El mercado desoye a Lagarde y su tono duro con compras masivas de bonos

La reacción consecuente al anuncio del Banco Central Europeo de otro aumento de 50 puntos básicos en marzo (después del anunciado este jueves) debería haber levantado la rentabilidad de los bonos soberanos europeos y fortalecer al euro frente al dólar.

 

Más aún tras confirmar la bifurcación de las políticas monetarias de Estados Unidos y la Unión Europea con una Reserva Federal que afloja en sus alzas de tipos. Pero la realidad es que el mercado no se creyó las palabras de Christine Lagarde, que no rebaja el tono hawkish, si se atiende a la fuerte presión compradora vista en la deuda soberana europea este jueves.

La rentabilidad del bono alemán a diez años se desplomó del 2,28% con que arrancó la sesión al 2,069% alcanzada al cierre de los mercados europeos. Pero, de nuevo, los mayores saltos se vieron en el rendimiento de la deuda periférica, como es el caso de los bonos italianos que firmaron la mayor caída de rentabilidad desde marzo de 2020. Por su parte, el español con vencimiento a diez años se relajó hasta el 2,98% (30 puntos básicos por debajo de lo anotado al inicio de este jueves).

Es probable que en marzo se vea otro aumento de 50 puntos básicos en los tipos de interés en Europa, pero que se haya adelantado el dato cuando hasta la fecha se iba “reunión a reunión”, como se repitió desde el BCE, anticipa la llegada del techo de los tipos en la eurozona. “Este cambio se debe al hecho de que el camino más allá de marzo podría cambiar a 25 puntos básicos”, estimó el responsable de estrategias en renta fija de Toronto-Dominion Bank, Pooja Kumra. “Los mercados de bonos analizaron los débiles intentos de agresividad de los bancos centrales y se centraron en el punto final de esas alzas, que parece estar cerca por cómo se redujeron los rendimientos”, aseguró la economista de Fidelity International, Anna Stupnytska.

El euro es el otro activo que no se apreció con el incremento oficial del precio del dinero. El cambio de rumbo de la Reserva Federal de Estados Unidos de esta semana llevó al euro a los 1,10 dólares, por primera vez desde abril de 2022. Un nivel que no alcanzaba la divisa de la eurozona desde que, precisamente, se realizó el último desajuste entre las políticas del Banco Central Europeo y la Reserva Federal (en abril de 2022 la Fed comenzó a subir tipos, decisión que no tomó el BCE hasta más de tres meses después) Y tras la rueda de prensa de Lagarde el euro retornó al 1,09 al cambio con el billete verde.

A la larga, según estiman desde Monex Europe, el euro continuará recuperando terreno frente al dólar aunque no será hasta el segundo semestre cuando las políticas de la Reserva Federal restarán más peso al activo refugio que reinó durante el año pasado. “La subida en Europa de 50 puntos básicos cierra el hueco, que había en parte con el dólar”, según el director de FSI Accuracy, Alberto Valle.

Y es que gran parte de lo que avanza el euro en 2023 se debe al comportamiento del mercado y la economía que gira en torno al dólar y no tanto a las decisiones de Lagarde. Los pronósticos de los expertos apuntan a una ralentización de las economías pero sin recesión ni en Europa ni en Estados Unidos, como también pronostica el FMI. Y desde que el mercado da por buenas estas previsiones, los inversores han dejado de lado al dólar como valor refugio en favor de otros activos con esa percepción de menor riesgo, como se observa también en el desempeño de la renta variable en lo que va de 2023.

 

Así, el índice de Bloomberg que cruza al dólar con las diez mayores divisas se deprecia un 0,5% en lo que va de año. Una señal de que el reinado del todopoderoso dólar llega a su fin, por lo menos, mientras la Reserva Federal siga relajando su discurso y se despeje el camino que tomará el BCE más allá de marzo.

Fuente: Revista El Economista

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