Garbiñe Muguruza, la tenista española que conquistó Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, anunció su retiro del tenis profesional a los 30 años, tras una carrera llena de éxitos pero también marcada por desafíos personales y profesionales. La ex número 2 del mundo, quien acumuló más de 14 millones de dólares en premios y 10 títulos WTA, incluido el WTA Finals de 2021, sorprendió al mundo del tenis al revelar que su decisión responde a una búsqueda de felicidad fuera de las canchas. “No me siento feliz”, confesó Muguruza en una emotiva declaración, dejando un legado imborrable pero también un mensaje sobre la importancia de la salud mental.
Una carrera de altos y bajos
Nacida en Caracas, Venezuela, y criada en España, Muguruza irrumpió en el circuito profesional con un estilo de juego potente y agresivo que la llevó a la cima. Su victoria en Roland Garros 2016, derrotando a Serena Williams en la final (7-5, 6-4), marcó un hito al convertirse en la primera española en ganar el título desde Arantxa Sánchez Vicario en 1998. Un año después, en 2017, alzó el trofeo de Wimbledon al vencer a Venus Williams (7-5, 6-0), consolidándose como una de las grandes figuras del tenis femenino. Su ascenso al número 2 del ranking WTA en 2017 y su triunfo en el WTA Finals de 2021 en Guadalajara confirmaron su talento, pero las lesiones y la presión constante comenzaron a pesar.
A pesar de sus logros, Muguruza enfrentó periodos de inconsistencia y altibajos emocionales. Desde su último partido competitivo el 30 de enero de 2023, la tenista tomó un descanso indefinido que culminó en su retiro oficial, anunciado en abril de 2024. “Tennis has been my life, but it hasn’t always been easy. It’s been love or hate, happiness or anger”, expresó en un comunicado en redes sociales, donde también agradeció a sus seguidores y al deporte que la formó como persona.
La lucha por la felicidad
Muguruza no ocultó las dificultades que enfrentó fuera de la cancha. En entrevistas recientes, habló abiertamente sobre la presión de las expectativas, el impacto de las lesiones y los desafíos de mantener la motivación en un deporte tan exigente. “I’ve been stuck on what I haven’t achieved. I never made it to No. 1, never reached an Olympic podium”, admitió, reflejando una autocrítica que resonó con muchos atletas. Su honestidad sobre las redes sociales, donde denunció el abuso que recibía tras las derrotas, destacó la carga emocional que enfrentan los deportistas de élite.
A los 30 años, Muguruza decidió priorizar su bienestar. “I’m ready to start a new chapter”, afirmó, adelantando que planea explorar nuevos proyectos, incluyendo su podcast “Tennis Insider Club”, que lanzó junto a su prometido Borja Durán, y su participación en el programa de negocios de Harvard Business School 2024-25. Su retiro no marca el fin de su relación con el tenis, ya que seguirá vinculada como comentarista y embajadora del deporte.
Un adiós en Roland Garros
Aunque Muguruza no jugó en Roland Garros 2025, su legado en el torneo parisino permanece. Su título de 2016, conquistado en la arcilla de la Philippe-Chatrier, es recordado como uno de los momentos más brillantes de su carrera. El torneo, que este año vio a Carlos Alcaraz coronarse en la rama masculina, también rindió homenaje a otros retirados como Rafael Nadal y Richard Gasquet, pero la ausencia de Muguruza dejó un vacío entre los aficionados españoles.
El tenis femenino pierde a una de sus estrellas más carismáticas, pero Muguruza deja un mensaje poderoso: la felicidad y el equilibrio personal son tan importantes como los trofeos. Mientras se prepara para su próxima etapa, la campeona de Roland Garros y Wimbledon seguirá siendo una inspiración para las nuevas generaciones.
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