Guillermo Arosemena :Triste repetición de hechos

La mayoría de las definiciones sobre lo que es la historia, hacen relación a que los mismos eventos se dan muchas veces; de ahí la importancia de conocer el pasado para no repetirlos. Desgraciadamente, en la historia ecuatoriana hay masoquismo. Ecuador vive recreando hechos que no se deben duplicar.

En días pasados leía una publicación de 1859 sobre un suceso vergonzoso, igual al que actualmente se lee en los periódicos: “Los delincuentes que debieron ser perseguidos y castigados conforme a las leyes, continuaron en sus destinos, con escándalo de la vindicta pública; y alentados por la impunidad …”. Lo mismo ha sucedido en 2019 y 2022. La Asamblea concedió amnistía a los responsables del destrozo de Quito en el 2019 y seguramente no serán castigados los responsables de lo sucedido en Quito y otras ciudades del país hace pocas semanas. Ecuatorianos de diferente nivel social que fueron perjudicados, no serán indemnizados, ni los muertos regresarán.

En días pasados, uno de los más de 800 presos que participaron en la toma del Capitolio en Estados Unidos recibió la sentencia de siete años de prisión. Todos los encarcelados tienen diferentes condenas, dependiendo del delito. En Ecuador, país sin institucionalidad ni sistema jurídico insobornable, los delincuentes de todo nivel económico andan libres.

Regresando a los sucesos de 1859, esa década del siglo XIX fue muy similar a la de los noventa del siglo XX. Hubo caos político, numerosos gobiernos y la economía se paralizó. La diferencia es que no hubo guerra civil. En la primera llegamos a tener tres gobiernos al mismo tiempo.

También la historia tiene sucesos dignos de imitar. Un ejemplo son los libros escritos por Rocafuerte; si nuestros políticos los hubiesen leído, no tendríamos el Ecuador de hoy, país que sigue sin norte pese a los esfuerzos del presidente Lasso. En su obra ‘Ensayo Político’ afirma que varios países, entre ellos Estados Unidos e Inglaterra, habían tenido éxito con sus sistemas políticos dando como resultado su progreso. Para el brillante Rocafuerte, el camino ya estaba trazado, solamente se requería seguirlo.

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