Abril no ha sido un buen mes para los precios del petróleo, y todo apunta a que las caídas que ha experimentado el precio del barril van a continuar en los próximos meses. Los precios de la materia prima llevan años aguantando por encima de los 60 dólares el barril, en el caso del Brent europeo, pero lo han logrado gracias a los esfuerzos del principal cártel de productores del planeta, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), un grupo que ha mantenido la producción de crudo limitada en los últimos años para sostener los precios, pero que ya ha decidido dejar de lado esta estrategia.

Los lideres del cártel parecen haber dispuesto empezar una guerra de oferta para castigar, sobre todo, a los propios miembros del grupo que no han cumplido sus compromisos, los llamados ‘gorrones’ de la OPEP, y se especula con que, en la reunión del próximo lunes, habrá una nueva sorpresa en forma de aumentos de producción que amenaza con profundizar las caídas en los precios del crudo.

El último mes ha sido muy negativo para los precios del recurso energético, hasta el punto de que las caídas del 15,5% que se han producido en abril en el barril Brent son las más fuertes que se han visto en un solo mes desde noviembre de 2021, y han vuelto a dejar un balance negativo en el conjunto del año para el crudo europeo. El crudo ahora cotiza rozando los mínimos de 2021, y desde los precios máximos que se vieron en enero ya pierde más de un 23%.

La realidad del petróleo es que sobra en los mercados internacionales, y que si los precios no han caído antes a estos niveles ha sido por los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo para evitarlo. La OPEP y sus socios externos, el cártel conocido como OPEP+, llevan años manteniendo la oferta limitada para evitar un desplome de los precios, pero el grupo está empezando a dejar atrás esa estrategia, y esta es una de las claves que explican los últimos descensos del Brent.

El cambio de estrategia de la OPEP+: un ataque a ‘los gorrones’

La principal fuerza que ha presionado a la baja a los precios del petróleo tiene que ver con la oferta, aunque la demanda también haya sido un componente bajista para el barril. A principios de abril, con el precio del Brent en el entorno de los 75 dólares, saltó la sorpresa: la OPEP+ anunciaba que empezarían en mayo a aumentar la producción de petróleo, y que lo harían a un ritmo mucho más rápido de lo que se esperaba: 411.000 barriles diarios más a partir de ese momento.

Esta cifra era cuatro veces más grande de lo que se esperaba para el cártel, y se especuló desde el primer momento con que las presiones que había ejercido Donald Trump a la OPEP, exigiendo que tomase medidas para bajar los precios del crudo, habían dado resultado. Sin embargo, el motivo de la decisión, según explicaron delegados de la propia Organización, era castigar a Kazajistán y a Iraq, por haber incumplido las cuotas de producción que se habían acordado. Ambos países habrían producido más de lo pactado, beneficiándose así de unos precios más altos de lo que habrían sido si todo el cártel hubiese abierto los grifos del petróleo hasta los topes.

Este conflicto con miembros que han sido desleales al cártel ha sido una constante en el seno de la OPEP desde hace años, igual que lo han sido las guerras de precios entre grandes productores del recurso energético, como la que ocurrió entre Rusia y Arabia Saudí en el año 2020. Ahora parece que el reino saudí, el líder indiscutible de la OPEP, y que ha asumido la mayor parte del peso de los recortes de oferta en los últimos años, quiere dar un escarmiento a quienes han sido desleales con el resto del cártel.

Otra hipótesis que explica la decisión inesperada de la OPEP+ tiene que ver con la competencia que existe entre la Organización, y sus grandes rivales actuales en el mercado internacional: los productores estadounidenses. Está en los intereses de la OPEP expulsar del mercado a sus rivales, y según explica la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en su último informe mensual sobre el crudo, los productores estadounidenses de petróleo de esquisto necesitan que los precios estén por encima de los 65 dólares para seguir abriendo nuevos pozos, algo que, con el barril West Texas en los 58 dólares, ahora no se cumple.

¿Otro incremento en junio?

Con los 411.000 barriles diarios de nueva producción asumidos por los inversores, las últimas noticias en el mercado del petróleo apuntan a que esta cifra se quedará corta en junio, y que, en el encuentro del próximo 5 de mayo que llevará a cabo la OPEP+, se va a aumentar esta cifra para los meses posteriores. Así lo cree el 60% de los analistas encuestados por la agencia Bloomberg esta semana, y 13 de los 23 expertos que han participado en la encuesta creen que el aumento que se anunciará el próximo lunes será similar al que se ha preparado para el mes de mayo.

Y es que el castigo para Kazajistán no parece haber hecho que los dirigentes del país cambien su plan de producción de crudo. El país asiático se ha convertido en la oveja negra de la OPEP, y abiertamente reconoce que defenderá sus intereses y seguirá produciendo crudo al ritmo que considere adecuado.

Matt Reed, vicepresidente de la consultora Foreign Reports, ha señalado a Bloomberg cómo “el cálculo de la oferta está cambiando”, y destaca cómo “los productores responsables se han quedado sin paciencia con los tramposos que siguen dando excusas. La decisión de abril fue una sorpresa, pero la de mayo puede ser una llamada de atención para despertar”, explica.

La demanda cae por la guerra arancelaria

Otro aumento de oferta en junio sin duda contribuirá a presionar más a la baja a los precios del crudo, y más en un momento en el que todos los factores se han alineado para que el petróleo se abarate. Hay que tener en cuenta que el crudo no ha sido ajeno al caos que se ha producido en abril tras el anuncio de Donald Trump de comenzar una guerra arancelaria contra el mundo.

Los expertos, y también los mercados, han asumido que las medidas impuestas por Trump van a deteriorar la economía mundial, y el frenazo previsto en el crecimiento también afecta al petróleo, una de las materias primas más atadas al ciclo económico que hay en el mercado. Las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) así lo corroboran: en abril ha revisado su estimación para la oferta y la demanda, con un aumento previsto de la demanda de 730.000 barriles para el año que viene, mientras la oferta crecerá 1,2 millones de barriles. Así, el equilibrio que podía haber este año en la ecuación de oferta y demanda del crudo se romperá en 2026, si se cumplen las estimaciones de la IEA.

Y no serán solo los productores de la OPEP los que abrirán los grifos el año que viene: otros productores, como Canadá y Guyana, seguirán aumentando la producción el año que viene, lo cual alimenta el temor de una sobreoferta en 2026 que termine hundiendo a los precios del barril. Morgan Stanley así lo avisa, al señalar que espera una “sobreproducción significativa” en los próximos años.

Fuente: Revista El Economista

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