La maquinaria bélica que ha desarrollado Rusia desde que en febrero de 2022 invadió Ucrania ha cobrado tal tamaño que no hay forma de pararla sin que la economía rusa caiga por el precipicio. Al principio todo fue bien. El elevadísimo gasto en defensa ha generado una inercia en el PIB que ha dejado con la boca abierta a analistas y expertos con crecimientos más altos que los de Occidente (Rusia ha crecido por encima del 3% en los últimos años). Pero ahora resulta complicado mantener el ritmo sin desfallecer. Es como una rueda de hámster a toda velocidad. Si se detiene en seco, el hámster (la economía rusa) se dará un duro golpe… si continúa rodando, el hámster puede aguantar un tiempo, pero el final puede ser incluso peor. La opción óptima sería lograr una reducción de la velocidad de la rueda progresiva, pero esto es algo extremadamente complejo en una economía que necesita seguir gastando en maquinaria de guerra, que se enfrenta a grandes sanciones y que nunca ha destacado por su sofisticación.

Con los ingentes ingresos energéticos cosechados en los años previos a la invasión, Moscú ha engordado sin límites una industria de guerra que ha terminado engullendo al resto de la economía. La reestructuración de la economía bajo el imperativo de la necesidad militar se ha observado en todas las capas de la actividad: desde los mayores salarios para alimentar de personal al ejército, las fábricas de armas y los servicios que Occidente abandonó hasta una producción enfocada en conseguir cantidades récord de tanques y obuses pasando por préstamos baratos a empresas vinculadas a la guerra y generosos subsidios hipotecarios para los hogares.

El impulso ha sido tal que ahora la economía rusa es ‘dependiente’ de un conflicto que la ha espoleado (incluso recalentado) todo este tiempo. Cuando el mundo entero llama a la paz en Ucrania, Vladímir Putin sabe el coste interno que tendrá detener esta maquinaria. Algunos no solo temen que la siga desplegando en Ucrania, sino que, cerrado ese conflicto, apunte con ella hacia otros vecinos.

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