Ejemplos recientes en Europa han demostrado que la inestabilidad o la parálisis política no siempre son impedimentos para que la economía de un país crezca. Aunque lo normal, sobre el papel, es que la inestabilidad política tenga su reflejo en la economía, solo hay que mirar hacia Francia y Alemania ahora mismo; a veces, esta va en ‘piloto automático’, como ocurrió en España en 2016. Con el Gobierno de Mariano Rajoy en funciones más de 300 días ante el desacuerdo de los partidos en el Congreso para formar gobierno, el producto interior bruto (PIB) creció más de un 3%. Un caso aún más extremo está sorprendiendo ahora a propios y extraños en el corazón de Europa: la economía de Bulgaria creció más de un 2% en 2024 y se prevé que repita hito en 2025 pese a que planea sobre el país la amenaza de unas octavas elecciones desde 2021.

Tras reducirse a más de la mitad en 2023, hasta el 1,9%, el crecimiento anual del PIB en Bulgaria cobró cierto impulso a lo largo de 2024, alcanzando el 2,3% en los nueve primeros meses del año. El consumo privado fue el principal contribuyente positivo a este mayor crecimiento, impulsado por un aumento sostenido de los salarios. Estas cifras tienen mérito en la medida en la que las importaciones empezaron a recuperar parte de las pérdidas sufridas en 2023, superando a unas exportaciones más moderadas y lastrando el crecimiento. Además, las inversiones empezaron a retrasarse y la capacidad del país para beneficiarse de los fondos de la UE se ha visto visiblemente afectada por los persistentes episodios de inestabilidad política.

Y es que cuando se habla de inestabilidad política, en el caso de Bulgaria se habla de siete elecciones legislativas en apenas cuatro años. Los graves problemas de corrupción del país lo han convertido en ingobernable. La realidad es que desde 2021 ningún gobierno ha durado más de nueve meses y el horizonte para este 2025 no se antoja mejor. Seis de estos comicios fueron ganados por el partido conservador populista GERB, cuyo líder, Boïko Borísov, un ex guardaespaldas y alcalde en su día de la capital del país, Sofía, ya fue tres veces jefe de gobierno entre 2009 y 2021. Con partidos creados de la noche a la mañana y liderados algunos por controvertidos empresarios y con enconadas rivalidades agravadas por la honda división en temas como el acercamiento a Rusia, la fragmentación en el electorado y en el parlamento es tal que supone una utopía conformar una mayoría estable.

El daño que provoca este escenario, como se refería anteriormente, se aprecia en la recepción de los esenciales fondos europeos para la reconstrucción tras el covid. Los compromisos incumplidos para la llegada de los mismos, principalmente relacionados con la energía y la lucha contra la corrupción, han llevado a la Comisión Europea a suspender el segundo pago de 653 millones de euros durante seis meses. Mientras tanto, en el Marco Financiero Plurianual 2021-2027, los datos publicados por el Ministerio de Finanzas muestran que la brecha entre la absorción de los fondos de la UE y las cantidades gastadas ha aumentado a lo largo de 2024, lastrando las inversiones.

Eso no ha evitado que la economía, en ‘piloto automático’, haya seguido mejorando y aguante. Las previsiones publicadas por la propia Comisión Europea revelan que los indicadores económicos son muy buenos y se prevé que sean aún mejores. Es cierto que Bulgaria es el país más pobre de la Unión Europea en términos de PIB per cápita, con 14.690 euros constantes en 2023 (más pobre que su vecina Rumanía), lo que sitúa a esta economía muy lejos de la frontera tecnológica y le da margen para prosperar. Pero, aun así, algunos indicadores son la envidia de buena parte de Europa. Por un lado, está el crecimiento ya comentado. Para este 2025, la CE espera que el PIB acelere hasta el 2,9%, mientras que para 2026 la actividad podría crecer hasta un 3%. La inflación, aunque con una tendencia creciente, se mantendrá por debajo del 3% durante el periodo previsto.

Medianamente optimistas pese a caminar la política local sobre un fino hielo son también los analistas de ING. Desde el banco ‘naranja’ siguen viendo un repunte del crecimiento del 2,3% en 2024 en su conjunto y del 2,6% en 2025. “Es probable que el consumo privado se mantenga fuerte, al seguir beneficiándose de los recientes avances salariales y, potencialmente, de una política fiscal expansiva. Además, la entrada en vigor del Acuerdo de Schengen en el país agilizará las operaciones de exportación y mejorará la productividad en Bulgaria y en la región. Proyectos regionales más amplios como el Corredor Vertical del Gas, las mejoras de las infraestructuras dirigidas por la OTAN y la Iniciativa de los Tres Mares también deberían aportar algunos beneficios tempranos a la actividad”, justifica en una nota para clientes los economistas de ING Stefan Posea y Valentin Tataru.

Más allá de estos indicadores, la CE espera que el desempleo siga cayendo hasta tocar suelo en un impresionante 3,8%. Aunque el FMI y la OCDE coinciden en el Bulgaria debe hacer un mayor esfuerzo fiscal, el déficit público se mantendrá por debajo del 3% en los próximos años, lo que permitirá que la deuda pública se mantenga en el 24,5% del PIB. Comparando estos datos ‘macro’ con los de otros países de la UE, se verá que Bulgaria está en una situación relativamente mejor.

“Tras el shock de los precios de la energía en 2022 y la moderada demanda externa en 2023, la economía búlgara está preparada para crecer más rápido, apoyada por la demanda interna y externa, así como por una postura fiscal expansiva”, señala el documento de la CE. Además, el informe de la CE insiste en el buen momento del mercado laboral búlgaro: “El aumento del empleo agregado en el primer semestre de 2024 estuvo acompañado de una mejora de las tasas de participación. El crecimiento de los salarios se aceleró aún más, impulsado por la rigidez del mercado laboral y a pesar de la disminución de la inflación”.

En ING son de la opinión de que la inflación “se enfrentará a una ligera presión al alza a corto plazo como consecuencia de los cambios fiscales, magnificada por las presiones del canal de la demanda en el contexto de la aceleración del crecimiento de las ventas al por menor y el crecimiento salarial de dos dígitos”. Además, a partir del 31 de diciembre de 2024, se suprimirán las reducciones del IVA para los servicios de restauración y catering.

“Dicho esto, el retraso de las inversiones y un sector industrial aún débil, junto con nuestra opinión de que es poco probable que el crecimiento de las exportaciones se recupere de forma significativa, van a atenuar algunas de las presiones de la demanda interna (incluida la de mano de obra), alimentadas principalmente por el crecimiento de los salarios y las pensiones. Nuevos aumentos de la presión fiscal para hacer frente a las necesidades fiscales constituyen un riesgo al alza. Un factor clave a vigilar es también si la liberalización del mercado de la electricidad se llevará a cabo y cuándo. En conjunto, esperamos que la inflación medida por el IPC finalice este año en el 2,4% y el próximo en el 3,2%”, completan Posea y Tataru desde el banco ‘naranja’.

Volviendo al plano del crecimiento, no todo va ser tan ‘bonito’, advierten ambos analistas. Por un lado, ven poco probable que el país adopte el euro en 2025: “Si bien es muy probable que los criterios de inflación se cumplan a principios de 2025, creemos que será temporal y que la Comisión Europea podría cuestionar su sostenibilidad”. Por otro, aunque la economía vaya en ‘piloto automático’, la perspectiva de unas nuevas elecciones resta potencial: “Las perspectivas para las inversiones siguen siendo menos positivas. La creciente probabilidad de una octava elección general desde 2021 podría prolongar la delicada situación política hasta 2025, obstaculizando las reformas necesarias incluidas en los objetivos para recibir los fondos europeos. Estos acontecimientos podrían seguir afectando a la inversión extranjera directa (IED) y amplificar la fatiga de los votantes, lo que en última instancia conduciría a un avance más lento del potencial productivo”.

Fuente: Revista El Economista

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