El Pleno del Consejo de la Judicatura (CJ) destituyó este jueves, 21 de julio de 2022, al juez Diego Javier Moscoso. Él fue quien otorgó el habeas corpus y ordenó la libertad del exvicepresidente Jorge Glas.
A través de sus redes sociales, la Judicatura dijo que “tras conocer el informe motivado de la Dirección Provincial de Santa Elena, el Pleno del CJ destituyó por sus actuaciones como Juez de la Unidad Judicial Multicompetente de la parroquia Manglaralto”.
El 25 de abril del 2022, la Sala de la Corte de Santa Elena dictó una declaración jurisdiccional previa en contra de Moscoso, es decir, jueces provinciales determinaron que el exjuez sí cometió una infracción disciplinaria.
De hecho, desde el pasado 26 de marzo, el exjuez fue suspendido de su cargo por 90 días, sin sueldo. La Judicatura tomó esa decisión mientras se desarrollaba el proceso disciplinario.
Además, el 23 de abril del 2022, el presidente de la Corte Nacional de Justicia, Iván Saquicela, solicitó al Consejo de la Judicatura y a la Fiscalía General del Estado investigar y aplicar acciones en contra de las actuaciones de Moscoso.
¿Quién es Diego Moscoso?
Moscoso era un juez Multicompetente de Manglaralto. Llegó a trabajar allí como magistrado de primer nivel hace un poco más de cuatro años. Constaba desde enero del 2018 en el distributivo de personal de la Función Judicial.
Él fue quien concedió el 9 de abril el habeas corpus a Glas. Esa resolución judicial le permitió al exvicepresidente salir de la cárcel de Cotopaxi, el 10 de abril del 2022.
El pedido de habeas corpus fue planteado inicialmente por Nicole Malavé, simpatizante del movimiento correísta Revolución Ciudadana, en la Unidad Multicompetente de Manglaralto.
Tras otorgar esa acción constitucional, Moscoso dispuso la excarcelación de Glas. También ordenó la prohibición de salida del país y la presentación periódica ante una autoridad judicial.
Sin embargo, el pasado 20 de mayo del 2022 un Tribunal de Santa Elena declaró nulo todo lo actuado por el magistrado Moscoso y dispuso que Glas regresé a la cárcel a cumplir sus sentencias.
Fuente: El Comercio