La baja demanda, China y la geopolítica debilitan el PIB global

E l mundo se enfrenta en 2024 a una economía debilitada. Las sombras de una posible recesión se desvanecen, mientras aumentan los temores por una caída de la demanda y las exportaciones y la tendencia deflacionaria en la que ha entrado la economía de China. Las cuestiones de geopolítica y política interior también son elementos que generarán inestabilidad económica este año que entra.

 

Según el último informe de Perspectivas de los Economistas Jefe del Foro Económico Mundial, la palabra que definirá la economía mundial en 2024 será “volatilidad”. Aún así, los economistas ven probable que se produzcan más cambios positivos, como el descenso de la inflación y una ralentización de las subidas de tipos de interés. Así, el crecimiento de las principales economías que más aportan al PIB mundial (G20) está en la horquilla del 2,2% según el consenso de Bloomberg.

En líneas generales, la mayoría de los economistas están de acuerdo en que el repunte de la inflación habrá pasado dentro de un año. Al mismo tiempo, creen que las política monetaria baje el ritmo en cuanto a las subidas de tipos de interés. Sin embargo “el ambiente sigue siendo muy cauteloso”, apuntan en el informe del Foro.
La desaceleración económica de China es uno de los principales factores de esa volatilidad de la que hablan los expertos. Tanto el consenso de economistas de Bloomberg como el propio gobierno chino prevén que el PIBdel gigante asiático se expanda un 4,5%en 2024.

Pero el problema está en que la tasa de inflación deChina en noviembre de este año cerró en el -0,5%. El consenso espera que el año que viene repunte hasta el 1,4%. Pero, precisamente, la caída de la demanda es lo que también preocupa a los economistas el próximo año. El comercio mundial cerrará 2023 en cifras negativas, en torno a una caída del 0,6%, para empezar a recuperarse en 2024 a un ritmo del 3,3%.

El informe del Foro Económico Mundial resalta que además de un repunte más lento de lo esperado en China a principios de 2023, las perspectivas del gigante asiático están ensombrecidas por esta espiral deflacionaria y un mercado inmobiliario con grandes signos de fragilidad. “Los volúmenes comerciales también se han desplomado, con un descenso de las importaciones del 12,4%y de las exportaciones del 14,5%en el año hasta julio de 2023”, explican los expertos consultados por el foro.

 

En líneas generales, el FMI no augura “una tendencia general de deflación” en China. Por tanto, no prevé que la inflación subyacente aumente hasta el 2,1% a finales de 2024, desde el 0,8% actual.
Pero la desaceleración de China va a tener un fuerte impacto negativo en las economías emergentes, cuyo crecimiento se verá reducido en torno al 3%al 4%.

En el caso de Estados Unidos, las perspectivas económicas han mejorado de manera notable. El 80% de los expertos aseguran que el país tendrá un crecimiento “fuerte o moderado este año y el próximo”. De hecho, el grupo de expertos de Bloomberg ve que el país va a cerrar el año 2024 con un crecimiento del 1,2% y se mantendrá sostenido en 2025, que esperan que cierre en el 1,2%. Aunque todavía están por debajo de las expectativas anteriores.

En Europa la sensación es un poco la misma. El Viejo Continente se enfrenta a un crecimiento “débil o muy débil” este año que se va. Pero en 2024 la cosa cambia, ya que solo el 41% de los expertos augura esa debilidad en el crecimiento. En concreto, el consenso ve que los Veintisiete cierren el ejercicio con una expansión del PIB del 1%, lastrado principalmente por Alemania o Francia, cuyo crecimiento está todavía por debajo de lo que se debe esperar de estas dos potencias que sostienen la economía europea. Ambas presentan unas previsiones de crecimiento del PIB del 0,3% y del 0,8% respectivamente.

Por su parte, los os asesores económicos de Scholz, conocidos como “los cinco sabios”, recortaron las previsiones de crecimiento, con una caída del PIB del 0,4% este año y una expansión del 0,7% para 2024. Al mismo tiempo, las tensiones comerciales ponen en duda su modelo de negocio orientado a la exportación. De hecho, en un informe de Allianz Trade aseguran que la caída de la demanda y el incremento de los costes provocará que las empresas reduzcan “inevitablemente” sus márgenes de beneficio.

Esto implica que haya un aumento de insolvencias empresariales “especialmente en Europa Occidental”, aseguran. Los países del mundo se tienen que enfrentar a unas políticas industriales que son un verdadero campo de batalla geopolítico. Los subsidios desafían el comercio global y generan enormes tensiones entre bloques aliados. Tal y como sucedió con las políticas de Estados Unidos.

Fuente: Revista El Economista

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