Las cosas se le están volviendo un poco más difíciles a los partidos mayoritarios de Alemania (CDU y SPD) para poder reformar el freno a la deuda y liberar 500.000 millones de euros que, precisamente, se financiarán con deuda, para hacer inversiones en infraestructuras. El motivo por el que las cosas se están poniendo difíciles es que Los Verdes han rechazado este lunes esta propuesta y aseguraron que votarán en contra.

Tal y como está conformado actualmente el Bundestag (en funciones) solo serían necesarios los votos de esta formación, que siempre actuó como bisagra, para reformar la Constitución y levantar el Schuldenbremse o freno a la deuda. La ley germana dice que se requiere una mayoría de dos tercios de la Cámara Baja para cambiar la Carta Magna y liberar al país de sus estrictas normas fiscales.

El tiempo juega en contra de los democristianos de CDU, liderados por el candidato a Canciller, Friederich Merz, y los socialdemócratas de SPD, con el canciller saliente, Olaf Scholz a los mandos. Está previsto que el nuevo Bundestag se forme el próximo 25 de marzo, según confirmó el pasado jueves el legislativo germano a través de un comunicado.

Este mecanismo constitucional instaurado en 2009, cuando Angela Merkel era canciller y Europa empezaba a sumirse en una profunda crisis financiera, fija el techo de deuda del país al 60% del PIB. Por otro lado, está el Schwarze Null, es decir, la política de déficit cero asociada al Ministerio de Finanzas de Wolfgang Schäuble, y que estipula que el pasivo estructural del país no debe superar el 0,35% del total de su economía.

La colíder del partido, Franziska Brantner, confirmó en una rueda de prensa este lunes en Berlín que su formación votaría en contra de este pacto. La colíder del grupo parlamentario, Katharina Dröge, reiteró que “es su derecho acordar lo que quieran, pero si quieren llegar a un acuerdo para cambiar la Constitución, no vamos a votar a favor de estas propuestas”.

La portavoz criticó que el presupuesto de 500.000 millones que pretenden financiar con deuda “no irá ni un euro” a inversión en infraestructuras. “Esto se empleará para bajar impuestos”, denunció Dröge.

Brantner acusó a ambas formaciones de querer crear “un cofre del tesoro” de “un dinero ficticio” que luego podrán gastar. Desde el partido reiteran que su preocupación está en una “reforma sostenible” del freno a la deuda para salvar a Alemania de la crisis económica.

Los verdes reiteran que están de acuerdo en la necesidad de reformar este mecanismo de freno a la deuda, pero la portavoz señaló que se puede hacer una vez se constituya la nueva Cámara Baja que surgió de las elecciones del 23 de febrero.

Pero la premura con la que la Gran Coalición quiere hacer esta reforma es, precisamente, porque la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD) y los neocomunistas de Die Linke tienen suficientes escaños para poder vetar la reforma y aseguraron que lo harían, ya que se oponen al incremento del gasto en defensa. Lo que plantean desde CDU y SPD es que el gasto militar que sobrepase el 1% del PIB quede fuera del freno de la deuda.

El líder conservador, Friederich Merz, acusó a Brantner de un “considerable grado de descaro” en sus acciones. En un intento de ganarse a la formación, este domingo que la inversión en infraestructuras contempla los planes medioambientales. “Evidentemente adoptaremos medidas para proteger el clima”, dijo en una entrevista a la radio pública alemana Deutschlandfunk. Aunque se ve que estas acciones no han tenido el resultado que el líder democristiano esperaba.

Desde los Verdes, Michael Kellner, dijo que el líder conservador deberá plantear propuesta “si quiere nuestro apoyo”. “El acuerdo exploratorio (CDU-SPD) está lleno de regalos a los grupos de presión. Sería una locura política dar vía libre a la CDU/CSU y al SPD sin conseguir nada sustancial para la protección del clima”, dijo.

En un principio, la formación ecologista dijo que estaban abiertos a la reforma de la deuda. Pero el hecho de que la CDU rechazase mantener conversaciones sobre proyectos medioambientales antes de las elecciones anticipadas, provocaron el descontento del grupo parlamentario. Además, los ataques del líder de CSU (la formación conservadora bávara que hace coalición con los democristianos), Markus Söder, el pasado 5 de marzo, generó todavía más malestar entre Los Verdes.

En cuanto al contenido, los Verdes exigieron propuestas detalladas y dinero para la protección del clima. En su defensa, el grupo también insistió en dar mayor consideración a los servicios de inteligencia, por ejemplo.

A la gran coalición se le están torciendo los planes y su objetivo de empezar el trámite parlamentario de la reforma constitucional el 18 de marzo parece que se retrasa. Además, desde la ultraderecha AfD han recurrido de urgencia este proceso ante el Tribunal Constitucional.

Fuente: Revista El Economista

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