial. Además, las modificaciones normativas del país vienen, en la mayoría de los casos, delegada de la UE: un 53% de las leyes aprobadas en España entre 2019 y 2024 deriva de directrices europeas.
Por esto motivo, desde LLYC alertan que sentarse a la mesa en la que se toman las decisiones regulatorias cada vez será más importante. Los reguladores son cada vez más conscientes de que necesitan conocer la experiencia de los actores económicos. Y estos cada vez saben mejor cómo organizarse para ser escuchados de manera transparente y pública. Así, Ivan Pino, Partner & Latam Corporate Affairs General Director informa de la importancia de ésto porque “la geopolítica está más presente que nunca en las reuniones de los consejos de administración”.
La desinformación, el gran reto de 2025
El Foro Económico Mundial considera la desinformación y las narrativas falsas como uno de los principales riesgos para el 2025, siendo el quinto fenómeno que más probabilidades tiene degenerar una gran crisis este año. Las redes no tienen toda la culpa de todo lo que va mal. Pero la desinformación, las narrativas falsas y la fragmentación ideológica van a dominar una parte muy grande de la conversación pública. En este contexto, los valores de las empresas son susceptibles de ser atacados o manipulados de manera interesada sin que una respuesta formal o laidentificación de la verdad sean respuestas efectivas. De hecho, en este ecosistema, la respuestainstintiva, consistente en desmentir las falsedades, puede tener el efecto de propagarlas. El Partner &Europe Corporate Affairs General Director, Jorge López, recmonoce que las organizaciones tendrán que adoptar un enfoque proactivo integrar todas las disciplinas de asuntos corporativos para gestionarla eficazmente, porque la desinformación será el ecosistema en el que operarán las empresas en 2025.
Fuente: Revista El Economista