El teniente coronel Roberto Santamaría León, jefe policial del Distrito Durán, ofreció una perspectiva preocupante sobre la situación de seguridad en esta ciudad, que ha sido escenario de múltiples masacres en la última semana.
A pesar de la intervención militar y policial en el área desde julio, la violencia continúa, impulsada por organizaciones delictivas profundamente arraigadas. Santamaría destacó que Durán enfrenta “un estado fallido”, donde instituciones locales, como el tránsito y los bomberos, están infiltradas por estas bandas criminales.
El jefe policial explicó que su misión es implementar un nuevo modelo de gestión policial, basado en el éxito obtenido en el Distrito Nueva Prosperina, donde se logró una reducción significativa de la violencia.
Sin embargo, aclaró que este modelo implica un enfoque más agresivo, con una “policía de enfrentamiento directo” contra las bandas criminales. En Durán, existen tres grandes organizaciones delictivas, entre ellas los Chone Killers, que son responsables de gran parte de la violencia.
A pesar de los esfuerzos policiales, Santamaría reconoció que la corrupción y el reclutamiento de menores por parte de estas organizaciones dificultan la erradicación del problema.
“El Estado no puede competir con ellos”, subrayó, explicando que los menores ganan hasta $4,000 mensuales al unirse a estas bandas.
Para enfrentar esta creciente criminalidad, propuso una “declaratoria de conflicto armado interno”, que involucraría al Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Además, a su juicio el país necesita reformas profundas en sus leyes de seguridad y justicia, como la creación de una ley de inteligencia que permita a la policía realizar operaciones más efectivas sin las restricciones actuales.
Fuente: ecuadorenvivo.com