Enésima sorpresa positiva con la inflación en Argentina. Los precios se han moderado más de lo esperado en el mes de noviembre. Los analistas apuntaban a un repunte del IPC de al menos una décima en términos mensuales y ha sucedido lo contrario: la inflación mensual ha caído tres décimas hasta el 2,4%, marcando la cota más baja desde 2020. Los recortes de gasto público y las medidas liberalizadoras que buscan aumentar la oferta están impactando de lleno en la economía, generando dos tendencias: por un lado, el rápido enfriamiento de los precios que aleja a Argentina de la hiperinflación. Por otro lado, la contracción temporal de la economía. No obstante, los últimos datos revelan que mientras que los precios siguen enfriándose, la economía ya ha comenzado a recuperarse, lo que ha permitido a Javier Milei anunciar la segunda parte de su plan.

Las medidas tomadas por Milei son una receta aplicable a cualquier país. La congelación de la base monetaria constituye una herramienta clave en la lucha contra la inflación al limitar la cantidad de dinero en circulación en la economía. Esto comenzó a ocurrido desde la llegada de Milei a la Casa Rosada. La explicación es la siguiente: cuando la oferta monetaria se estabiliza, el crecimiento excesivo de la liquidez que impulsa la demanda y, por ende, los precios, se detiene. Este enfoque, conocido como política monetaria restrictiva, busca frenar la expansión de la demanda agregada al restringir el crédito y desincentivar el consumo excesivo, factores que, de no controlarse, alimentan presiones inflacionarias. Al mismo tiempo, una base monetaria fija transmite confianza en la estabilidad macroeconómica, lo que puede anclar las expectativas de los agentes económicos sobre la inflación futura, reduciendo la tendencia a ajustes preventivos de precios y salarios que perpetúan el alza generalizada de precios.

Por otro lado, la motosierra: el recorte del gasto público, por su parte, actúa desde la perspectiva de la política fiscal para reducir la inflación al disminuir la presión de la demanda agregada que el gasto gubernamental ejerce (Milei ha conseguido varios superávits fiscales consecutivos) sobre los recursos de la economía. Cuando el sector público limita su consumo y sus inversiones, se libera espacio para que los precios se ajusten más lentamente, reduciendo las tensiones inflacionarias. Además, el ajuste fiscal puede contribuir a reducir los déficits presupuestarios, lo que a su vez minimiza la necesidad de financiamiento inflacionario mediante la emisión de dinero. Este enfoque también envía señales de disciplina económica, fortaleciendo la percepción de sostenibilidad fiscal y aumentando la credibilidad de las políticas económicas ante inversionistas y ciudadanos. Ambos mecanismos, combinados, tienden a estabilizar la economía y a crear condiciones propicias para el crecimiento sostenible.

Con todo, el índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina se situó en noviembre en el 166% interanual, encadenando su séptima desaceleración consecutiva, según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estádistica y Censos (Indec). En el penúltimo mes del año, los precios al consumidor crecieron un 2,4% en comparación con octubre, lo que implica una ralentización con respeto a la tasa mensual del 2,7% que se había registrado en el mes anterior. El índice mensual de noviembre es el más bajo para este mes desde 2021, cuando la variación fue del 2,5%, sustancialmente inferior a las tasas registradas en diciembre (25,5%) y enero (20,6%) de este año.

A raíz de la rápida devaluación del peso argentino dispuesta por el Gobierno de Javier Milei al iniciar su mandato en diciembre de 2023, el impacto de sus primeras medidas ultraliberales tuvieron una tendencia descendente en Argentina como resultado del fuerte ajuste fiscal y monetario, así como un derrumbe del consumo que frenó la demanda. De acuerdo con el informe oficial, los precios de los bienes tuvieron el mes pasado una variación positiva del 1,6% en comparación con octubre, mientras que los servicios subieron un 4,4%, unos datos que ascienden al 149,3% y el 215,5%, respectivamente, en la comparación interanual.

El cambio de Argentina en un año

Un año después de asumir el poder, Javier Milei parece estar confirmando los pronósticos de quienes creían en su capacidad para transformar la economía argentina y desmontando a sus críticos. Tras recibir un país al borde de la hiperinflación, Milei ha logrado en la primera parte de su plan reducir el IPC mensual del 26% registrado en diciembre del año pasado al 2,4% en octubre. La moneda argentina, el peso, que había sido calificada por Milei como “excremento”, se ha fortalecido significativamente frente al dólar en el mercado negro durante los últimos seis meses.

Es más, el peso ha vivido algo inédito, en el mercado ‘negro’ o informal (que paradójicamente es el que refleja el precio real del peso) ha llegado a cotizar con mayor fortaleza durante unas horas que el peso oficial, una auténtica contradicción económica que, sin embargo, revela que los argentinos confían cada vez más en su propia divisa. Además, desde que Javier Milei llegó a la Casa Rosada, los precios de los bonos soberanos argentinos se han triplicado, logrando al mismo tiempo una caída intensa del interés que pagan en el mercado, según explican desde el Financial Times en un extenso reportaje sobre la economía de Argentina.

Ahora, el plan de Milei entra en la segunda fase. Aunque aún quedan muchos ajustes por realizar, la economía parece haber comenzado a despertar, según muestran los indicadores adelantados de los últimos tres meses, lo que da cierto margen al Gobierno para empezar a bajar impuestos, aunque con cautela, puesto que mantener el superávit público resulta fundamental para que los mercados sigan depositando su confianza en las finanzas argentinas.

El presidente de Argentina, Javier Milei, ha afirmado en su discurso a la nación con motivo del primer aniversario de su llegada al poder y rodeado de su gabinete que “la recesión terminó”, alegando que la economía del país ha entrado en una recuperación, y ha anunciado que en 2025 bajará el 90% de los impuestos.

“Hemos superado la prueba de fuego. Estamos saliendo del desierto: la recesión terminó y el país finalmente ha comenzado a crecer”, ha declarado, remarcando que Argentina “llega al final del año con alivio” y que puede “dejar atrás lo peor”, si bien ha aclarado que todavía no ha “llegado a puerto”. El riesgo país ha caído desde los 2.100 puntos hasta los 723 puntos en los que cotiza en la actualidad.

Algunos precios siguen subiendo con fuerza

Entre las subidas del mes pasado destacan las categorías de “Educación” (5,1%), seguida por “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (4,5%) por incrementos en los alquileres y de los servicios. En cambio, las menores variaciones de precios se observaron en las divisiones “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (1,5%) y “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (0,9%).

La inflación argentina acumuló un alza del 112% en los once meses del año, mientras que en 2023 los precios acumularon una subida del 211,4%, una de las mayores tasas en el mundo el año pasado. Los últimos pronósticos privados, que recaba mensualmente el Banco Central de Argentina, apuntaron que la inflación cerrará este año con un 118,8%, con tasas mensuales del 2,8% en noviembre y el 2,9% en diciembre.

Fuente: Revista El Economista

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