Guillermo Arosemena: Guayaquil se queda sin historiadores

Guayaquil tiene pocos historiadores, a diferencia de Quito y otras ciudades de la sierra. La primera debe tener tres veces más que nuestra ciudad. Su producción es impresionante, pero muchas obras son sesgadas e ideológicas.

Nuestro desinterés se manifiesta en el estado en que se halla el Archivo Histórico del Guayas (AHG); no llega a 10 % de la actividad en época de José Antonio Gómez Iturralde; y en el estancamiento de la Biblioteca Municipal y pobreza en la casa de la Cultura de Guayaquil que hasta un par de semanas atrás no tenía bibliotecaria, y cuya directora no escucha una propuesta para digitalizar las extraordinarias publicaciones, Revista de Arqueología e Historia, dejadas de publicarse hace décadas.

Los últimos 2 años fallecieron 3 historiadores guayaquileños: Mariano Sánchez Bravo, quien publicó más de 25 libros sobre temas marítimos y un centenar de revistas; era director del Instituto de Historia Marítima. Alberto Cordero, que se especializó en Vicente Rocafuerte, y publicó más de 20 tomos y numerosos artículos sobre el personaje. Alberto Sánchez Varas, quien fue periodista, profesor e historiador. Escribió acerca de la historia del fútbol. Entre los libros de su autoría están la Historia de la Aviación en Ecuador y dos tomos de la Historia de la Junta de Beneficencia. Al igual que Mariano Sánchez, tuvo una columna en Memorias Porteñas, escribió varios artículos de historia. A pesar de estar muy enfermo sus últimos años, siguió trabajando.

He sugerido a la actual administración hacer algo por la investigación de la historia de Guayaquil. Sé que estuvo un representante del Ministerio de Cultura en el AHG, pero no se tuvo noticias posteriores. También sugerí que 50 % de la renta estatal que recibe la Academia Nacional de Historia se entregue directamente al Capítulo Guayaquil. Desde su creación hace un par de decenios, solo recibe sobras. Hay el antecedente de Solca; su matriz está en Guayaquil, y los dirigentes de la sucursal de Quito lograron que el Congreso asigne 50 % de la renta proveniente del impuesto a los préstamos directamente a ellos.

Las autoridades guayaquileñas no deben seguir dando la espalda a nuestra historia.

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