Carlos III del Reino Unido fue coronado esta mañana en la abadía de Westminster, en una ceremonia religiosa oficiada por el Arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra. Al finalizar, recorrió las calles de Londres en una carroza dorada, acompañado de música, la lluvia, su escolta y los aplausos y gritos de la multitud que había esperado durante horas para verlo.
Sin embargo, los medios británicos hicieron notar que alguien no participó de la procesión. Las cámaras apostadas a lo largo de las calles londinenses buscaron en vano al hijo menor del rey, el príncipe Harry, dejó la abadía para regresar directamente al aeropuerto y tomar un vuelo a Estados Unidos, para volver con su familia.
Fuente El Universo