La hija del gran Francis Ford Coppola -destaca Harper’s Bazaar- recomienda un filme emblemático del cine político y de investigación. Su puesta en escena y narrativa visual la consolidan como un referente del género.
Sofia Coppola, una de las cineastas más influyentes del cine contemporáneo, ha compartido recientemente una selección de sus películas favoritas en una entrevista con la newsletter de la Academia de Cine de Hollywood.
Entre títulos como Deseando amar (2000), El gatopardo (1963), La noche (1961) y el documental Jane (2017), destaca con énfasis Todos los hombres del presidente (1976), una obra emblemática del cine político y de investigación periodística.
Según la hija del gran Francis Ford Coppola (¿bastará definirlo como el director de la saga de El Padrino?), se trata de “un clásico del género. Tiene los mejores decorados, una iluminación que ha sido emulada una y otra vez, y una narración visual convincente”.
La directora de Lost in Translation y Las vírgenes suicidas no escatima en elogios hacia esta cinta dirigida por Alan J. Pakula, ganadora de cuatro premios Oscar en 1977, incluidos Mejor guion adaptado, Mejor sonido, Mejor dirección artística y Mejor actor de reparto para Jason Robards.
Todos los hombres del presidente reconstruye con meticulosidad la investigación llevada a cabo por los periodistas Bob Woodward (interpretado por Robert Redford) y Carl Bernstein (Dustin Hoffman) para el diario The Washington Post.
Lo que empieza como un simple allanamiento en la sede del Comité Nacional Demócrata en el edificio Watergate en 1972, se convierte en el hilo conductor que revela una red de corrupción que terminaría con la dimisión del presidente Richard Nixon en 1974, el único mandatario estadounidense que ha renunciado al cargo.

La película no sólo documenta uno de los episodios más significativos de la política estadounidense del siglo XX, sino que también se erige como una reivindicación del periodismo de investigación.
Pakula logra mostrar con sobriedad y tensión dramática cómo la perseverancia, el rigor y el trabajo en equipo de dos reporteros pueden exponer abusos de poder en los más altos niveles del gobierno.
Este clásico del cine político ha sido desde entonces una referencia ineludible en el tratamiento fílmico del periodismo. Su influencia puede rastrearse en obras posteriores como Los archivos del Pentágono (2017) de Steven Spielberg o Spotlight (2015) de Tom McCarthy.
No es casualidad que Todos los hombres del presidente sea proyectada con frecuencia en las facultades de periodismo como ejemplo de compromiso ético y profesional.

Más allá de su relevancia histórica, el filme mantiene una actualidad inquietante. En un contexto de proliferación de desinformación y noticias falsas, y cuando el ejercicio del periodismo atraviesa una crisis de legitimidad en múltiples regiones del mundo, la historia de Woodward y Bernstein vuelve a recordarnos el valor irremplazable de una prensa libre, rigurosa y valiente.
La figura de “Garganta Profunda” —la fuente anónima que ayudó a los reporteros a desentrañar el escándalo, luego identificada como Mark Felt, alto funcionario del FBI— se ha convertido en símbolo del poder de las fuentes confidenciales en la defensa de la verdad.

A través de su recomendación, Sofia Coppola no sólo destaca una joya cinematográfica del siglo XX, sino que señala también hacia el rol esencial del periodismo en las sociedades democráticas.
Todos los hombres del presidente no es solo una gran película: es también un recordatorio de que el acceso a la verdad depende, en gran medida, del compromiso de quienes se atreven a buscarla.
Dicho esto, no hace falta decir que el filme es una cita obligada para todo estudiante de periodismo.
FUENTE INFOBAE