Guillermo Arosemena: Atraso de actividad bursátil en Ecuador

Las primeras bolsas de valores en el mundo, tal como se conocen actualmente, nacieron para levantar capitales mediante ventas de acciones. Es tan cierta la afirmación que su importancia se mide por la capitalización, que es la suma del valor de mercado de todas las acciones que se transan. La Bolsa de Valores de Amsterdam, primera en el mundo, 1611, se estableció para negociar las acciones de Compañía Holandesa de las Indias Orientales, unas de las primeras sociedades anónimas y la más grande del mundo en su época. Sin esta estructura jurídica hubiera sido muy difícil crear y desarrollar la actividad bursátil. La compañía anónima fue indispensable para el nacimiento de las bolsas. La siguiente fue la de Londres, en 1773; nació también para transar acciones como Compañía de Mar del Sur. Luego se fundó la Bolsa de Valores de Nueva York, 1792.

La primera Bolsa de Valores de Guayaquil se estableció en 1843, ha tenido dos posteriores. La de Quito en 1969. Frecuentemente leo en los diarios sobre el dinamismo de ellas. ¿Son dinámicas? La única vez que he leído de un representante comparar la nuestra con la de otros países de la región, fue semanas atrás cuando se mencionó la capitalización de la chilena y de otras naciones. Las nuestras son insignificantes y sin mercados bursátiles dinámicos los países no progresan. Las de Guayaquil y Quito se dedican a transar títulos de renta fija, como bonos. La actividad de renta variable es casi inexistente.

¿Cuál es la causa del estado embrionario en que nos encontramos? Es el reducido número de empresas de capital abierto. En Ecuador debe haber no más de 40, y de ellas, las que tienen presencia diaria son tres o cuatro. Irónicamente hace un siglo había en Guayaquil cerca de 10 empresas cuando el total de compañías no sobrepasaba 1.000. Hoy hay más de 80 veces.

¿Por qué hay tan pocas empresas de capital abierto? Pienso que es la mentalidad del ecuatoriano. Prefiere recurrir a la banca y estar endeudado antes que tener a inversionistas a quienes rendirles cuenta. También se debe a la ausencia de capital de riesgo y bajo emprendimiento tecnológico.

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