Así, sólo el 13,8 % de las empresas industriales con problemas de abastecimiento desde estos países pueden sustituir completamente sus fuentes de suministro a corto plazo, y para el 43,4 % esto es posible sólo parcialmente.
Otro 16,3 % señaló que recurrir a otras fuentes de suministro no tienen sentido económico, el 13,8 % indicó que es imposible y el 12,7 % no supo qué contestar.
Según el experto del Ifo Klaus Wohlrabe, “cambiar las fuentes de suministro supone un dolor de cabeza para muchas empresas”.
“Las cadenas de suministro y los procesos de producción probados durante años a menudo no pueden ser reorganizados a corto plazo”, agregó.
En el sector de la venta al por mayor, únicamente el 7,4 % dijo que es completamente posible encontrar nuevas fuentes de importación a corto plazo, mientras que el 42 % lo ve parcialmente factible.
Para el 16 % no tiene sentido económico recurrir a otras fuentes de suministro, para el 17,3 % es imposible y el 17,3 % no supo qué contestar.
Muchas empresas se ven asimismo afectadas indirectamente, porque sus propios proveedores reciben importaciones de Rusia.
Además, existe con frecuencia una incertidumbre acerca de si las empresas están posiblemente afectadas por las sanciones y en qué medida, indicó Wohlrabe.
Fuente. dw.com