FINAL AGÓNICO: Croacia derrotó (4-2) a Holanda y consiguió su cupo a la final de la Nations League

Croacia recuperaba rápido el balón, pero tampoco llegaba a cambiarle la marcha al partido y Aké activó la mejor carta neerlandesa: el fútbol rápido. Inició una jugada de primeros toques y pases precisos a los que los croatas fueron llegando siempre un segundo tarde, el segundo que tuvo Malen en el área para controlar, buscar el palo largo y poner la bola en la red.

Fue casi el único chispazo de velocidad y fútbol rápido que mostró el equipo de Koeman, que con el gol volvió a permitir a Croacia tener más balón. Después del descanso avisó Kramaric, se animó Juranovic y, como casi siempre, el jugador determinante fue Luka Modric. Tuvo más hambre y más inteligencia que Gakpo para llegar antes a un balón suelto en el área y para tirarse al suelo después al sentir el agarrón de un Gakpo que hizo un penalti que sólo puede hacer un delantero. Kramaric definió con calma al centro y la grada de De Kuip, invadida de rojo y blanco, estalló.

El recital de Modric se intensificó en la prórroga, donde las fuerzas flaquean y donde las personalidades se imponen. De penalti, en 116′, sentenció el pase a la final antes de irse al banquillo y recibir la ovación de croatas, holandeses y espectadores agotados en los sofás de medio mundo, que se levantaron con sus últimas fuerzas para aplaudir a Luka, al que llevamos tiempo disfrutando como ese helado de septiembre que sabes que puede ser el último. Pero siempre hay uno más. El domingo vuelve a jugar Luka Modric.

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