Guayaquil, 9 de enero de 1980 – Con autoridad, jerarquía y un equipo equilibrado de principio a fin, el Club Sport Emelec se consagró campeón del fútbol ecuatoriano 1979, devolviendo el título a Guayaquil tras una brillante campaña coronada con una victoria por 2-0 sobre el Delfín en Manta.
Bajo el liderazgo del mítico Eduardo “Ñato” García, quien inició la temporada como arquero y terminó como director técnico campeón, el cuadro eléctrico mostró solidez en todas sus líneas. García reemplazó al argentino Guillermo Reynoso en el banquillo en los tramos finales del torneo y logró lo impensado: guiar al equipo a la gloria.
En el arco, el argentino Miguel Ángel Onzari fue garantía de seguridad durante toda la temporada. En defensa, la férrea dupla de centrales compuesta por Jesús Montaño y el español Juan Manuel Sanz fue infranqueable para los rivales. El mediocampo estuvo marcado por el talento y visión de Carlos Torres Garcés y Ricardo Armendáriz, quienes manejaron los tiempos del equipo y generaron el juego ofensivo con gran calidad.
En la delantera, Carlos Horacio Miori y Lupo Quiñónez formaron una dupla letal que castigó redes a lo largo de todo el torneo, siendo clave en los partidos decisivos.
El campeonato no solo marca una nueva estrella en el palmarés azul, sino también el emotivo retiro del Ñato García, ídolo eterno del club, quien cuelga los guantes con broche de oro tras llevar a Emelec a lo más alto.
En contraste, el torneo de 1979 también será recordado por el sorpresivo descenso a la Serie B del tricampeón El Nacional, que a mitad de año sufrió un bajón futbolístico que lo llevó al fondo de la tabla.
Con esta victoria, Emelec reafirma su grandeza y promete seguir escribiendo páginas doradas en el fútbol ecuatoriano.