El plan de Biden llevará los impuestos de EEUU a los más altos de la OCDE

El plan fiscal del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, llevará a los impuestos norteamericanos al puesto más alto de los países desarrollados. El Presupuesto que ha presentado el presidente, además de su polémica ley de recuperación Build Back Better, propone varios nuevos aumentos de impuestos para personas y empresas de altos ingresos. La combinación del Presupuesto con la ley de recuperación supondrá las tasas impositivas máximas más altas sobre ingresos individuales y corporativos de la OCDE, según estimaciones de la Tax Foundation, un think tank tributario con sede en Washington.

 

El aumento de impuestos propuesto más grande es un aumento en la tasa del Impuesto sobre Sociedades norteamericano del 21% al 28%. La administración estima que esta reforma recaudaría 1,3 billones de dólares en 10 años. “Estimamos que tal aumento de impuestos, que ya se propuso en el presupuesto del año pasado, recaudaría 954.000 mil millones en 10 años y reduciría la economía hasta en un 0,7%”, apuntan Guillermo McBride y Alex Durante, analistas de la Tax Foundation. “El plan eliminaría además 145.000 empleos”, calculan.

Otra propuesta retomada del Presupuesto del año pasado es la de gravar las ganancias de capital no realizadas al momento y aumentar la tasa impositiva máxima sobre ganancias de capital y dividendos del 20% al 39,6%. “Esto reduciría la economía en aproximadamente un 0,3% y eliminaría 27.000 puestos de trabajo”, apuntan McBride y Durante.

 

La Administración Biden también ha presentado un aumento de impuestos novedoso y complejo sobre las ganancias de capital no realizadas para las personas de alto patrimonio neto. Esta reforma afectará a los fundadores emprendedores de muchas de las empresas más grandes norteamericanas. Sin embargo, según la ley actual, estas empresas pagan impuestos corporativos y los accionistas pagan impuestos sobre dividendos sobre lo que queda. “Como mínimo, esto envía la señal de que la creación y el crecimiento de empresas exitosas en Estados Unidos ya no son bienvenidos”, destacan los analistas de la Tax Foundation.

Por otra parte, la Casa Blanca propone un grupo de aumentos de impuestos complejos para las empresas multinacionales estadounidenses que intentan hacer negocios en el extranjero. “Esto brinda más razones para evitar que Estados Unidos sea un lugar para iniciar y hacer crecer un negocio, y favorece a otros países con una ventaja para atraer inversiones corporativas altamente móviles”, destaca el último informe de los fiscalistas norteamericanos.

La Administración, por su parte, está señalando el acuerdo de impuesto mínimo global de la OCDE como un respaldo a esta competencia fiscal global. Sin embargo, los negociadores legislativos no han precisado aún las perspectivas, la implementación y la eficacia del acuerdo.

 La Oficina de Presupuestos alerta del impacto en el crecimiento de un aumento tan alto

¿En qué quiere Biden gastar el dinero extra que espera conseguir de los contribuyentes norteamircanos? Por el lado de los gastos, el Presupuesto propone una mayor inversión para varios programas de infraestructura pública, incluidos 8.000 millones de dólares para puentes, 1.400 millones para cargadores de vehículos eléctricos y 4.700 millones para Amtrak.

En la categoría de gasto social dirigido públicamente y política industrial, el Presupuesto propone gastar 50.000 millones más en programas de vivienda asequible y 9.500 millones en programas de Administración de Pequeñas Empresas. También recoge miles de millones de dólares en varios programas relacionados con educación, cuidado infantil, atención médica. y el clima, incluida la investigación y el desarrollo (I+D) públicos.

El análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso de los Estados Unidos indica que los programas de infraestructura pública pagados con impuestos más altos dan como resultado un crecimiento económico reducido. “En cuanto a los programas de política industrial, la trayectoria no indica que impulsen sustancialmente el crecimiento económico, especialmente cuando se combinan con aumentos de impuestos que dañan el crecimiento”, apunta en su último informe.

“Mejorar la educación y el cuidado de los niños sin duda son objetivos que valen la pena, pero simplemente gastar más dinero no equivale a mejoras o crecimiento económico”, apuntan los analistas de la Tax Foundation. “¿Tiene la administración algún análisis de costo/beneficio para indicar que estos programas son gastos valiosos del dinero de los contribuyentes, especialmente en un momento en que la administración espera que la deuda nacional aumente en más de $14 billones en los próximos 10 años según sus propuestas?”, pregunta.

A su juicio, hay pocas razones para pensar que impulsará el crecimiento económico o dará como resultado una política fiscal sólida. “En un momento en que la Reserva Federal está aumentando las tasas de interés para combatir la inflación más alta que ha visto este país en 40 años, lo que desacelerará la economía al aumentar los costos de endeudamiento, debemos esperar un esfuerzo presupuestario más serio que reconozca los desafíos económicos muy reales que esta por venir”, concluye el informe de los fiscalistas norteamericanos publicado hace unos días.

Fuente: Revista El Economista

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